El hombre sabio e inspirado por el Eterno nos aconseja: "Cuando vayas a la casa de Elokim, guarda tu pie. Acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios, que no saben reparar el mal." (Kohelet / Predicador 4:17).
El consejo aplicaba textualmente en épocas que el Templo del Eterno estaba en funciones en Ierushalaim, cuando las personas realizaban algún sacrificio (animal o vegetal) para acompañar al proceso de TESHUVÁ, arrepentimiento. (Había innumerables tipos de sacrificios, uno de los cuales era éste).
Las palabras de Kohelet siguen en plena vigencia, y ya las analizaremos un poquito más en un rato, aunque los rituales de sacrificios desde hace milenios ya no se realizan.
Es que, desde el comienzo del sistema ritual de sacrificios en el judaísmo, es totalmente sabido que estos son accesorios, complementarios y no lo principal, la TESHUVÁ va por sus sagrados carriles que pueden prescindir perfectamente de cualquier derramamiento de sangre, muerte de un ser vivo, o rituales “religiosos”. En su momento y lugar, en su contexto histórico y cultural, en su etapa en la evolución de la conciencia espiritual del hombre, los sacrificios rituales tenían un valor que para nosotros es incomprensible, pero no podemos juzgar al pasado desde el conocimiento y la conciencia del presente. Para ellos el sacrificio era un elemento sustancial, para nosotros el eje se ha corrido. Precisamente estamos enfocados mucho más en lo que el Kohelet señala en el versículo citado.
Nosotros (nuestros maestros) proponemos que es mejor si nos concentramos en la reflexión, en el oír, en el aprender a reconocer nuestros errores, en reparar lo que es posible reparar, en perfeccionar nuestro mundo, en construir shalom, en llevar una vida de armonía interna-externa, en lo que tiene un valor trascendente y de cambio real.
En vez de hacer como los necios, los de antaño y lo de todos los tiempos, que se despatarran por preparar sacrificios, creerse “salvos” a causa de alguna sangre derramada, que se sienten “de Dios” por malabarismos de la fe, cuando no viven haciendo lo bueno y apartándose de lo malo.
Explica el rey Shlomó que ir a la casa de Elokim, tanto cuando existía y realmente se hacían sacrificios, como ahora, es tener una actitud y una conducta de constructor de shalom, de edificador de un mundo mejor y no tanto una visita académica, religiosa, ritualista, de fe.
Es lo que dice, es lo que está claramente enseñado en el texto santo. Pero hay aún más.
En masejet Berajot 23a, a partir de este versículo se enseña que el Eterno dice: “¡No seas como el tonto que peca y trae un sacrificio, pero sin tener conciencia de si lo hace por algo bueno o algo malo, porque son incapaces de diferenciar entre bien y mal, e incluso así traen sacrificios delante de Mí!”.
Es de tonto pretender comprar la absolución del Eterno por medio de sacrificios, de la fe, de rituales, de pantomimas religiosas, de todo lo externo.
Eso no agrada al Eterno ni colabora con el proceso de TESHUVÁ.
La TESHUVÁ es un proceso interno, de cambio profundo, que tiene por supuesto repercusiones en el mundo externo.
Pero, quedarse solo con el afuera, el disfraz, los gestos, es de tontos, de gente hueca, de gente que peca y con estos actos rituales o fe se están burlando del Eterno. El ritual no hace a la persona digna, no los justifica, no le brinda redención, porque es la reparación del mal lo que pretende el Eterno con la TESHUVÁ.
La TESHUVÁ causada por amor al Eterno, logra transformar los pecados intencionales en méritos, sí, aunque suene muy extraño; pero, la TESHUVÁ causada por el miedo, solamente cambia el peso del pecado de intencional a no intencional, pero no logra la reparación interna, ni el crecimiento en la escala espiritual.
(Recomiendo a los que comprenden hebreo el texto que se abre haciendo clic aquí.)
¿Cómo se define la TESHUVA causada por amor (meahava)?
Cuando uno toma conciencia de la gravedad de lo realizado y no se justifica ni busca excusarse, sino que admite su acción y toma la determinación de reparar el daño (en la medida de lo posible) y no volver a cometerlo. De allí el simbolismo del sacrificio que se realizaba en el Templo, así como el animal muere y es quemado, debe suceder con la porción de EGO que nos ha llevado a cometer tal error. Que se extinga la negatividad, que resplandezca el bien, que el EGO sea usado por el hombre para la construcción de Shalom, y no el hombre sea esclavo de su EGO para la gratificación sin valor.
