Dios que sufre

« En toda la angustia de ellos, Él fue angustiado»
(Ieshaiá/Isaías 63:9)
(Leído también como parte de la haftará de Nitzavim).

Es probable que para el que no cuenta con suficiente conocimiento en los caminos espirituales, pero sí haya sido sumergido en el fango de la religión, que este póster que compartimos pueda parecer de origen pagano, un tanto alejado de la tradición del judaísmo (y  noajismo).

Porque seguramente sonará chocante la figura del “Dios sufriente”, tan típica de algunas religiones y tan lejana (en apariencia) de la concepción judaica.

Y, sin embargo, encontramos que por ejemplo el profeta Ieshaiá/Isaías, manifestando la Palabra del Eterno, explícitamente señala que Dios padece por el padecimiento de Sus hijos.

Difícilmente podamos acusar al venerable profeta de idólatra o de haber consumido el pan podrido de la creencia ajena y enferma.

Como tampoco está viciado este santo pasaje:

«Y Él no pudo soportar más la aflicción de Israel.»
(Shofetim/Jueces 10:16)

Por tanto, está demostrado que la imagen del Todopoderoso sufriendo por las angustias de Sus hijos, es parte de la sacra Tradición (dejo este link a un sitio web y este otro con decenas de comentarios de sabios explicándolo, está mayormente en hebreo).

Por supuesto que en la Tradición sagrada, que no es la de la cruz, este concepto de “Dios sufriente” es metafórico, un lenguaje poético, una figuración de lo que es inimaginable.
Porque en los hechos Dios no sufre, ni se enoja, ni se alegra, ni se complace, ni ama, ni se deleita, ni se altera, ni tiene piedad, ni tiene celo, ni… nada de lo que sucede con las limitadas criaturas. Y, sin embargo, abundan las expresiones simbólicas similares a lo largo de todo el TANAJ.

Recordemos que la Palabra verdadera de Dios, expresada por medio de Sus profetas, está pronunciada con la intención de que las personas la comprendan, particularmente aquellos que la recibieron de primera mano.
Por eso es clásico el dicho de los sabios: “la Torá habla el idioma de la gente”; ya que no está interesada en filosofar, ni abundar en metafísica, ni pronunciar discursos místicos, ni confundir con palabrería, ni demostrar una clase superior. ¡No! Sino que el mensaje Divino sea recibido, entendido y llevado sanamente a la práctica.

Por lo cual, no es extraño encontrar “ojos”, “manos”, “andar”, “hablar”, “oír”, y sentimientos en los pasajes del TANAJ.
Para que el receptor reciba y pueda comprender.

En cuanto al mensaje del póster: “Imagina el dolor de Dios al ver que Sus hijos llaman dios a lo que no lo es. Y más dolor cuando eso lleva al hombre a sufrir, porque aunque errados siguen siendo Sus hijos”.

Evidentemente, es sentido figurado, pero muy poderoso.
No tiene nada de paganismo, nada de religiones, simplemente realidad espiritual, como es todo lo que compartimos modestamente en este hogar (BELEV.ME) y en serjudio.com y fulvida.com.

De hecho, está basado completamente en otro profeta de la Verdad, como por ejemplo el capítulo 3 de Irmiá/Jeremías o todo el libro de Hoshea/Oseas.

Dios sufre porque Sus hijos se esclavizan a la falsedad, que los lleva a todo tipo de angustias.
Esto es terriblemente malo, pero se multiplica cuando las personas inventando excusas niegan estar en el error y endiosan a sus ídolos. De esta manera quitan la oportunidad de despertar, de hacer TESHUVÁ, porque no tienen manera de darse cuenta de que es malo su andar, ni entienden que sus dioses son no-Dios.
Sin embargo, siguen siendo hijos de Dios.
Por más lejanos que estén y adulterada su relación, la chispa Divina continúa encendida en su ser.

Es por ello que el Eterno sufre y aguarda, por el despertar de Sus hijos y su retorno.

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