Cuando tienes el poder

Supongo que habrás oído alguna vez el dicho: “se le subió el poder a la cabeza”.
Debe existir el mismo, con pequeñas variaciones, o similares en todas partes.
Si nunca lo escuchaste, ahora sí.

Es fácil de entender.
Aquel que no tenía poder, o no habiéndolo ejercido, de pronto lo consigue y ocupa un rol de dirigencia y se transforma en un tirano, un déspota, una persona ruin que aplasta (o quiere hacerlo) a quienes están a su alrededor.
Se descontrola, pierde la orientación, abusa verbal y materialmente, amenaza, inculpa, echa culpas, ignora las necesidades de otros, es caótico, trastoca el sentido del poder y ejerce solamente una falsa autoridad que no es otra cosa que autoritarismo.
Sí, la imagen caricaturesca de cualquier dictadorzuelo (piensa en ese político, corrupto, mentiroso, padrino, ahijado, veleta, insultante, entrometido, abusador, fiestero, infiel, agresivo, etc.; sí, ese mismo)…

Tú sabes, la celebridad es una de las manifestaciones del poder, entonces no es extraño que exista la frase “se le subió la fama a la cabeza”, con similar intención.
Cuando el anónimo un buen día se descubre admirado, seguido, poseedor de “likes” y “deditos pa’rriba” y bien pronto olvida su origen, su pasado, su compromiso, su situación, y pretende doblegar a los demás en base a su adquirido renombre, insulta, demanda, expropia, con la excusa de que su fama es suficiente para hacerlo.
No tiene idea que: "La soberbia del hombre lo arruina, pero al humilde de espíritu le sustenta la honra" (Mishlei / Proverbios 29:23).
Sí, la imagen caricaturesca de cualquier artista o “estrellita” del deporte (piensa en ese que es conocido por patear una pelota, mover los labios, etc., pero especialmente por sus affaires, conflictos, adicciones, pleitos, abusos, hijos no reconocidos, orgías, infidelidades, etc.; sí, ese mismo)…

El gran rey Salomón describió en varias ocasiones a las personas nubladas por el “poder”, por ejemplo cuando dijo: "Engaño hay en el corazón de los que traman el mal, pero en el corazón de los que aconsejan paz hay alegría" (Mishlei / Proverbios 12:20).

¿Cuál es ese “engaño”, que mencionó el gran rey, que anida en el corazón de lo que mal traman?
¿Qué lleva a la persona a abusar de su situación de –supuesto- poder?
¿Qué nubla el entendimiento y malogra el actuar de los que alcanzan un relativo éxito?
Sí, es el Ietzer haRá, el EGO, la tendencia hacia lo negativo.

El EGO responde automáticamente a nuestro sentimiento de impotencia, usa sus herramientas: llanto, grito y pataleo, o desconexión de la realidad; así como cualquiera de sus derivados.
Al estar, o sentirnos, en estado de impotencia, se dispara el EGO para tratar de llamar la atención y de esa forma manipular hasta conseguir obtener la satisfacción necesitada, o el salvarse de caer nuevamente en la pesadilla espantosa de la impotencia.
Este mecanismo natural y saludable es oportuno en los primeros días de vida, o en situaciones sumamente desbordantes cuando no tenemos otros recursos a disposición; pero, el EGO queda desfasado, y en vez de servir como mecanismo auxiliar pasa a ser una tendencia y luego un amo en nuestra vida.
Así, en vez de resolver las cuestiones por medio de la Comunicación Auténtica, vamos por la senda del EGO, con prepotencia para ocultar la impotencia. Gritamos, cuando deberíamos hablar en tono mesurado. Nos quejamos, cuando deberíamos plantear nuestras necesidades y estrecheces con el fin de conseguir resolución positiva. Empleamos la fuerza física, cuando deberíamos hacer uso de la negociación. Mentimos, engañamos, negamos, insultamos, agraviamos, idealizamos, fantaseamos, en lugar de posar con firmeza nuestro pies en la realidad y poner la mente a crear resoluciones favorables para la mayoría.
Ahí está el EGO, en el corazón, en nuestro interior, en lo profundo de nuestra mente, manejándonos para tramar el mal, aunque sinceramente no quisiéramos el mal de nadie –o sí.
Entonces, si tiene un poquito de poder, puede actuar con crueldad. Ser estricto por demás. Imponer su parecer y apabullar a los que disienten. Creen que esa es la mejor manera de proteger su débil interior, su escasa potencia, por medio de un agresivo y cruel actuar. Con la violencia mantienen a raya sus terrores. Al encarcelar a sus oponentes y censurar sus dichos, pretende hacer valedera su triste y débil creencia.
Así funciona el EGO.

Al contario, los que andan de acuerdo al AMOR, son los constructores de Shalom.
Ellos son los que generan alegría, buena onda, entendimiento, conocimiento, libertad, soluciones, progreso, fidelidad, bondad y justicia. Por ello, son personas alegres, confiadas y confiables. Aprendieron a mantener al EGO a raya, en su función de último recurso para situaciones reales de impotencia; para el resto, no lo usan.
Hablan, dialogan, negocian, pactan, respetan, cuidan, mantienen el orden, promueven el amor a Dios y al prójimo, no precisan del engaño, ni del escarnio, ni la burla, ni la ofensa, ni la imposición, ni…
Tienen presente que: "La reverencia del Eterno es aborrecer el mal. Aborrezco la soberbia, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa." (Mishlei / Proverbios 8:13).

Los constructores de shalom son SIEMPRE líderes y que apenas se hacen notar, como expresara el sabio Lao Tse: “El mejor líder es aquel que apenas se hace notar”.

Sí, SIEMPRE líderes, aunque estén en un rol laboral secundario o terciario, no por ello dejan de valorar lo que hacen y quienes son.
Aunque sepan que no tienen la última palabra, ni quieran tenerla, entienden que son parte de una red de poder y que ellos tienen su cuotas del mismo.
Construyen shalom en todo momento, de dentro hacia fuera, y con ello ya son líderes.

Porque, liderar no implica necesariamente estar a la cabeza de un grupo, partido, corriente, etc.; sino estar UNO a la cabeza.
Ser cabeza.
Pero, cuando la cabeza está llena de humo, de papelitos, de autoritarismo, entonces solo hay caos, confusión, dolor, miseria, miedo.
Pero el líder, ordena sus pensamientos, no tapa la realidad, es solidario y enseña a cooperar. Propone, comanda, guía, pero con respeto y comprensión.
No busca vengarse, no guarda rencor, no es iracundo, no es engañoso, no…
ES constructor de shalom, porque actúa con bondad Y justicia en todo momento.
SIEMPRE tienes el poder, SIEMPRE…

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