Por allá de inicios del siglo pasado, el Dr. Freud había descubierto que el hombre reprimía el impulso sexual contenido en su psiquis. De esa forma descubrió la enfermedad de la neurosis que afectaba al hombre en su vida individual y social.
Pero ¿Por qué el hombre no podía liberar esa fuerza que lo enfermaba?
Bueno, pues resultó que basándose en sus estudios sobre la formación psíquica del hombre, y en sus conocimientos sobre mitos populares, concluyó que la “voz de la autoridad paterna” es la autoridad que impedía tal liberación.
Es decir, que lo que el hombre llama “consciencia” no son más que las reglas y los límites que su padre impuso en las primeras fases de formación.
Luego, esa “consciencia” se agravaba por otras autoridades, entre ellas, las religiosas. De esa manera, lo que el hombre llamaba “dios” no es más que la voz de autoridad moralista de su padre y de otras autoridades.
Por su parte, y décadas más adelante, el Dr. Jung descubrió que no era la represión del impulso sexual lo que estaba enfermando la psiquis de hombre y a la sociedad; existía un impulso religioso ignorado como el responsable del sufrimiento hombre.
Concentrándose en el estudio de ese impulso, observó que la consciencia religiosa del hombre no era esa voz internalizada del padre, como suponía Freud, y por lo tanto, la consciencia del hombre no era la responsable de suprimir el impulso religioso. Según sus observaciones, y basándose en su vasto conocimiento sobre cultura y mitología, concluyó que lo que existía para el hombre era un inconsciente colectivo heredado de generación en generación que el hombre no exterioriza.
Es decir, el hombre nacía programado con información psíquica de sus antepasados. Y así, como nace programado, nace heredando miedos y enfermedades psíquicas de generaciones pasadas que creaba tensión en el hombre. No solamente se adquiere naturalmente lo biológico, sino que también las psíquicas.
Por su parte, y años después, el Dr. Frankl hizo descubrimientos impresionantes. Reconoció la existencia de fuerzas ocultas, ignoradas y reprimidas en el hombre (no solamente la sexual), y la represión de tales fuerzas es la responsable no solamente de ciertas enfermedades neuróticas, sino que además de las crisis más sinceras y profundas del hombre.
Demostró que la represión del impulso sexual humano no es el responsable de las crisis del hombre, pues ese impulso ya había sido liberado; confirmando así, certeramente, que no era la influencia del padre lo que formaba la consciencia religiosa del hombre ni la responsable de sus dolencias psíquicas.
Y a pesar de reconocerle al Dr. Jung el haber descubierto en el humano un impulso religioso ignorado que le inclinaba hacia la ética o moral, o a lo que los hombres llamamos “dios”, demuestra la imposibilidad de que esa conciencia ética se transmita hereditariamente, es decir, la inexistencia del inconsciente colectivo; por lo que descarta que por vía hereditaria se transmita también las tenciones psíquicas o las crisis humanas.
La consciencia hacia la Etica en el hombre, no era ni la voz internalizada del padre, ni tampoco era el producto de un inconsciente colectivo heredado de generaciones pasadas; mucho menos se trataba de un impulso hacia un ente divino.
Se trataba de una fuerza independiente de otros impulsos y fuerzas ocultas del hombre. Una fuerza propia del “yo” individual del humano, que presiona al hombre existir con sentido en cualquier condición que le toque experimentar, descubriendo el bien, lo único correcto y lo bueno.
Su contemporáneo, el Dr. Fromm, ciertamente avaló los descubrimiento del Dr. Frankl pues sus estudios concluyeron que no era ni el instinto ni la tradición lo que determinaba la conducta moral o ética del hombre, sino su “Yo”, su individualidad; sin embargo la historia humana ha demostrado que el humano ha existido en una constante represión de la consciencia de su “Yo” individual.
Suponía que al liberar esas fuerzas, el resultado era una trascendencia del hombre, una espontaneidad creativa, un humano humanizado; pero al contrario de Frankl, observó más la gravedad en la represión de ese “yo”, pues está convirtiendo al hombre en algo más que un enfermo, lo está transformando en un necrófilo, en un amante de lo muerto; lo que irremediablemente destinaría al hombre a su extinción.
Por su parte, y en nuestra era, La CBTerapia, reconoce la existencia en el hombre de un impulso que lo presiona hacia la Etica; impulso que le lleva a descubrir bien, lo único correcto y lo bueno; que no es devenido por la voz de autoridad del padre, ni tampoco heredado psíquicamente, sino que es un impulso independiente de otras fuerzas contenidas en el hombre. Pero al igual que sus descubridores, reconoce que dicho impulso no solamente esta reprimido, sino que además descubre que el hombre lo mal canaliza al intentar liberarlo mediante las religiones.
Sin embargo, hace un aporte importante: la represión de dicho impulso se debe a una función humana: El Ego; por lo que la liberación de dicho impulso se lograría desenmascarando el funcionamiento del Ego del hombre en su existencia. De esa forma, al minimizar la represión del impulso por el Ego, se liberaría ese impulso ético.
Y a manera de pregunta final:
¿Qué relación tiene lo anterior con el judaísmo y el noajismo?
Bueno, que tantos unos como otros estamos impulsados hacia lo ético; pero de la misma forma, el Ego nos reprime dicho impulso. Al crear sistemas religiosos estructurados y someternos a ellos lo que estamos creando son cárceles para nuestro propio impulso.
Para el caso nuestro, la primera prohibición noajida es el gatillo liberador del impulso humano a la ética; y el canal liberador es la contruccion de shalom.
Pero el desarrollo de esa idea queda para los comentarios.
para el que no sepa cual es la primera prohibicion del codigo noajico para los gentiles, como le spodemos ayudar?
Para partir y salir de la duda: https://fulvida.com/2014/12/14/prohibicion-de-la-idolatria/
Luego también es laburo interiorizar más.
https://serjudio.com/exclusivo/cterapia/origen-de-la-idolatra
Gracias por comentar moré.
El daño psíquico hecho por la religión es serio; y en algunos caso irreversibles seguramente.
Si alguien se dijera que solo por un minuto en su vida no va a creer, y que en ese único minuto va a confiar en las fuerzas de su ser, en ese único minuto podría entender lo que es no idolatrar.
No es fácil para muchos, la mayoria, confiar en si mismos, es más comodo (lo es?) confiar en alguna deidad que se encarga de mover la piezas a su favor y cuando algo no sucede es mejor creer que esa deidad decidió que era lo mejor.
Interesante texto Luis, para releer.
Agradecido!
Saludos profe. Gracias por el aporte en ideas y en acciones vivas.