Te voy a revelar un gran secreto que explica muchas de las conductas humanas.
Debes saber que es corriente que el Sistema de Creencias esté saturado de mensajes nacidos en el Ietzer haRá.
Esto lleva a que muchas personas interpreten, sientan y actúen de forma propia de gente débil, indefensa, inepta, impotente.
Se llenan de seudo pensamientos, en verdad son ideas, llenas de negatividad.
Afirman y viven con estas frases: no puedo, soy idiota, nadie me quiere, hago todo mal, siempre me sale al revés de lo que quiero, no tengo suerte, mi destino es horrible, soy un fracasado, Dios me detesta, merezco ser castigado, soy enfermo, algún terrible pecado me lleva a estar en esta situación, el cambio para bien es imposible, el perdón no existe para alguien como yo, desde antes de nacer ya estoy fallado, alguna encarnación anterior fue espantosamente malvada y cosas por el estilo.
Por supuesto que con esas afirmaciones atroces no se puede esperar que disfruten de la vida, que estén libres de angustias, que no se vivan escondiendo de terrores, que sean emprendedores, que sean atrevidos ante los retos que se les presentan, que tengan confianza en el Creador y en sí mismos.
Más bien se hunden y cada ocasión es la oportunidad para demostrar que sus creencias horribles son ciertas y que no merecen ni el aire que están respirando.
El Ietzer haRá los sumerge en el fango, los esclaviza, los mantiene en la impotencia de pensamiento, palabra, sentimiento y acción.
Porque así puede reinar en sus vidas, decretar lo que experimentarán.
Sin dudas, una vida oscura y dolorosa, plagada de sufrimiento y falta de EMUNÁ.
Aunque a veces se usen fórmulas mágicas mal enseñadas y peor aprendidas como “todo es para bien”*, para continuar arrastrándose por la vida, para no morir inmediatamente.
Porque, como todo parásito astuto el Ietzer hará no busca exterminar a la persona, porque también moriría él.
Pero sí quiere que la persona siga bajo su poder, enferma, incapaz, falta de incitativa y herramientas para liberarse y disfrutar de la bendición del Padre que a cada rato llueve sobre nuestras cabezas.
Entonces, mensajes de impotencia son repetidos por el Ietzer haRá y usadas por sus adoradores, para que la gente esté alejada de su verdadera identidad sagrada y en lejanía con el Creador.
Mensajes que son más terriblemente siniestros cuanto más se dibujan entre risas y abrazos, como esperanza y fe, como cosa sagrada.
Porque… ¿no es más peligroso un estafador cuanto más esconde sus intenciones de sus víctimas?
Como el Ietzer haRá es el astuto de la antigüedad, así son sus adoradores, por lo que se perfeccionan en el oscuro arte de la estafa y el engaño.
Usurpando la espiritualidad para vender religión y apoderarse de los bienes y vidas de sus seguidores.
Manada que se mantiene en impotencia, adormecida, idiotizada, manipulada.
Pero, no te pienses que los piratas que obtienen ganancias con la sumisión y prisión de la manada están más libres de las garras del Ietzer haRá.
Ellos también son esclavos, también se andan arrastrando en sus cuevas llenas de inmundicias.
Sin embargo, logran abusar de la fuerza, con apariencia de poder.
Son como déspotas, que como no tienen poder usan la fuerza abusivamente.
Están los dictadores amables y están los sádicos, lo cual no quita que los dos tipos son despreciables y provocan multitud de daños.
Lo cual no borra el hecho de que ellos también son seres impotentes narcotizados a la sombra del Ietzer haRá.
Con sus armas sanguinarias e hirientes, o con sus trampas chistosas y de poderosa religión; con cualquiera de las versiones, estarán para aprovecharse de la manada, para someterla, para tenerla en impotencia. Con chistes o insultos, con golpes o abrazos, con escarmientos o bailecitos, con lemas de horror o salmos de gloria, con desesperanza o fe, de una y otra forma están para esclavizar a quienes le prestan atención.
