«–Que el Eterno, Elohim de los espíritus de toda carne, ponga al frente de la congregación un hombre que salga y entre delante de ellos, que los saque y los introduzca, para que la congregación del Eterno no sea como ovejas que no tienen pastor.»
(Bemidbar/Números 27:16-17)
En aquellas viejas épocas había dos clases de pastores de ovejas:
- aquel que iba detrás del rebaño haciendo sus propias cosas, porque trabajaba por un salario, poniendo la mínima atención a las necesidades de los que estaban a su cargo, y que si aparecía alguna fiera, se escondía protegiéndose con los animales o salía corriendo dejando a la intemperie al rebaño;
- el que se ocupaba con paciencia, dedicación, entrega, amor porque comprendía que estaba al servicio de sus seguidores y que su ganancia era el bienestar de ellos.
Los líderes de Israel, aquellos que se mueven influidos por la NESHAMÁ y no por el EGO, son los verdaderos pastores.
El resto, está para sus intereses personales.
Tomando en consideración eventos actuales dentro del judaísmo y en el Estado de Israel, sería bueno evaluar qué dirigentes han tomado la posta y si dan con el perfil necesario.