Me preguntó un atento concurrente a la sinagoga del Centro Maimónides de Montevideo alguna explicación para que la matriarca Rajel estuviera enterrada donde se encuentra y no en la Mearat haMajpelá.
Éstas son algunas de las posibles respuestas:
1- Porque materialmente no hubo oportunidad para hacer el traslado y sepelio en el lugar de entierro familiar.
Murió en el camino, allí fue sepultada.
No hay más explicaciones ni cuestiones extrañas que comprender.
Como pocos versículos antes se narra de otro fallecimiento y sepultura:
«Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel, debajo de una encina, la cual fue llamada Alón-bacut.»
(Bereshit / Génesis 35:8)
2- Porque el patriarca recibió la inspiración de Arriba para que allí fuera el lugar de reposo de los restos mortales de su amada. Ya que, varios siglos más adelante y estando en el camino del exilio forzado los futuros descendientes de la matriarca, al pasar junto a la tumba querida ellos encontrarían consuelo y esperanza. Sabían que era una expulsión dolorosa y larga, pero eventualmente tendría un fin positivo. (Según entendemos del midrash Bereshit Rabá 82, parashá 10).
El profeta lo visualizó y plasmó así:
«Así ha dicho el Eterno: ‘Voz fue oída en Ramá; lamento y llanto amargo. Raquel [Rajel] lloraba por sus hijos, y no quería ser consolada por sus hijos, porque perecieron.’
Así ha dicho el Eterno: ‘Reprime tu voz del llanto y tus ojos de las lágrimas, porque tu obra tiene recompensa, dice el Eterno. Ellos volverán de la tierra del enemigo.
Hay esperanza para tu porvenir; tus hijos volverán a su territorio, dice el Eterno.»
(Irmiá / Jeremías 31:14-16)
3- Porque cuando Iaacov se despertó de su sueño, cuando salía de Israel dos décadas atrás:
» Y llamó el nombre de aquel lugar Betel, aunque el nombre antiguo de la ciudad era Luz.
Iaacov [Jacob] también hizo un voto diciendo: -Si Elohim está conmigo y me guarda en este viaje que realizo, si me da pan para comer y vestido para vestir,
y yo vuelvo en paz a la casa de mi padre, el Eterno será mi Elohim.
Esta piedra que he puesto como memorial será una casa de Elohim, y de todo lo que me des, el diezmo diezmaré para Ti.»
(Bereshit / Génesis 28:19-22)
Pero, no cumplió su palabra, sino que se fue a radicar a la zona de Shejem.
Allí acontecieron varios desastres a su familia, quizás porque se retrasó en respetar lo que había prometido.
Hasta que:
«Entonces Elohim dijo a Iaacov [Jacob]: -Levántate, sube a Betel y quédate allí. Haz allí un altar a Elohim, que se te apareció cuando huías de tu hermano Esav [Esaú].»
(Bereshit / Génesis 35:1)
Tuvo que ser Dios quien le hiciera recordar que tenía que respetar su palabra y erigir un lugar de culto para Elohim en Betel.
Y entonces:
» Iaacov dijo a su familia y a todos los que le acompañaban: -Quitad los dioses extraños que hay en vosotros, purificaos y cambiad vuestros vestidos.
Levantémonos y subamos a Betel; allí haré un altar a Elohim, que me respondió en el día de mi angustia y ha estado conmigo en el camino que he andado.
Así entregaron a Iaacov todos los dioses extraños que tenían en su poder, y los aretes de sus orejas, y Iaacov los escondió al pie de la encina que había junto a Shejem.»
(Bereshit / Génesis 35:2-4)
Pero, ¿qué había pasado con los dioses, o elementos rituales, que Rajel había tomado sin permiso de propiedad de sus padres?
4- La matriarca merecía su propio lugar destacado de sepultura, convertido en un símbolo para las generaciones.
Su tumba, el edificio sobre ella, estaba en la proximidad de Beit-lejem (Belén), lugar neurálgico de Israel en varias oportunidades.
(Por supuesto que sabiendo perfectamente esto, los inventores del mito cruzado decidieron elaborar su fantasías religiosa teniendo como improbable lugar de nacimiento de su dios la ciudad de Belén).
Al respecto, cuando fue ungido como rey por primera vez Shaúl, el gran profeta Shmuel, entre otras cosas le informó:
» Hoy, cuando te hayas apartado de mí, hallarás a dos hombres junto al sepulcro de Raquel [Rajel] en Zelzaj, en la frontera de Benjamín. «
(1 Shemuel / I Samuel 10:2)
Algo en la personalidad de la matriarca llena de vida y esperanza a quienes se encuentran con ella.
Y ella, es capaz de entregar hasta su último aliento de vida con tal de favorecer al que precisa.
5- Rajel es una persona del camino y no de metas.
Encontró a su amado en el pozo en el campo, no en una reunión citadina, ni en un matrimonio convenido.
En lugar de suceder el matrimonio, ella dio voluntariamente el lugar a su hermana para que fuera desposada.
Ella era la amada, pero también la impedida de concebir, por lo que estaba frustrada viendo a las otras mujeres dar hijos a su marido.
Las desavenencias crecieron, la chispa del amor seguía encendida pero la llama estaba pálida.
Tuvo a su primer hijo, pero en lugar de agraciarse y agraciarlo, le puso un nombre … ¿triste? ¿de camino? ¿sin conclusión?:
«Y llamó su nombre Iosef [José], diciendo: ‘¡el Eterno me añada otro hijo!'»
(Bereshit / Génesis 30:24)
Su marido se transformó en Israel y le anunció el Eterno mucha descendencia, pero su esposa estaba ya embarazada y muere al parir.
Como que Rajel no llega a culminar sus historias, sino que se mantiene andando, siendo el modelo del no descanso del tzadik.
6- Por último, muere al dar vida al único de los padres de tribus nacido en la tierra de Israel.
Al rato de que su marido tuviera un cambio sustancial de personalidad, porque pasó de ser meramente Iaacov a ser Israel.
¿Cuál será la moraleja sionista, redentora?