por Eli Broad es un perspicaz hombre de empresas judío, entre sus ideas contundentes nos da la siguiente:
Para las empresas tener éxito, tienen que hacerse constantemente la pregunta: ‘¿Cómo podemos proporcionar valor a nuestros clientes? Al final del día, eso es lo que importa.
No hay empresa más importante que realizar una vida trascendente, en donde la espiritualidad sea la brújula y nos permita percibir la conexión constante que tenemos con el Creador y Su creación.
Por tanto, el gran consejo del famoso emprendedor es muy acertado también aquí: ¿Cómo podemos proporcionar valor a nuestro prójimo?
Yo sugiero que sea a través de la construcción de SHALOM, lo cual es poner en verdadera práctica eficiente el código espiritual inscrito en la NESHAMÁ de cada uno de nosotros.
Se logra a través de pensamiento, palabra y accionar que combine en acertada medida la bondad con la justicia.
De esta forma lograremos ir provocando un SHALOM interno que se reflejará también en lo externo.
Por tanto, nuestro prójimo sentirá que estamos relacionándonos con él siguiendo el precepto de «amar al prójimo como a uno mismo».
Porque, como dijo Hilel el anciano y Rabí Akiva, al final del día… eso es lo que importa.