La TESHUVÁ basada en amor, no se está pendiente de castigos o recompensas, no se hace “pactos” o “negocitos” con Dios para que se contente con el sacrificio y por ello perdone el pecado, no se trata de echar culpas o mitigar la propia responsabilidad, no es engordar a Dios con grasa o hacerle feliz con aromas de carnes asadas, tampoco es adorar por fe a salvadores o mediadores, porque entonces no sería arrepentimiento basado en amor sino en miedo.
El arrepentimiento insincero, el que se maneja con negociaciones, toma al sacrificio tal como hacían los antiguos y los actuales paganos, quienes tienen la obligación de contentar a su dios (dioses) por medio de ofrendas, regalos, rituales, porque el dios (dioses) tiene necesidades que sus fieles deben satisfacer, de no hacerlo, el dios (dioses) montan en cólera y castigan.
Pero, en la conciencia espiritual este manejo es contemplado como lo que es: EGO.
Así pues, sacrificar, tener fe, ritualizar la vida, llenarse de prohibiciones que no tiene sentido, ser “religioso”, es seguir apegado a lo que no da vida, es seguir en la inconsciencia de lo que es bien y mal, es seguir cosificando a Dios, es seguir esclavo del EGO.
Así se comprende aún mejor lo profetizado por el hombre de la Verdad:
"Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
‘Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda."
(Ieshaiá / Isaías 1:11-17)
La base de la misión del hombre no está en adorar a un dios, ni en los rituales, ni en la fe, ni en mitos sobre sangres que salvan, ni en llevar una vida de complejidades “teológicas”, claramente lo que Dios desea del hombre es que ande por la vida como un constructor de Shalom, haciendo lo bueno, haciendo lo justo, apartándose del mal para gozar del bien.
La Torá escrita (Bereshit / Génesis 4:3) relata que el inventor del sistema de sacrificios fue Caín, el primer hombre nacido de padre y madre humanos, copiado inmediatamente luego por su hermano Abel.
Ni uno ni otro fueron instruidos por el Eterno para hacer esto, sino que salió de su propia imaginación. Del primero porque quizás supuso que podía comprar el beneplácito del Dios por medio de una dádiva, como si Él la precisara… el segundo porque quizás no quiso ser menos que su hermano, no perder el favor de su Dios… ¡vaya uno a saber!
Lo cierto es que este ritual no trajo paz al mundo, ni bendición, ni armonía, ni progreso, ni confraternidad, ni solidaridad, ni… ¡nada bueno! Este invento de la primer religión trajo violencia, enemistad y hasta el primer asesinato… ¡las cosas de la religión parece que no han cambiado!
(Recordemos que ni judaísmo ni noajismo son religión, aunque hay algunos que viven su judaísmo y su noajismo como si de religión se tratase).
Noaj al descender del arca, al ver la devastación tremenda, no tuvo mejor idea que matar animalitos para elevar sacrificios que nadie le pidió ni nadie quería, de esos mismos animalitos que Dios le había dicho que salvara para que se conservaran y proliferara. La respuesta del Eterno a ese “aroma grato”, no fue precisamente grata: "No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud. " (Bereshit / Génesis 8:21). Sí, ese ánimo de destruir y con la excusa de congraciarse con el Dios (dioses) no demuestra la nobleza de corazón del hombre, sino su EGO. Así somos, impotentes a pesar de ser poderosos; ridículos, a pesar de estar a la altura de casi ángeles. Porque nos sometemos al EGO y entonces vivimos haciendo payasadas aburridas y terribles, con muecas de alegría pero absoluto vacío y desesperación. Como dibujara el salmista con sus palabras: "¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas? Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra el Eterno y su ungido, diciendo: ‘¡Rompamos Sus ataduras! ¡Echemos de nosotros Sus cuerdas!’. El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos." (Tehilim / Salmos 2:1-4). En nuestro delirio egotístico pretendemos cambiar a Dios, o comprarlo con nuestras vanas ofrendas y sanguinarios sacrificios, para manipularlo… como si pudiéramos… y Él, allí desde Su trono se burla de los que en impotencia se creen todopoderosos, de los que se creen reyes pero son monigotes del EGO. Se ríe Dios de ti y de mí, porque seguimos siendo payasos que en verdad no hacemos reír a nadie.
