Rosh Hashaná
“El primer día de Tishré es el año nuevo para los años…”
El primero de Tishré, el séptimo mes, es Rosh Hashaná, el año nuevo judío. Es el día del juicio Divino, en este día el Todopoderoso juzga a toda la humanidad, a cada individuo e individuo en forma particular, toda la humanidad pasa cual ovejas ante el Pastor. En este día son juzgadas las acciones del hombre, no hay olvidos, sobornos o favores en el Juicio Divino, todo se sabe y conoce, no podremos ocultar nada, ‘la suerte está echada’.
Tres libros son abiertos en este día, el libro de los justos, malvados, o intermedios. En los cielos se evaluará a que categoría pertenecemos y donde seremos inscriptos. Todo depende de nosotros, y nuestras acciones.
Gran bondad ha tenido el Eterno con nosotros revelándonos la fecha del Gran juicio, dándonos tiempo para poder prepararnos, tiempo para que nos organicemos y lleguemos a aquel día consientes del paso que daremos.
Los estudiantes esperaban la llegada del rabino para que comenzará la clase, en eso entra el rabino con la mirada turbada, los ojos confundidos repitiendo: “51 y no 51, 51 y no 51, 51 y no 52…” y así repetía una y otra vez con brío. Preguntaron los alumnos consternados y sorprendidos: “ ¿quizás quiera enseñarnos de que esta hablando?” el rabino despertó repentinamente, los miró y les contó: ‘cuando Lot escapó de Sedom que sería destruida se apresuró a huir a la ciudad de nombre Mitzhar (ver Bereshit/Génesis 19:20). La ciudad de Mitzhar también estaba repleta de pecadores al igual que Sedom, pero no fue destruida como Sedom. ¿Por qué? La ciudad de Sedom era más antigua que la ciudad de Mitzhar, por lo que su cuota de pecados colmada, pero Mitzhar aún tenia cierta tolerancia desde los cielos, sin llegar al decreto Divino de abatirla con la destrucción. ¿y cuanta diferencia había entre las ciudades? Sólo un año!! Sedom tenía 52 años, y Mitzhar 51! Y por esta diferencia de un año, una ciudad fue destruida y esta otra se salvó…” (Shabat 10b)
¿eeh? ¿51 y no 52?
Hay quien piensa: “Mirá hace unos 10 años atrás fue inscripto para la vida a pesar que no cambié mi actitud, y hace 5 años atrás lo mismo ocurrió, ¿por qué ha de cambiar este año?…” Recordemos en Sedom, 1 año hizo la diferencia entre la vida y la muerte…
La Guemará nos cuenta que los alumnos de Rabí Iojanán Ben Zkai se congregaron a su alrededor cercano a su muerte y uno de ellos le pidió: ‘!Maestro bendíganos! Rabí Iojanán les contestó: ‘Que sea Su voluntad que se el su temor del cielo como el temor a un ser humano”. Los alumnos se miraron unos a otros, y preguntaron: ‘Eehh… mmm… maestro, eso es todo?’ les contestó Rabí Iojanán: ‘ y ojalá que se cumpla, sepan que cuando la persona hace algo no correcto se preocupa que sea visto por las demás personas, pero no pone atención a los ojos del Cielo, pero Hakadosh Baruj Hu todo lo observa…” (Berajot 28b)
Esperemos que nos preparemos al Gran Juicio como nos preparamos para un juicio terrenal. Si la persona debe presentarse ante un juez de carne y hueso de seguro buscará la mejor defensa, un buen abogado, pruebas, testigos, documentos, y demás. En este día de Rosh Hashaná nuestra única defensa son nuestras buenas acciones realizadas, las mitzvot, la Torá que estudiamos, solo ellos nos defenderán de las acusaciones, solo ellas nos respaldarán y protegerán.
Se cuenta acerca de cierto abogado bastante astuto, quien era experto en causas penales. En una ocasión se acercó un individuo pidiéndole que saliera como defensa de una acusación de homicidio en su contra. El abogado le preguntó: ‘en verdad no asesinaste? El hombre le contestó: fíjate en todos las documentaciones del caso y fíjate que puedes hacer. Tomó el abogado el portafolio, inspeccionó los documentos, acusaciones, testimonios, evidencias, y finalmente asumió el caso, obviamente por una cuantiosa y generosa suma de dinero.
Cuando llegó el día del juicio se dirigió el abogado a los jueces demostrándoles contradicciones e los testimonios, y varias evidencias de la inocencia de su cliente quien injustamente fue acusado, hombre de bien, bonachón como él solo, etc. Los jueces atendían en silencio las pruebas, escuchaban, y viendo que el juicio se alargaba, se dirigieron al abogado consultando: ‘hay más pruebas?’ el abogado del acusado les contestó que no iba ni por la mitad. Los jueces decidieron hacer un pequeño receso para un refrigerio. En el intervalo le consultó el abogado defensor a su cliente: “y? hable bien? El acusado le contestó: “¿Qué si hablaste bien? Poco más y hasta yo me creo que soy inocente…”
Sí, así es, esto puede ocurrir pero únicamente en este mundo. En este mundo existe la mentira, farsa, simular, y engañar a los jueces. Pero allí, en el otro mundo no existe disfraz, no hay treta. Todo está revelado allí. «¿Se Ocultará alguno, dice H’, en escondrijos en que yo no lo vea?” tal como los Sabios nos enseñan: “Sabe que hay por encima de ti: un ojo que ve, un oído escucha, y todos tus actos son registrados en un libro” no hay nada que se oculte a sus ojos, no hay donde escapar, no hay lo que inventar. No hay alegato bueno. Lo único que nos queda es acercarnos con humildad, volver a Nuestro Padre, que con amor nos recibirá bajo Su ala, nos limpiará de nuestros errores y curará nuestras heridas, si es eso lo que deseamos y estamos dispuestos.
Nos quedan los últimos días, podemos y debemos de prepararnos, disponemos de las herramientas, nuestra alma ansía sedienta nuestro encuentro con Papá. Todos (todos abarcan todos) nuestros errores, pecados, transgresiones, equivocaciones, deslices, y tropiezos nos ayudan a mejorar, podemos ver que debemos enmendar, de que nos debemos limpiar, y purificar.
Nuestra alma pide sacar a relucir al mundo su luz y belleza. Por que la negamos? Por qué la asfixiamos y oprimimos? Debemos aprovechar estos últimos días, volver, sacar afuera nuestro poderío interior, con vivacidad y ánimo. Debemos ser consiente hacia que y Quien nos dirigimos, pero eso no nos deben afligir, apenar. Pecamos? Erramos? Bueno es ahora la oportunidad y el momento de comenzar de nuevo. Depende de nosotros, depende de ti: que eliges? El vivir o el morir? El bien o el mal? La luz o oscuridad?
“Busca al Señor mientras puede ser encontrado;
clama a El mientras está cercano”.
¿Cuándo está cercano? Pues precisamente ahora, en este momento, nos aguarda y espera. De nosotros depende…
excelente, mil gracias!