Honorable kahal,
Hoy me encuentro aquí para compartir con ustedes un darush que une la parashá Vaishlaj, un pasaje significativo del libro del Génesis en la Torá, con el tema de la continuidad. La parashá Vaishlaj narra el encuentro entre Iacob y su hermano Esav después de muchos años de separación. Este encuentro es un momento crucial en la vida de Iacob, ya que representa la culminación de su viaje personal y su búsqueda de reconciliación y continuidad.
Ésta es una historia de hermanos que se separaron debido a conflictos y malentendidos. A lo largo de los años, cada uno siguió su propio camino, enfrentando desafíos y luchas internas. Sin embargo, a pesar de la distancia y las diferencias, el deseo de reconciliación y continuidad siempre estuvo presente en el corazón de Iacob. Es nuestro patriarca, una guía en nuestro camino.
Antes del encuentro con Esav, Iacob se prepara para lo peor. Envía regalos y divide a su familia en grupos, anticipando un posible conflicto. Sin embargo, cuando finalmente se encuentran, en lugar de una confrontación violenta, Iacob se muestra humilde ante su hermano y lo llama «mi señor». Este gesto de humildad y respeto establece el tono para una reconciliación genuina y duradera.
En este punto, podemos reflexionar sobre la importancia de la continuidad en nuestras propias vidas. Todos enfrentamos desafíos y conflictos, tanto internos como externos, que pueden hacernos sentir separados de aquellos que amamos y de nosotros mismos. Pero al igual que Iacob, siempre hay una chispa de esperanza y una búsqueda de continuidad en nuestro interior.
La continuidad no se trata solo de la conexión con los demás, sino también de la conexión con nuestro propio ser. Es el reconocimiento de que estamos en constante evolución y crecimiento, y que incluso en medio de las adversidades podemos encontrar formas de reconciliación y renovación.
El viaje de Iacob nos enseña que la continuidad requiere valentía y disposición para enfrentar nuestras propias debilidades y errores. Requiere humildad para reconocer nuestras fallas y buscar la reconciliación con aquellos a quienes hemos dañado o hemos sido dañados. Pero al mismo tiempo, la continuidad también implica un sentido de propósito y determinación para seguir adelante, a pesar de las circunstancias difíciles.
Que podamos encontrar la valentía para enfrentar nuestros propios conflictos y la sabiduría para cultivar la continuidad en todas nuestras relaciones.
Que este reinicio sea con brajá y hatzlajá.
¡Gracias! Shabat Shalom
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