Shavuot es una fiesta judía para judíos.
Sin embargo, tiene una porción brillante y sagrada para los hermanos gentiles.
Paso a contarte:
El Eterno dictó a Adan un Código Legal para toda la humanidad compuesto por seis mandamientos y un séptimo potencial.
El hombre recibió el mandato así como la necesidad de transmitirlo, especialmente por medio de su conducta acorde a él.
Ese era el pacto que Dios había pautado con el Hombre, con el primero y con todos y cada uno luego de él.
Es el camino de la vida eterna, regalo de Dios pero que depende de la acción personal e insustituible para manifestarse y realizarse.
Pero, bien pronto el grupo se dedicó a adorar al EGO y sus representaciones en vez de seguir con fidelidad la ruta trazada por el Amor y Sabiduría.
Sobrevino el Diluvio, como consecuencia del desequilibrio multidimensional humano, que acarreo una falta de sincronía en el ecosistema global.
Luego del mismo, el Creador confirma el mismo pacto y asevera que es de carácter perpetuo para todas las generaciones de los descendientes de Noé.
No hay otro camino, verdad, bendición o vida plena sin él.
Es por ello sumamente imperioso que el hombre lo conozca, para poder aplicarlo.
Aunque está marcado en nuestra NESHAMÁ, y por tanto es el Código Ético básico, resulta necesario declararlo y ponerlo como reglas externas, para que sean concientizadas.
Es lo que se conoce actualmente como el Código Noájico, o de los Hijos de Noé.
Sus mandamientos recaen sobre todos y cada uno de los individuos, y estos son:
- No adorar dioses ajenos al Creador.
- No maldecir el nombre del Eterno.
- No asesinar, que es matar a la persona inocente.
- No al adulterio.
- No robar.
- No comer parte de animal aún con vida (este era el mandamiento potencial para Adán y hasta luego del Diluvio).
- Procurar que cada sociedad establezca Cortes de Justicia.
Este Código fue entregado oralmente por Dios a Noaj y sus hijos, allí presentes.
Es deber de todos los humanos conocerlo, respetarlo y transmitirlo a sus descendientes, pues corresponde a la parte que el hombre tiene en el pacto divino con Dios.
Pero, el hombre rápidamente extravió la ruta, siendo pocos los esmerados que mantuvieron viva la llama que igualmente no se extingue.
Entre aquellos leales al Eterno estaba Abraham, el patriarca de los judíos, quien reencontró la senda sagrada pero más tarde fue instruido por Shem, hijo de Noaj y el mismo Noaj. Porque recordemos que el monoteísmo no nace con Abraham, sino solamente es retomado con mayor consciencia y acción pública.
Siglos más tarde, Dios reveló Su Voluntad a Israel por intermedio de Moshé en el Monte Sinaí y entregó los CATORCE mandamientos (los llamados «Diez Mandamientos») al pueblo judío, como parte del conjunto mayor de los 613 preceptos. Ese constituía el nuevo e irrevocable pacto eterno entre Él y el pueblo judío, que se mantiene sin cambios y vigente.
Al mismo tiempo reiteró el Código Noájico, el de los Siete Mandamientos, para que fueran Moshé y el pueblo judío los maestros de los gentiles al respecto de las cosas espirituales. No se busca convertir a nadie al judaísmo, sino que cada uno conozca su propia pacto eterno y sagrado y viva de acuerdo a él.
Todos somos benditos y somos parte de la eternidad, sin precisar de fe ni rituales.
Pero para perfeccionar nuestra vida y llenarnos del gozo de la bendición, precisamos conocer nuestro Código Sagrado y hacer nuestra parte del trato con el Creador.
¿Comprendes el regalo que recibiste en Shavuot?
¿Qué harás con él?
Gracias al cielo las leyes noajidas no se impusieron con autoridad; nos dio libertad de escoger la muerte, el extravismo, las religiones, las demandas egoístas, la egolatría, las ideologías, las guerras, el cuasi fin del mundo y el planeta, así como la oportunidad de hacer Teshuva y escoger la vida. Solo espero que nos reproduzcamos mucho y rapido, para ver si arreglamos el desastre que hicimos con el mundo.
No hay excusa para quienes dicen falsamente que el noajismo carece de espiritualidad. El noajismo nunca se ha devaluado ni lo hará.
Gracias Moré