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De las muchas enseñanzas que estuvimos compartiendo con las hermosas personas que participaron en el Templo Maimónides, de la Comunidad Israelita Sefaradí de Uruguay, durante las diversas actividades de Sucot 5778, quiero rescatar solamente una ahora para hacer pública por internet.
Es una pregunta, que es bastante obvia y quizás por ello mismo la olvidamos de preguntar o nos cuesta responder.
Vamos pues.
Sabemos que Sucot es una de las festividades que componen la triada de los SHALOSH REGALOM, tres fiestas de la peregrinación, junto a Pesaj y Shavuot.
Tenemos que Pesaj celebra y reedita nuestra liberación de la esclavitud terrible en Egipto.
De cierta forma es nuestro nacimiento como nación independiente.
Shavuot, por su parte, conmemora y revive el momento único e impresionante, irrepetible en toda la historia humana, en el cual el Creador reveló directamente Su Voluntad a TODO un pueblo reunido. No por medio de enviados, ni de manera privada, sino a una comunidad multitudinaria y abiertamente.
De cierta manera marca nuestro inicio a la vida en el nuevo camino espiritual, abierto en ese momento para nosotros, de lo que ahora conocemos como judaísmo.
Luego llega Sucot, la cual festeja y presentifica el hecho de que nuestros antepasados moraron en Sucot.
Eso, nada más.
Ni siquiera la Torá se esfuerza en darnos pistas concretas de lo que significa Sucot.
Están los que dicen que son las nubes de Gloria que rodeaban al campamento de Israel.
Están los que informan que es el nombre del primer lugar al cual llegamos tras ser liberados de las cadenas de la esclavitud egipcia.
Están los que nos ilustran diciendo que son aquellas chocitas endebles que nos acompañaron en el viaje que duró cuarenta años.
Pero en concreto, puede ser todo ello, algunas, una, otra… no lo podemos asegurar al 100%.
Pero además, si lo comparamos con salir de la opresión terrible, y lo comparamos con recibir la Torá, como que el motivo de Sucot queda absolutamente limitado, empobrecido, ridiculizado.
¿No te parece?
Pero, Dios no haría algo así.
Debe haber una importante enseñanza, que nos ilumine en cuanto a hechos del pasado pero especialmente a afrontar la vida cotidiana de manera plena, espiritual, como constructores de SHALOM.
Entonces, queda planteada la interrogante:
¿Qué se supone que nos viene a enseñar Sucot como para que merezca ese sitial de impactante honor que el Altísimo le ha conferido?
