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La parashá Ekev (Devarim/Deuteronomio 7:12-11:25) es un llamado profundo a la gratitud y la obediencia. Moisés recuerda al pueblo de Israel las bendiciones que recibirán si siguen los mandamientos de Dios, destacando la importancia de la lealtad y la fidelidad. La parashá subraya que la prosperidad y la seguridad no son méritos propios, sino dones divinos que deben ser apreciados y honrados.
Moisés también advierte sobre los peligros de la arrogancia y la autosuficiencia, recordando al pueblo que su éxito depende de la gracia de Dios. La parashá culmina con una serie de bendiciones y maldiciones, enfatizando la importancia de elegir el camino correcto y vivir en armonía con la voluntad divina.
Si contemplamos con atención, la propia palabra Ekev, que significa «si», «en consecuencia», nos recuerda que la Tierra Prometida y las bendiciones de Dios no son un derecho, sino un regalo condicionado a nuestra obediencia a la Torá.
Es así que, cuando la parashá comienza recordándonos las victorias pasadas de Dios sobre nuestros enemigos, recordándonos Su poder y fidelidad. Cuando continúa y se nos promete una tierra próspera, abundante en leche y miel, pero se nos advierte contra la idolatría y el olvido de Dios en nuestra abundancia de bienes. Al seguir la parashá y se nos exhorta a recordar el Éxodo de Egipto, a guardar los mandamientos y a enseñar diligentemente la Torá a nuestros hijos.
Es claro que nos está mostrando el camino que Dios quiere que andemos, uno que Él ha preparado con perfección para nosotros. Tenemos la capacidad para desviarnos del mismo, pero luego, no podemos quejarnos si las consecuencias no son aquellas que hacen abundar nuestra alma de dicha.
Mensaje de inspiración:
La vida está llena de «si». Si elegimos la obediencia a Dios, si recordamos Sus bendiciones, si enseñamos Sus caminos a nuestros hijos, entonces seremos bendecidos.
Por ello, es genial si siempre recordamos que nuestras bendiciones y logros son dones de Dios. Que es la actitud correcta mantener la humildad y la gratitud en nuestros corazones, y aprender y seguir los mandamientos con amor y devoción. Así, encontraremos verdadera paz y prosperidad en nuestras vidas.
Que la parashá Ekev nos inspire a vivir vidas de gratitud, compromiso y amor a Dios, para que podamos cosechar las recompensas de Su pacto eterno.
En cuanto a los gentiles, quienes no son parte de este pacto con Israel, tienen su propio y perfecto pacto sagrado con el Padre. Se materializa a través de conocer y aplicar su propio camino espiritual, que es conocido como noajismo, los siete mandamientos que Dios ha entregado a la humanidad desde el mismo origen de la misma.
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