por Shabbat: Elul 20, 5768; 20/9/09
Un comentario de la Parashá Ki Tavó (Devarim 26:1 – 29:8)
*Elul, época de armonía*
Shalom, bienvenido nuevamente.
Es grato reencontrarnos para continuar juntos este apasionante camino de aprendizaje y crecimiento, de la mano de la Torá.
Estamos ya palpitando los días previos al comienzo de un nuevo año universal, se siente próximo el inicio del 5769.
Es una época de buena voluntad por parte de Hashem, quien se halla cercano, dispuesto a tomar en un cálido abrazo a todo aquel que estire sus brazos hacia Él.
Es un momento de particular sensibilidad, de belleza espiritual, de balances, reflexiones y reencuentros.
Una temporada única, que no podemos dejar pasar sin aprovecharla como corresponde.
En la parashá, como siempre, nos encontramos con temas de interés y de actualidad.
Por ejemplo, presta atención a este fragmento:
«El Eterno tu Elokim te manda hoy que cumplas estas leyes y decretos. Cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón y con toda tu alma.
Tú has proclamado hoy que el Eterno es tu Elokim y que andarás en Sus caminos, que guardarás Sus leyes, Sus mandamientos y Sus decretos, y que escucharás Su voz.
El Eterno ha proclamado hoy que tú eres Su pueblo especial, como Él te ha prometido, y que guardarás todos Sus mandamientos, de modo que Él te ponga más alto que todas las naciones que ha hecho, en cuanto a alabanza, renombre y gloria; para que tú seas un pueblo santo para el Eterno tu Elokim, como Él ha prometido.»
(Devarim / Deuteronomio 26:16-19)
A diferencia de otras oportunidades, no comentaré nada directamente del texto, sino que te daré una idea que surge de su misma esencia.
Recordemos que el mes de Elul, y luego también los Aseret Iemei Teshuvá están signados por cuatro elementos esenciales: Torá, Tfilá, Tzedaká y Teshuvá.
Torá, es el estudio de la misma.
Tefilá, es un canal de conexión intensa con Hashem, con uno mismo y con el prójimo.
Tzedaká, es ser activo en la consecución de la justicia social.
Teshuvá, es el retorno a la mejor esencia de uno mismo, es regresar al Buen Camino que el Eterno ha trazado y del cual no es conveniente apartarse.
Llega este momento y contamos con estas herramientas insustituibles para organizar mejor nuestra vida, para poner las cosas en su debido lugar, para conectarnos con Hashem, con el prójimo, con nuestro pueblo y con nosotros mismos.
Piensa, qué es lo que te gustaría mejorar a partir del nuevo año. Mejor aún, qué quieres superar a partir de hoy mismo.
Encuentra aquella actitud o conducta que no te agrada, que te obstaculiza tu crecimiento como persona, decide con todas tus fuerzas cambiarla, y hazlo.
Es el momento adecuado.
Para finalizar, un cuento, o quizás una historia real…
Un joven, ya no daba mas con sus problemas. Cansado, angustiado, en su tefilá dijo:»Ribonó shel olam, no puedo seguir. Mis problemas son demasiado pesados».
Hashem le contesto, «Hijo mio, si no puedes
llevar el peso de tu dificultad, ve y guárdala dentro de esa habitación. Después,
abre esa otra puerta que te llevará a un depósto de problemas. Allí escoge el que tú quieras».
El joven suspiro aliviado dijo: «Gracias, Ribonó shel olam» y se fue a cumplir el consejo que le habia dicho.
Dejó su problema en aquella habitación. Salió. Cerró tras de sí la puerta, caminó unos pasos y abrió otra puerta.
Al entrar, vio muchas dificultades depositadas, algunas tan grandes que no les podía ver el final, otras tan complejas que se perdían en el horizonte.
Entre todos esos fardos molestos, descubrió una pequena dificultad, chiquita, simpática.
Dijo entonces: «Adon olamim, si no tienes inconvenientes, quisiera esa que esta allá. Parece tan chica, tan manejable, tan soportable».
Y Hashem le contestó, «Hijo mío, querido hijo, ese problema, ese que te parece tan minúsculo es precisamente el que acabas de dejar. Ve, recógelo y soluciónalo.
Tú puedes.»
¡Te deseo a ti y a los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
LeShaná Tová Tikatevu veTejatemu
¡Qué sepamos construir shalom!
Moré Yehuda Ribco
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