Parashat Vaieshev 5762

Oigamos campanas

Está escrito en la parashá: "Israel amaba a Iosef (José) más que a todos sus otros hijos porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica de rayas."
(Bereshit / Génesis 37:3)

Esa mañana la inquieta oveja recibió una sorpresa y corriendo fue a balarle a sus colegas:
– "El pastor hace un rato me tomó con vigor entre sus rodillas, y de mi cuello colgó una importante y preciosa campanita, sostenida por un finísimo y hermoso collar. Miren. Aprecien esta obra del arte contemporáneo. Estoy segura de que debe haber pasado varios días en las mejores joyerías de la campiña, buscando este regalo para mí. Y más segura estoy de que su intención es demostrar su enorme aprecio por su preferida… es decir… ¡YO! Oh… que pena me da por ustedes… so ovejas del montón… cammmpannniiiitttttaaaaaa teeeennnngggoooo yyyyyyooooooo…."

Mientras, las otras ovejas no podían siquiera decir: "beeee", pues la dueña de la campana no paraba de murmurar y mascullar y ensordecerlas y…

Y mientras balaba así, el perro ovejero capataz le ladraba a su ladero:
– "¡Zas!, no teníamos suficiente con tener que soportar los balidos y continuas quejas de estas torpes, ahora además nos ponen "musiquita"… Este trabajo me tiene harto… Ay, ¿cuándo será el día que formemos el sindicato de perros ovejeros? ¿Cuándo haremos valer nuestros derechos como trabajadores?… ¡Campanitas! ¿Qué vendrá luego? Nos pondrán bocinas a nosotros… o nos harán llevar al pastor sobre nuestros lomos… ¡campanitas! ¡Y justo a esa oveja!… faltaba más…"

Y mientras esto acontecía, el lobo -no tan feroz- desde la poco espesura del bosque se aullaba a sí mismo -mientras se relamía-:
– "Mmmmmmm… ahora será más simple que antes, en cualquier momento de descuido, cuando el bruto humano mire en otra dirección, y el lento perro ande husmeando por otro lado… me zampo a esa oveja ruidosa… mmmmmm… esa campana molesta es un lujo, ya no tendré ni que olfater, ni que molestarme en buscar… voy directo a donde me llaman a comer… ahhhhhrrrffff, eso es vida…"

Y mientras todos así suponían, el pastor comentó a su vecino:
– "En fin, tuve que ponerle un cencerro a la más fastidiosa de mis ovejas. ¡Es impresionante lo necia que es! Siempre se pierde, siempre está vaya uno a saber dónde, siempre causa problemas con las otras del rebaño, siempre salta por demás, en una palabra: me cansé de soportarla… Salta tanto que con la campana no tendré mucho inconveniente en hallarla, o que mis perros lo hagan… y te confieso algo… si la campana sirve para que se la coma el lobo… pues… quizás mucho no lo lamentaría…"

Shabbat Shalom les desea Yehuda Ribco

Destellos de la parashá

Sidrá 9ª sidrá de la Torá y 9ª del sefer Bereshit / Génesis.
Entre versículos 37:1 y 40:23. La lectura de la Haftará se realiza del libro de Amós 2:6 – 3:8.

Iaacov / Israel pretende al fin hallar paz asentándose en la Tierra de sus ancestros, en la heredad de sus descendientes.
Sin embargo, al parecer la tranquilidad le rehuía.
Bien pronto en su casa crecen las disputas.
Y finalmente su hijo preferido, aquel al cual había mimado y privilegiado por sobre los otros hijos, desaparece súbitamente… en apariencia devorado por una feroz fiera del desierto…
Y es verdad, había sido devorado por tal: la bestia del odio gratuito, de los celos, de la vanidad…
E Israel guardó luto durante décadas, inconsolable, vacío de alma… a la espera de la redención, que él sabía, él esperanzado aguardaba por su amanecer.
Y Dios, oye al que Le implora…

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