A Él complace realmente la persona que vive en sintonía espiritual, sintonizado a la frecuencia divina: hacer lo bueno y justo, apartarse de lo que Él declara malo para hacer lo que Él distingue como bueno. El resto… el resto…
¡Pero cómo tiene “éxito” el resto!
¡Cómo triunfan en el mercado de las religiones los que ofrecen objetos a la venta, proponen escuelas de misticismos, centros de cabalistería, bailes mesiánicos, palabrejas en hebreo, pertenecer a sectas con más o menos renombre!
¡Qué buenas tajadas obtienen los traficantes de la fe con esos shows que arman para divertir a sus ovejitas!
¡Cómo se difunden por las redes sociales las palabras de los farsantes, de los religiosos, de los “poderosos”! Tienen un tremendo éxito, si lo medimos con la vara del materialismo sin ápice de espiritualidad.
Esos que hacen de su secta la única salvación, de sus prédicas la única vedad, de sus odios la única razón de existencia, de sus mentiras la única senda para la “salvación”… ¡esos se enorgullecen de su éxito! Pero en realidad, son el más oscuro fracaso. Como Caín, religiosos y asesinos. Como Noaj al bajar del arca, religioso y patético. Como todos los que se escudan en rituales y diferentes supercherías, con trucos de feria barata, fracasados pero llenos de oro y fama.
Mensajes de plenitud espiritual como este no son de los que atraen masas de gente, no lo consiguieron los profetas, tampoco los sabios, muchos menos este humilde maestro. Lo que a la gente atrapa es el show, los rituales, la pompa, los efectos especiales, la palabrería, el seudo misticismo, las supersticiones, los amuletos, las fantasías de otras vidas, el adquirir objetos, el bailotear como zombis, el seguir los dictados de un fantoche que se autoproclama líder de alguna secta, el vestir curioso, el disfrazarse de lo que uno no es, el sacrifico, todo lo externo y pasajero eso vende, eso cotiza, eso atrae… y es contra eso que los profetas y sabios se han levantado una y otra vez, para volver a ser silenciados por las hordas de adoradores de la vanidad.
Lo que es el camino del Eterno, ese que El mismo ha proclamado y declarado, ese no cotiza. Es que al EGO no le sirve que la persona encuentre su libertad y completitud por el sencillo y perfecto camino de la bondad y la justicia. Entonces, le hace creer a la persona que es necesario hacer mil rituales, vestirse cómico, hablar raro, aprender de memoria palabras y frases con un cierto tinte de “magia”, ser ovejas de algún pastor, festejar fiestas incongruentes, vivir como supuestamente lo hacían los modelos del pasado, llevar una vida atrevida, lo que fuera, menos lo que realmente Dios ha declarado como EL camino a seguir.
Como expresa el Eterno a través de Su profeta: "La Torá verdadera estuvo en su boca, y por eso: en sus labios no se halló malicia, en paz y en justicia anduvo Conmigo y a muchos apartó del pecado."
(Malaji / Malaquías 2:6).
Hay gente que se llena la boca de “Torá que no es verdadera”, es decir, de instrucciones que se hacen pasar por reveladas, sagradas, obligadas, cuando lo cierto es que son inventos, falsedades, farsa, producto del EGO. Pero el que tiene palabras de Torá verdadera, no precisa del disfraz, ni de engaño, ni de hacer piruetas para obtener ganancias o poder. Por el contrario, el que trae el Verbo del Eterno en su boca, el que lo hace carne con sus acciones, no habla malicia (mentiras, falsedad, engaño, religión, amenazas, maldiciones, injurias, difamaciones, perjuicios contra los inocentes), sino que habla lo necesario, lo que está en sintonía con su forma de vivir, que es de paz y justicia. Anda con el Eterno, no detrás de algún clérigo, del invento novedoso de algún “grande”, de lo que está de moda. Y con sus acciones de nobleza logra enseñar a los demás cual es el camino a seguir.
