Resp. 3643 – A tres días de distancia

…En Shemot 5:3 Moshé y Aharón se presentaron ante
Par´ó diciendo por Boca de H´ que los dejen salir por
3 días: ..nélja ná derej shelóshet iamím… beniszvejá
la H´….

a)¿por qué dijeron que los dejaran salir por 3 días
cuando; ¿H´ les había dicho shaláj a´mí veiajógu?¿nada
más?

b) Si fueron 3 días los que H´ dijo que transmitieran
pienso que son parte del resto de los 40 años. En vez
de decirle «déjalos salir para siempre», como que le
dijo «déjalos salir por 3 días, el resto no te tiene
que interesarte». ¿estoy en lo correcto?…

Shalom,
«¡Bendito el que viene en el nombre del Eterno!» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Respuestas en su orden:

a- «Vaiajogu» quiere decir «harán fiesta» y también «ofrendarán sacrificios» (ver Tehilim 118:27; Ieshaiá 29:1).
Así pues, en principio estaban informando exactamente lo que el Eterno había indicado.

En cuanto a los tres días, esa es la distancia que separa en línea recta la zona de Egipto en la que se encontraban del monte Sinaí.
Esas ofrendas debían ser elevadas en ese monte, tal como el Eterno había dicho:

«Cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Elokim en este monte.«
(Shemot / Éxodo 3:12)

Pero, por si fuera poco, el texto de la Torá es absolutamente claro en indicar de Quién emana la propuesta de los tres días:

«Ellos escucharán tu voz, y tú irás con los ancianos de Israel al rey de Egipto, y le diréis: ‘el Eterno, el Elokim de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro. Ahora permite que vayamos al desierto, a tres días de camino, para ofrecer sacrificios al Eterno nuestro Elokim.’«
(Shemot / Éxodo 3:18)

Así pues, Moshé y Aarón no estaban diciendo algo diferente a lo que les fuera encomendado por el Eterno.

b- No comprendo bien su planteo, pues es demasiado argumentativo por lo que pierdo el hilo y no capto claramente cuál es la pregunta concreta.

Me parece entender que usted supone que no debiera haberse informado al Faraón que saldrían los hebreos por tres días, sino que los dejara salir y punto.

Supóngase que usted conoce a una persona judía que reniega absolutamente de nuestras tradiciones y principios. Usted desea acercarla a la Torá, pero por experiencia sabe que esta persona le rechazará. Entonces, ¿qué hará?
¿Le dirá que se abstenga de todo alimento prohibido, de toda actividad vedada en Shabat, etc.?
¿O le ofrecerá compartir una velada sabática amena y sustanciosa, en la cual podrá introducirle algún precepto de sencillo cumplimiento para que adopte en su vida?
Su meta en ambas opciones es atraer al lejano, pero en la primer opción ejercería una presión que usted sabe que es insostenible para el otro, que se atrincheraría al extremo en la negación.
En tanto que en la segunda opción usted propone un paso gradual, lo que debilita las defensas fanáticas del otro, permitiéndole de esa manera enseñarle otras cosas más profundas y complejas.
Pero, si esta persona también repudia lo gradual, no quiere saber nada de nada, ni siquiera con lo más simple, estamos en presencia de una persona con el corazón sumamente endurecido, que está fanatizada en su postura radical, que no tolera la mínima flexibilidad ni dinamismo. Con una persona así anquilosada se precisa una medida más fuerte para alcanzar su conciencia.

Si pasamos a la historia de los hebreos en Egipto, Faraón se hubiera negado de plano a dejar salir en libertad a los hebreos, eso era algo impensado, imposible, contrario a las normas de su Estado, perjudicial para su economía y estabilidad política, «anti-natural». Por tanto, proponerle la liberación de los esclavos hebreos era un pedido que era estéril antes de siquiera sugerirlo.
Pero, cuando el Faraón incluso rechazó una «licencia religiosa», para que los hebreos adoraran a su deidad por un período limitado, ya estaba demostrando lo que el Eterno había dicho anteriormente:

«Yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sin que una poderosa mano lo obligue. Pero Yo extenderé Mi mano y heriré a Egipto con todas Mis maravillas que haré en él, y después de esto os dejará ir.«
(Shemot / Éxodo 3:19-20)

En resumen.
Si Moshé hubiera dicho «déjalos salir en libertad», hubiera sido comprensible el malestar de Faraón, pues hubiera sido un ataque directo a su integridad como Estado.
Pero, cuando la tiranía de Faraón no permitía siquiera una mínima licencia para los esclavos, estaba demostrando la dureza y oscuridad de su corazón, que no encontraba justificativo en lo racional, sino en su ceguera emocional y espiritual.

¿Queda claro?

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Moré Yehuda Ribco

 

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orah

b’sd yehuda buena respuesta e interesante pregunta! la verdad es q’ en el midrash rabah shmot habla sobre esto,porq’ primero le dijeron asi a paro; dijo Hashem Elo-kei israel,deja ir a mi pueblo,y celebraran p/ mi en el desierto…cuando Hashem les mando decir,ElOKEI ahibrim nikra aleinu,iremos por favor 3 dias en el desieto..etc q’ es una expresion mucho mas suave q’ la primera siendo q’ debian tener kavod maljut,respeto a la realeza ,siendo q’ Hashem lo puso como tal.(faraon) so cuando se dieron cuenta del error primero,volvieron a el(paro)con estas palabras q’ fueron mas efectivas..y respetuosas,porq’ independientemente de lo malvado… Read more »

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