Al honrar a nuestros padres
En la parashá leemos:
"El Eterno dijo a Moshé [Moisés]: -He aquí, Yo vendré a ti en una densa nube, para que el pueblo oiga mientras Yo hablo contigo y te crea para siempre… Honra a tu padre y a tu madre…"
(Shemot / Éxodo 19:9, 20:12)
El Decálogo está dividido en dos categorías: las cinco primeras estrofas contienen reglas de la relación entre el hombre y su Creador, mientras que las otras cinco reglas para que atañen a la relación entre personas.
Si esta división es clara, entonces, ¿por qué el mandamiento de honrar a los padres se ubica dentro de las cinco primeras estrofas?
¿Cómo se vincula íntimamente el honrar a nuestros padres con nuestra relación personal con el Creador?
Presentemos algunas de las respuestas que se han dado:
-
El Talmud (Baba Metzia 32a; Kidushin 30b en adelante) establece que todo aquel que honra a sus padres, está honrando al Todopoderoso, ya que con su conducta está indicando su ánimo y voluntad de aceptar la autoridad de aquellos que le son superiores, así como el sustentar los valores de la Tradición.
-
Haamek Davar añade que, más allá del sentimiento de la persona hacia sus padres, que se supone que es de ternura y amor, uno realmente tiene la obligación impuesta por el Eterno de honrarlos. Quiera hacerlo con sentimientos positivos, o no, la obligación se mantiene como un mandato celestial y es halajá debidamente pautada y delimitada. Por lo cual, cuando la persona honra a sus padres, está honrando al Creador que ha dado ese mandamiento.
Sin embargo, si prestamos atención la cuestión no queda realmente esclarecida con esta respuesta, pues al cumplir con cualquiera de los 613 mandamientos en última instancia se está honrando al Legislador que los ha ordenado. -
Meshej Jojmá, por su parte, nos enseña que el mandamiento de honrar a los padres es una de las piedras angulares que sostienen nuestra confianza en la entera veracidad de la Torá.
Nuestra Tradición está basada en la cadena no interrumpida que comenzó con nuestro padre Avraham, pasó por Sinaí y llega inalterada hasta nuestros días.
Es una cadena dorada de padres e hijos, que se van trasmitiendo fidedignamente el contenido de nuestra manera de vivir, el mensaje perpetuo de la Torá divina.
Por lo cual, cuando honramos a nuestros padres, a esos que están aquí próximos y que nos dan la vida, estamos también honrando a todos nuestros venerables ancianos, de todas las generaciones, que han contribuido para mantener vital y actual el judaísmo. No solamente honramos a las personas físicas, sino al contenido espiritual, intelectual y ético que nos entregan y desde dentro nos da vida.
A través de esa transmisión es que nos conectamos también con el Creador, que es el que ha revelado la Torá a Israel. -
El Sefer HaJinuj nos hace ver que fueron nuestros padres los que nos trajeron a la vida, tal como el Eterno hace. Ellos dan la vida, como reflejo del Todopoderoso que la da.
Y es por esto mismo que el premio por cumplir con el mandamiento de honrar a los padres es "longitud de días".
De acuerdo al sistema midá kenegued midá -medida por medida-, quien muestra apreció por aquellos que le han dado días, obtiene como resultado que le sean extendidos sus días. Aquel que honra a los que reflejan la autoridad Celestial, es honrado por el Eterno.
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Notas:
-Otras interpretaciones de este pasaje de la Torá, y más estudios los hallan HACIENDO CLIC AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ.
Relatos, anécdotas y enseñanzas
Un gentil llamado Dama ben Netina poseía una joya preciosa que era necesaria para reemplazar una que faltaba de la pechera del Sumo Sacerdote.
Un grupo de sabios fue a él y le ofrecieron una fortuna por la gema, pero él se rehusó insistentemente a venderla, a pesar de que los sabios iban aumentando el precio.
Los sabios pensaban que el hombre era ambicioso, pero lo cierto es que no se las iba a vender porque la llave de la caja de seguridad en donde se guardaba la joya, estaba bajo la cabeza de su padre que dormía la siesta en ese momento.
Pero este hecho, ellos no lo sabían, así que se se marcharon apesadumbrados esperando a que el hombre aceptara finalmente la suculenta suma ofrecida.
Al rato, el hombre se presentó ante los sabios y les contó el verdadero motivo de su renuencia: él no iba a despertar a su padre, ni siquiera por la fortuna de un rey.
Y dicho esto, les dio a los sabios la joya y aceptó únicamente el módico precio inicial que le habían ofrecido.
Puesto que él estaba dispuesto a dejar tanto para honrar a su padre, fue recompensado de tal manera que una vaca roja nació dentro de su ganado, y vendió este animal a los sabios por la misma suma que había rechazado antes por la joya.
Basado en TB, Kidushin 31a
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
-
¿Cómo se relaciona el relato con el comentario a la parashá que hemos brindado?
-
¿Cómo honra a sus padres en el día?
-
¿Paradoja?
"Allí donde encuentras la grandeza/poderío del Eterno, encuentras allí Su humildad"
(TB Meguilá 31a)-
¿Por qué el poderío del Eterno está vinculado con Su humildad?
-
¿Cuál es la moraleja para nuestra propia conducta?
-
-
Ejemplo de honra al padre
"Nuestro maestro Shimón ben Gamliel enseñó: ‘Todos los días he servido a mi padre, y no he alcanzado siquiera un uno por ciento del grado que llegó Esav al honrar a su padre. Cuando Esav servía a su padre, el lo servía (vistiendo) ropas de realeza’"
(Bereshit Rabá 65).-
¿Qué aprendemos acerca de Rabbán Shimón cuando confesó esto?
-
¿Por qué nuestra Tradición no tiene prurito de aceptar, y señalar, que un hombre malvado/extraviado también tiene buenas cualidades?
-
Shalom Yehuda, hermosa enseñanza, a la historia de Dama ben Netina, ya la habia oido antes del rabi Daniel Ginerman, pero siempre es bueno recordar una enseñanza tan importante como esta. Quiera HaShem ayudarnos a cumplir esta gran mitzva.
de nada, supongo q la obtuvimos de la misma sagrada fuente.
q tenga un esplendido dia, pleno para construir shalom!