Pero, lo repito, esta forma de vida, la realmente espiritual, no es la que consigue fans, seguidores, una hinchada impresionante ni estadios repletos. Porque a la gente le encanta que se les mienta, que se les haga creer que son poderosos, que se les haga suponer que tienen conexiones “interestelares”, cualquier cosa, con tal de mantenerlos prisioneros del EGO.
Es sobre estos líderes corruptos y sus ovejas seguidoras que el profeta ha declarado en nombre del Eterno: "desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno persigue las ganancias deshonestas. Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!
‘¿Acaso se han avergonzado de haber hecho abominación? ¡Ciertamente no se han avergonzado, ni han sabido humillarse! Por tanto, caerán entre los que caigan; en el tiempo en que yo los castigue, tropezarán’, ha dicho el Eterno." (Irmiá / Jeremías 6:13-15).
¡Oh sí! Estos pastores de religión, seudo rabinos, maestros del engaño, usurpadores predican sobre paz, hacen espectáculos de sanidad, de restaurar casas extraviadas, de devolver a los perdidos, de salvación, de conexión con el “sadik”, dicen hablar y actuar en nombre de Dios, pero no hay paz en lo que hacen ni dicen. Sus vidas son de vergüenza, y como ellos sus seguidores. Y sin embargo, siguen prosperando (materialmente, al menos), llenando sus recintos de adoración con más y más miembros. Reciben elogios y poderes, se les atiende como si proveyeran de bendición, no son humillados… pero hay un Juez y hay un tiempo para las consecuencias de cada acto.
Entonces, regresando al comienzo, ¿de qué vale el sacrificio, la fe, la adoración, la adulación, el disfraz, la actuación, cuando lo que el Eterno demanda es otra cosa bien distinta?
Presta el oído a las palabras, aprende a reparar el mal, ayuda a tu conciencia espiritual a despertar y luego no dejes que vuelva a dormir.
Recuerda: "Harás lo recto y bueno ante los ojos del Eterno, a fin de que te vaya bien…" (Devarim / Deuteronomio 6:18), no hay más secretos, ni otro camino espiritual posible.
Sé que algunas personas poco sensibles a lo espiritual me criticarán por repetir el tema, como que es muy insistente mi mensaje de construir shalom por medio del bien y la justicia, apartarse del mal para hacer el bien, los lazos del EGO, entre otras cosas… sí es cierto, estoy girando últimamente mucho sobre estas temáticas… ¡y así me parece que debe ser!
Desde hace milenios el mensaje celestial no ha cambiado y como hemos visto es este y no otro, ¿por qué habríamos de modificarlo?
Por otra parte, cada artículo contiene una nueva enseñanza, nueva por no estar publicado todavía, o por contener un giro más que clarifica aspectos, o por contener la misma idea pero expuesta de una manera más clara (al menos eso espero).
Por ejemplo, hoy podemos decir que hemos aprendido que existen tipos de TESHUVÁ, alguna de las cuales se quedan a mitad de camino del ideal. De hecho, según expresan los Sabios, y hemos escrito más arriba, ni siquiera puede considerarse como una real TESHUVÁ, sino que a veces no es más que disfrazar el pecado con otro pecado.
Es tan importante saber esto, y especialmente ahora que estamos en el mes de Elul, el que se destina a la reflexión, al perfeccionamiento del sí mismo, al retorno a lo mejor que hay en uno, al abrazo con el prójimo, al encuentro con el Rey que nos está esperando con paciencia y cariño.
Así pues, estudiemos con humildad, vivamos con sentido, tratemos de hacer lo mejor de nuestra parte aunque no siempre podamos. Estamos limitados en muchos aspectos, pero tenemos la intención y la acción.
Muuy bueno! muchas gracias Moré por tan exquisito artículo!!!
Hay que saber que es lo principal y que lo secundario!! lo que realmente da el valor a la teshubá
estudiaste en la ieshiva sobre los dos tipos de teshuva?
tenes mucho mas para complementar, adelante!
Estoy escribiendo algo sobre el asunto, espero poder concluirlo esta semana.
buenas noches, mi pregunta es; si la soledad, es una condena o una maldicion por el pecado de nuestros parientes ancestrales. gracias
muy interesante el tema andreti, pero: http://serjudio.com/nosotros/supregunta
me encantara responder personalmente a su consulta, cuando la envie por el sistema diseñado para ellas. muchas gracias!
http://serjudio.com/nosotros/supregunta