Apreciado amigo y discípulo:
Nuestra parashá nos refiere acerca del que ofrece minjá -ofrenda voluntaria- al Eterno, lo siguiente:
"Cuando un alma presente como ofrenda al Eterno…"
(Vaikrá / Levítico 2:1)
Notemos que dice "alma", y no "persona", u "hombre", o "alguien".
¿Qué nos quiere enseñar la Torá con esto?
Sepamos que, por lo general, la ofrenda minjá, a la que se está refiriendo la Torá en este momento, era traída por personas pobres, que no tenían suficiente dinero como para adquirir costosos animales para dedicarlos en honor al Eterno. Por lo cual, traían de aquello que podían, de vegetales, con todo el esfuerzo de su alma.
Al respecto de esta ofrenda está dicho:
"De las ofrendas quemadas al Eterno, esto es lo más santo."
(Vaikrá / Levítico 2:3)
Apreciamos que para el Padre era sumamente valiosa esta simple ofrenda, pobre materialmente, pero rica en sentido y en espiritualidad.
¿Por qué?
Pues, está dicho que es el alma la que presenta la ofrenda.
Es decir, se está entregando la ofrenda de corazón, con todo el alma. Lo que vale es la intención, la kavaná, el sentido de la ofrenda; en tanto que el costo económico, o la sangre derramada en sacrificio son absolutamente secundarias (y hasta irrelevantes a veces).
Tal como confirmara el inspirado salmista:
"Señor, abre mis labios, y proclamará mi boca Tu alabanza.
Porque no quieres sacrificio… los sacrificios de Elokim son el espíritu quebrantado. Al corazón contrito y humillado no desprecias Tú, oh Elokim."
(Tehilim / Salmos 51:17-19)
Es esto, y no otra cosa EL VERDADERO SACRIFICIO, que ama el Padre y que sirve para limpiarnos del pecado que hemos cometido.
En palabras del profeta:
"Porque misericordia quiero Yo, y no sacrificios; y conocimiento de Elokim, más que holocaustos."
(Hoshea / Oseas 6:6)
Por supuesto, la persona que tiene medios económicos para presentar al Eterno una ofrenda más costosa ¡puede y debe hacerlo! Pero sin olvidar, jamás, que lo que pesa en realidad es la intención con la cual se está honrando al Eterno.
De manera similar, cuando vamos a donar dinero para los necesitados o para personas/instituciones de difusión de Torá, si tenemos oportunidad de dar mucho… ¡qué bueno que apoyamos en abundancia!
Y si es poco… ¡qué bueno que podemos compartir de lo que tenemos!
Mientras la entrega sea de corazón, con verdadera misericordia, amor y falta de egoísmo.
Como nos insta el proverbista inspirado:
"No niegues un bien a quien es debido, teniendo poder para hacerlo."
(Mishlei / Proverbios 3:27)
El que actúa de esta manera, con plenitud de corazón hacia el Eterno (cumpliendo cabalmente con los mandamientos que Él le ha ordenado), con dedicación realmente amorosa (sin egoísmo) hacia el prójimo, es prosperado (en Este mundo y/o en el Venidero).
Tal como se nos testimonia en el Tanaj:
"Él hizo lo bueno, lo recto y lo verdadero delante del Eterno su Elokim.
Él buscó a su Elokim en toda obra que emprendió en el servicio de la casa de Elokim y en la Torá y el mandamiento. Lo hizo de todo corazón y fue prosperado."
(2 Divrei Haiamim / II Crónicas 31:20-21)
Ten siempre presente que, es la esencia lo que perdura eternamente, en tanto que lo superficial se evapora en el olvido.
No lo olvides.
No son sacrificios y sangre lo que adquieren para ti el Paraíso (en Este mundo y en el Venidero), sino tus actos fieles al cumplir con los mandamientos, tal como queda demostrado en las siguientes palabras:
"¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros."
(1 Shemuel / I Samuel 15:22)
Son tus obras de bien, todas aquellas que tienen la intención de seguir con fidelidad los mandamientos que el Padre te ha dado1, las que edifican tu vida, en Este mundo y en el Venidero.
Eso es lo que Dios quiere de ti.
Él no te pide sacrificio, sangre, fe, pedantería religiosa, discriminación negativa del prójimo, actos obsesivos supersticiosos, que te prives de lo que Él te ha dado y permitido para que goces, etc.
Él te pide básicamente que:
"amarás al Eterno tu Elokim con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas."
(Devarim / Deuteronomio 6:5)
y
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno."
(Vaikrá / Levítico 19:18)
¿De qué manera se logra esto?
Cumpliendo con fidelidad con los preceptos que Él nos ha dado.
Preceptos que nos abrazan con el Eterno y con nuestro prójimo.
Preceptos que nunca perdieron ni perderán su validez y vigencia, tal cual se nos enseña en estas palabras plenas de santidad:
"Cercano estás tú, oh Eterno; todos tus mandamientos son verdad.
Hace mucho que he conocido tus testimonios, los cuales estableciste para siempre."
(Tehilim / Salmos 119:151-152)
Así pues, mi querido amigo y alumno, ya sabes el mensaje para este Shabbat, y de aquí en adelante: haz lo que está en tu poder hacer, para construir shalom. Que tus actos sean plenos en fidelidad y sentido, pues eso es lo que a Dios agrada.
Para finalizar, te dejo un relato real.
En cierta oportunidad al rabino se acercó una mujer viuda, ella estaba muy desanimada puesto que no tenía ni un centavo para el casamiento de su hija querida.
El rabino comenzó a responder con una pálida excusa: "Ay, si yo fuera rico, con placer le daría mucho dinero para su bienestar; pero usted sabe, mi salario como rabino es escaso, apenas si tengo dinero para sobrevivir."
El rabino se disculpó y se retiró apresurado.
A los pocos minutos, el rabino regresó con dos candelabros de fina plata en sus manos, que le entregó a la señora, con las palabras: "Esto lo había recibido de regalo, pero usted le dará mejor uso, tome y que el Eterno la bendiga y a su hija con salud y bienestar".
La feliz viuda se alejó con una gran alegría y esperanza en su corazón.
Esa noche, el rabino le contó a su esposa lo ocurrido y agregó: "Podremos usar dos patatas como nuestros candelabros, ¿no crees?"
Su esposa sabía el cariño que tenía el rabino por esos candelabros de plata, habían sido de su difunta madre; pero también sabía del amor que él tenía por su prójimo. Entonces comprendió lo que significa "ofrendar de corazón".
¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir shalom!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
1- Recuerda: si eres gentil, los mandamientos que el Padre te ha dado para que cumplas son los Siete Mandamientos Universales, con sus derivados. Puedes aprender de ellos haciendo clic aquí.
Si eres judío, los mandamientos que haz de cumplir están dictados en los 613 que se encuentran en la Torá (más los decretos rabínicos). Puedes aprender de ellos haciendo clic aquí.