No somos amos de nuestras creencias, al menos no de aquellas que están incrustadas en el Sistema de Creencias (que no explicaré ahora lo que es, solamente te digo que es muchísimo más amplio y profundo que las creencias religiosas).
Por el contrario, son ellas las que nos dominan y nos arrastran por donde quieren.
Por supuesto que las creencias no tienen pensamiento, ni conciencia, ni desean, la frase anterior es simplemente una metáfora.
¿La has comprendido? Espero que sí, pero si te ha costado tienes varias decenas de textos que hemos compartido aquí mismo, así que tómate el tiempo para buscar, encontrar, leer, estudiar, desaprender y aprender acerca del Sistema de Creencias. Te aseguro que quien gana eres tú. De paso, si quieres ayudarnos a continuar nuestra sagrada tarea, puedes apoyarnos económicamente: https://serjudio.com/apoyo
Hemos dicho recién que a través de la lectura y estudio podrás aprender, pero antes escribimos también desaprender.
O sea, ir quitando bloques de información de tu mente, así como también automatismos de conductas que adquiriste en algún momento de tu vida y ahora son parte tuya, como una segunda naturaleza.
Algunos aprendizajes sirven para adaptarse, para crecer sanamente, para prosperar.
Pero otros, muchísimos otros son quistes infecciosos que te someten, que te maltratan, que te mantienen encerrado en celditas mentales.
Esas son las estructuras del Sistema de Creencias que habría que disolver de tu mente para darte la oportunidad de ser más libre, completo y feliz. Entonces, podrías pensar y no meramente repetir trozos de información doctrinaria precodificada en tu mente. Podrías limpiar tu conducta de acciones nocivas y destrabar tus emociones, bajar el mal estrés, romper con conductas muy tóxicas.
Pero, es virtualmente imposible, o al menos una tarea de proporciones bíblicas.
Como Dios enviando las diez plagas sobre Egipto y además abriendo el Mar para que sean liberados los judíos.
Algo así se precisa para quebrar el yugo del Sistema de Creencias que te domina.
Para peor, cuando alguien se atreve a contradecir, o poner en dudas, o amenazar de alguna forma cualquier sección de tus creencias, de inmediato te pones a la defensiva y agredes.
Como el esclavo enloquecido que cuida a su castigador amo de los intentos del que viene a rescatarlo.
Suena muy loco, pero es de lo más “normal”. Seguro que te pasa, así como me pasa a mí.
Te enojas cuando te muestran la torpeza, falsedad o pobreza de alguna de tus creencias.
Te cierras para no escuchar, mucho menos para analizar y llegar a la más objetiva conclusión posible.
Te alejas del que está en rol salvador, quiera esa persona estar en ese papel o no.
Te empecinas en demostrar la verdad de tu creencia y hasta matas cualquier intento en tu interior por despertar y reconocer el error.
Y te repito, esto es de lo más “normal”, aunque no con ello quiera decir que sea sano o bueno.
Para explicar este arraigo feroz a lo oscuro que te esclaviza, te propongo dos ideas.
1- es un tema de poder. Cuando se pone en evidencia alguna debilidad en tu Sistema de Creencias, te deja en posición débil a ti. Te ubica como impotente y por tanto a merced de vaya a saber qué y quién. Por tanto, tienes que esforzarte en no demostrar tu debilidad y mostrarte en control. Todo, todo, todo es siempre una cuestión de poder.
2- el Sistema de Creencias, por más que 99% venga de fuera de ti, se ha convertido en una parte sustancial de tu Yo Vivido. Te identificas con tu Sistema de Creencias, al punto que lo confundes con tu persona. Por tanto, algo que se vive como agresión a tus creencias es una agresión a tu persona. Siendo así se ponen automáticamente en funcionamiento las herramientas del EGO: llanto, grito, violencia física y/o desconexión de la realidad.
Entonces, ¿es realmente casi imposible modificar ese despótico Sistema de Creencias?
¿Solo se puede desaprender cositas superficiales y nada que esté afianzado en el mismo?
¿Es posible cambiar para ser libre y feliz?
¿Se puede ser realmente libre y feliz?
¿Te das cuenta cómo vino el virus corona a romper el Sistema de Creencias compartido mundialmente?
Tengo respuestas para ello, pero nuestro encuentro de hoy finaliza aquí.
Que puedas construir SHALOM en tu vida.