Desde chiquitos aprendemos el papel de la víctima, puesto que estamos absolutamente indefensos y a la espera de la salvación.
Cuando dije “a la espera”, es metafórico, pues los bebes no tienen idea de lo que es esperar y tengo la impresión de que sus cerebros tampoco conocen el concepto de espera.
Igualmente, estamos diseñados para ser totalmente dependientes, sin posibilidad de rescatarnos en lo absoluto.
De principio a fin estamos a merced de que algún adulto se hago cargo de nosotros, y eso por bastante tiempo.
Con ello se va formando la creencia de que somos víctimas junto a la de que existen los salvadores, que son personas, objetos, seres mágicos, ultra poderosos que tienen alguna obligación de estar a nuestro servicio y de rescatarnos.
Paradójico, ¿no?
Seres superiores, que tienen infinitud de poderes y que sin embargo su tarea es venir a socorrer al indefenso impotente que no puede hacer nada para no caer en la muerte más atroz.
Con esa creencias inserta en la médula del Sistema de Creencias andamos por la vida a los tumbos.
Es que… los salvadores solo salvan en parte, porque mientras mantengan a la víctima en ese rol, no contribuyen a su crecimiento, a su salud, a su bienestar.
La verdadera redención no viene por dejarse caer en dependencia sumisa en manos del falso redentor.
Para peor, de a poco surge en escena la creencia de que la impotencia no es casual, que debe de haber algo, alguien, vaya uno a saber qué o quién que la provoca.
A veces se la puede identificar de manera directa, concreta, que se lo puede señalar. Es mamá que no me compra el caramelo; es papá que se tropezó y me rompió el juguete; la maestra que es muy estricta con las reglas; el jefe que obliga a que se cumpla el horario de trabajo; el malvado que hace daño literal; el que te hace sufrir manipulándote con su falso cariño; sigue la lista…
Cuando este castigador provocador del mal no es reconocible, se delira con él, creando así la creencia de seres invisibles dañinos.
Entonces el mundo se puebla de “dioses” que salvan, y de “demonios” que buscan la destrucción.
¿Suena conocido?
En el medio está uno, en el papel de la víctima de los demonios y debiendo agraciar/comprar a los dioses.
¿También te resulta conocido?
No solamente es el sistema esclavista de TODAS las religiones (recuerda que judaísmo y noajismo NO LO SON ni debieran ser vividas como tales) funciona en base a esto, sino también sectas, partidos, dictaduras y varios etcéteras más, todos ellos productos del EGO.
Y la víctima, muchas veces busca victimizarse.
Se pone en circunstancias lastimosas, es pasivo agresivo, se sumergen activamente en la impotencia, no siguen pautas de redención, escogen la esclavitud, entre otras conductas poco saludables.
Es que, dentro del terrible sufrimiento que conlleva este papel también se incluyen ventajas secundarias… imagínalas si quieres y si puedes compártelas con nosotros en los comentarios.
Con el tiempo el Sistema de Creencias va incluyendo imágenes en donde uno puede ocupar cualquiera de los tres roles, entonces pasa uno a ser el demonio, o el dios, o la víctima.
Y ahí empiezan nuevos bailes terroríficos, donde somos manipulados, donde manipulamos, donde se ejerce la violencia, donde hay de todo menos SHALOM.
Si te pones a pensar en gente conocida quizás puedas ir identificando cuando están actuando los diferentes roles.
Algunos tienen mayor afinidad por ser demonio, otro por salvador, y otros de la eterna víctima.
Pero recuerda que se puede ir variando y de un segundo al siguiente.
Así sucede hasta que nos vamos de este mundo, en el punto de mayor impotencia que es la muerte.
O, cuando despertamos y tomamos conciencia.
Entonces decidimos construir SHALOM, con pensamientos, palabras y actos de bondad y justicia.
Para dentro y para fuera.
Obviamente la tarea no será fácil, porque los dedicados a construir SHALOM no suelen abundar.
¿Eres tú uno de ellos?
Ser constructor y Construir Shalom se entienden como los medios por los que en vida la persona puede encontrar, en vida, salida de esa triada de papeles.
Ser constructor y Construir SHALOM debería ocuparnos más tiempo de estudio y práctica, porque si no se estudia se cae en las creencias y preconceptos religiosos; y si no se practica no se perfecciona el hombre ni el mundo
http://fulvida.com/2007/12/26/construir-shalom-2/
Correctisimo