Corazón reluciente

PARASHÁ: KEDOSHIM

Parashá: Vaikrá / Levítico 19:1 – 20:27

Haftará: Iejezkel / Ezequiel 20:2 – 20

Seleccionamos de la parashá

1. Santificar nuestra existencia por medio de actos de bondad y justicia.

2. Apartarse de la idolatría, pues ella se basa en el engaño y lleva a la persona a una vida de falsedad.

3. Rechazar toda superstición, puesto que ésta desequilibra a la persona y a la sociedad.

4. Los escalones que llevan al amor al prójimo, entre otros:

a. Ser honestos.

b. Cuidar la palabra dada.

c. Pagar las deudas.

d. No ser indiferentes ante las necesidades y padecimientos de otros.

e. No guardar rencor.

f. No vengarse.

g. Honrar a los padres y ancianos.

5. La orden central: Amar a tu prójimo como a ti mismo.

6. Buscar la paz y construirla, con el lejano y con el cercano.

Ordena Dios en la parashá:

«No aborrecerás en tu corazón a tu hermano. Ciertamente amonestarás a tu prójimo, para que no cargues con pecado a causa de él.» (Vaikrá / Levítico 19:17)

Se nos demanda no cargar nuestro corazón con aborrecimiento hacia nuestro prójimo… ¡cómo si fuera tan fácil!

En verdad, nadie dice que lo sea, dejar de lado el resentimiento, no cargar con mochilas de rencor, abstenernos de desear el mal, parar de quejarnos amargamente buscando a quien culpar por nuestros errores y penurias, puede ser un trabajo muy duro de realizar.
Pero, la Torá nos incentiva a hacerlo, por tanto tenemos la oportunidad para ser libres de sufrimiento y malestares, ¿por qué al menos no intentarlo?
Podemos comenzar por no ser indiferentes a la presencia de nuestro prójimo, a sus necesidades, a sus padecimientos y a sus dichas.
Al mostrar sincero interés por el prójimo, incluso por aquel que sentimos que nos ha hecho algún daño, estamos en el camino de la construcción del Shalom.
Apreciemos lo positivo de nuestro vínculo, valoremos lo radiante que está a nuestro alcance, porque cuando coloreamos nuestra mente con ondas luminosas, todo aparece más brillante.
Nuestra mente se entrena de acuerdo a lo que le vamos ofreciendo, si la llenamos de oscuridad, se ejercita a ver todo opaco y angustiante.
Pero, al no hacer hincapié en lo negativo, abrimos las puertas de la prisión que representan nuestros amargos recuerdos.

Estos son unos primeros pasos, que bien podemos a intentar hoy mismo.

¿Quién no aspira a una vida buena y satisfactoria?

Enseñanza para comentar y pensar: Das lo que puedes

Un sabio de renombre llegó a la ajetreada ciudad, pero la gente –anclados a sus minúsculas vidas- no dio mucha importancia a su presencia.
Sus enseñanzas no consiguieron interesar a la población, quienes al cabo de un tiempo se burlaban ruidosamente del sabio y de sus inteligentes consejos.

El colmo fue cuando un hatajo de hombres y mujeres lo insultaron públicamente, con gestos repulsivos y amenazas de agresión física.
¿Qué les había hecho el maestro?
¡Ni ellos lo sabían! Pero mejor parecía aborrecerlo y abuchearlo con tal de no despertar…
Él, en lugar de hacerse el superado y fingir distraimiento, se aproximó con palabras de bendición a flor de labios.

Entre ofuscados y sorprendidos, uno del medio del rebaño vomitó:- ¡Además sordo y zonzo! Nos viene a acariciar con suaves palabras sin comprender lo que le decimos.

A lo que respondió:- Cada cual ofrece lo que tiene y puede…

Preguntas para reflexionar

1. ¿Cuál te parece que es la enseñanza del relato?

2. ¿Cuál hubiera sido tu reacción en lugar del sabio?

3. ¿Cómo se relaciona con nuestro comentario acerca de la parashá?

4. ¿Cómo pondrías en práctica la orden de amar a tu prójimo como a ti mismo?

¡Te deseo Shabbat Shalom UMevoraj!

Moré Yehuda Ribco

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