El EGO domina,
quizás ya te aburro con el tema,
por eso no te diré ahora más de esto;
si quieres puedes entretenerte leyendo/estudiando los cientos de textos al respecto que tenemos publicados en serjudio.com,
específicamente en la sección CABALAterapia.
El AMOR tiene el poder para desarticularlo.
Pero ojo,
AMOR que no es lo mismo que amor.
AMOR es hacer por el otro sin esperar NADA a cambio,
de manera desinteresada,
genuina, noble,
procurando el real bienestar del otro,
sin por ello menoscabar nuestro propio bienestar.
En ocasiones éste se puede manifestar pidiendo un pago o alguna compensación,
aunque pueda parecerte contradictorio con aquello de “no esperar nada a cambio”.
¿No lo entiendes?
Muy bien, te toca analizarlo y encontrar cómo se resuelve esta aparente incoherencia.
El mejor camino para lograr el acto de AMOR es la construcción de SHALOM,
que es obrar (pensamiento, palabra, acción) con bondad y justicia;
porque tal equilibrio dinámico es el milagroso idioma del AMOR.
Lenguaje de la NESHAMÁ, tu espíritu, el Yo Esencial que eres aquí y en la eternidad,
y que sin embargo queda recubierto por las corazas, máscaras, cáscaras, pantallas del Yo Vivido,
el cual nos nubla la conciencia, lleva a la amnesia de nuestra verdadera identidad.
En ello vamos andando nuestra vida,
eludiendo quien somos, para creernos el personaje que estamos siendo.
Hasta que topamos con enseñanzas como ésta, de LUZ,
que muchas veces nos tumban y nos duelen,
como si chocáramos con una muralla dura,
¡y es cierto!,
chocamos, pero no contra la LUZ,
sino contra el EGO que ésta ha revelado.
Entonces habrá que limpiar nuestro interior de creencias,
quitar las telarañas del pensamiento,
despojarnos de rostros y antifaces,
olvidar trampas y tretas que hemos aprendido y adoptado,
descartar agendas siniestras y romper con las limitaciones incongruentes,
liberarnos para ser libres.
Sí, construir SHALOM no es solamente un lindo lema,
es un modo de vida,
para toda la vida,
para cada instante.
Al final, encontraremos la armonía del Yo Vivido con el Yo Esencial,
estará el EGO en su apropiado lugar,
la felicidades será el pan cotidiano,
incluso en las noches amargas.
Estaremos confiados en la Presencia del Eterno,
no por hueca fe,
ni mintiéndonos al solitario,
sino en plenitud,
en el real sentido del término EMUNÁ.