Te podría dar nombres de unos y otros de estos déspotas, gentes con muchos seguidores y aplaudidores en la Red o fuera de ella.
Gente muy agradable, carismática, que promete fantasías y todo tipo de glorias, que no son otra cosa que cadenas muy pesadas, negación del Creador, burla a la vida, e impotencia horrenda camuflada de alegría.
Pero… no… hoy no es el día para seguir por aquí…
Los esclavos de la manada podrían salir de su Egipto, ser llevados a la Redención y la Tierra Prometida.
Pero, no hay –casi- manera de demostrarles que están equivocados en sus creencias oscuras. No pueden aceptar que todos esos mensajes negativos que creen en verdad son mentira.
Escapan al escuchar que en verdad son hijos de Dios y se merecen respeto, honra, alegría, placer, disfrute, bienestar y conexión consciente con el Padre y todo lo creado.
Es más, parecen luchar en contra de aquel que viene a ayudarles a salir de esa esclavitud.
Lo detestan, lo desprecian, se burlan, lo echan, lo amenazan, lo repudian, y si pueden lo eliminan.
¿Suena paradójico?
Sí, claro que suena así, por eso te estoy revelando un poderoso secreto.
Entonces, podemos preguntarnos ¿qué lleva a la gente esclavizada a rehusar salir de su celdita mental?
¿Acaso en la esclavitud de su Egipto la pasan mejor que en la Tierra Prometida?
¿Será que toda la miseria infernal que padecen es más disfrutable que la independencia, responsabilidad, y conexión consciente con el Creador y Sus criaturas?
El secreto es que saberse poderoso implica muchísima angustia.
Al punto tal que inconscientemente se elige el camino de la muerte y la impotencia, en lugar de el de la vida y la bendición.
Porque si uno se sabe en cierta medida poderoso, quiere decir que uno es responsable por su vida.
Que hay que dar cuenta de lo que se hace o no se hace.
Que no hay un dios malvado castigando porque sí.
Que el destino, como fuerza mágica, no existe.
Que quizás “todo es para bien” en realidad no es como los payasos religiosos hacen creer y hay sufrimiento, y pasan cosas malas y uno puede verse de pronto desprovisto de ese poder que uno sabe que tiene pero ahora ya no está.
Porque significa que tal vez no hay magia después de todo, y es uno el que tiene que hacerla.
Todo esto duele, y mucho.
Nos deja como en el vacío, como en una situación en donde parece que encerrarse en Egipto es mejor que sembrar con pena para cosechar con inmensa alegría en la Tierra Prometida.
Pareciera como que saberse esclavo, creerse impotente, no levantar la cabeza de la miseria fuera una alternativa mucho mejor que estar arriesgándose a ser libre, poderoso y tal vez tropezar y romperse alguna cosa.
Esto, por supuesto, es otra trampa del Ietzer haRá, que hábilmente envuelve en su tela de araña a la persona para tenerla sometida.
Es más, cuanto más poderosa es en potencia la persona, mayor miedo le meterá el Ietzer haRá, más le forzará con creencias aterradoras y angustiantes a asilarse en la oscuridad terrible de la impotencia y esclavitud.
Ya te revele al menos un intenso secreto, quizás hasta más de uno en esta enseñanza.
Suficiente por hoy.
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Sé de los levitas que sostenían a Moshé, no de Koraj/Koré y su congregación de religiosos mercaderes de la fe.
Gracias.
- “Todo es para bien” tiene un sentido trascendente dentro de la Tradición sagrada, pero es pésimamente enseñado por mercaderes de la fe, que son adoradores del Ietzer haRá, que con malas enseñanzas y otras tácticas siniestras obtienen ventajas materiales sobre aquellos que les siguen como manada. En otra ocasión quizás enseñe la profundidad altísima de esta frase.