El Eterno es fuente constante de todo lo existente.
Es el DAR sin recibir absolutamente nada, nunca.
El crea y da, incesante.
Nosotros, humanos limitados, obviamente necesitamos de recibir, en el momento que dejamos de recibir perecemos.
Lo importante, lo interesante, lo correcto es que usemos de lo recibido pero no acaparemos ni nos obsesionemos con desespero por acumular.
Estamos para ser canales por los que fluya lo que recibimos.
Entonces, al compartir con los demás,
sin privarnos negativamente de lo necesario,
estamos siendo socios activos del Creador.
Cumplimos nuestra parte, imitamos a Él en la medida de lo que humanamente podemos.
Estamos para compartir, recuérdalo,
y aunque no sea el motivo, ten presente que así también te haces merecedor de buenos réditos, de bellos beneficios.