El origen de Amalec

«Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esav [Esaú], y ella le dio a luz a Amalec.»
(Bereshit / Génesis 36:12)

Timna no era una mujer cualquiera, sino que pertenecía a una familia noble de su época y lugar.
Estaba destinada a desposar a algún varón poderoso y llevar una vida de comodidades y lujos, los acordes a su sociedad.
Sin embargo, vaya uno a saber los motivos, ella deseo ser parte de otra familia, la de los patriarcas hebreos.

Cada uno de ellos analizó a esta postulante para luego rechazar su deseo.
Ellos eran totalmente abiertos a los que estaban anhelantes de conocer el noajismo y vivirlo.
Predicaban no solamente con palabras la senda virtuosa del gentil, sino especialmente con sus acciones.
Pero, a la hora de admitir nuevos integrantes dentro de la Familia, eran sumamente estrictos.
Algo, no sabemos bien qué, ellos encontraron que no les permitió abrirle las puertas a esta mujer.

¿Está bien, no lo está?
¡No somos quién para juzgar el asunto!
El hecho es que los creadores de la Familia tuvieron de primera mano alguna información que vetó el acceso de esta señora.
Nos guste o no, es un hecho legal y comprensible.

Igualmente la dama no estaba acostumbrada a que le dijeran que no, entonces buscó una puerta secundaria que le permitiera ingresar.
La encontró en un nieto de Itzjac, en Elifaz el hijo de Esav; con el cual entraría en relación conyugal.
Obviamente no era lo mismo, pero sería parte de la familia ampliada, de los primos hermanos de los israelitas.
Es evidente que doña Timna tenía recursos para obtener sus anhelos, o al menos sucedáneos a ellos.

Pero, Elifaz no pudo o no quiso tomarla como esposa, sino solamente como concubina.
Sabido es que estas damas tenían derechos pero un rol inferior al de las esposas.
No obstante lo cual, la princesa Timna no tuvo reparos y aceptó su humilde posición.
¡Todo fuera por gozar de la proximidad con la Familia de los patriarcas!

Esta relación dio su fruto con el nacimiento de Amalec.
Sí, ese mismo quien sería patriarca de la nación cuyo único objetivo de existencia es la destrucción de Israel y la negación del Eterno.
Pero, ¿cómo puede ser que de la mujer dispuesta a enormes sacrificios por ser hebrea y adherente al Eterno saliera este engendro tan horrible?
La respuesta ya la estamos esbozando con lo que hemos contado, pero respondamos un poco más con lo que viene.

Teniendo ya edad para preguntar y recibir contestación, Amalec pregunta a su padre cuál debiera ser la actividad que le permitiera disfrutar de este mundo así como del postrero.
Elifaz le dice con precisión que ser amigo de los hebreos y su ayudante en las tareas que éstos precisaran.
Aunque fueran cosas cotidianas, totalmente mundanales, irrelevantes a ojos de los religiosos, ciertamente que si están en el plan de la Familia, son para edificación aquí y en la eternidad.
Un buen consejo que dio este padre a su hijo.

Pero, el chico no está guiado por la NESHAMÁ, sino que es el EGO quien corroe sus entrañas y piratea sus pensamientos.
Está obnubilado, no tiene cordura ni coherencia.
Es demasiada la oscuridad en su interior, tanta que parece que no existe en sí la LUZ.
Solo parece, porque la LUZ nunca se apaga ni se altera, sin embargo, habiendo cáscaras con tanta profusión, se dificulta ver el rostro porque solamente son visibles las máscaras.

Sufre por ser hijo de una concubina y no de una esposa.
Le duele el rechazo que recibiera su madre y no entra en razones, aunque la dama le explique que no hay nada para reclamar ni rencor que engordar.
El pibe no comprende, no quiere hacerlo, no puede.
Está siendo consumido por la impotencia y sus reacciones angustiantes.

Y sufre, porque el padre le dice que siendo servil a los hebreos encontrará bendición.
¡Odia a su padre por eso!
Este hombre que no consideró el linaje noble de su madre, que la menospreció ahora es promotor de la causa de los hebreos.
Seguramente es un tipo débil, o un vendido a los “poderosos sionistas”.
De lo contrario, ¿cómo explicar esa sumisión, esa humildad, esa humillación?
¡Del hombre que tomó por secundaria a su madre!
Es una tremenda afrenta, una demostración de falta de poder, lo cual lo convierte en despreciable y más desagradable aun.

Este chico sufre, pero no hace terapia.
Ni encuentra en la construcción del SHALOM la solución real a sus problemas.
Por el contrario, tal como su pariente Ishmael (también originalmente princesa convertida en mujer de segunda categoría) recurre a los instrumentos del EGO como un modo desesperado por sobrevivir.
Un modo errado debiéramos decir.
Que lleva a mayor dolor y miseria, que nada soluciona y todo empeora.

Se siente disminuido, impotente, amargado.
Detesta a su padre y también a su madre.
Aunque de cierta manera los quiere, pero no puede resistir esa oscuridad desde su interior.
No admite que los hebreos sean portadores de la llama divina y él esté en un rol secundario.

Envidia y cela.
Por ello odia.
Lo cual conlleva acciones destructivas, para dentro y para fuera.
El veneno de su inestabilidad corrompe y se expande.
En vez de escupirlo y buscar ser libre, prefiere retenerlo en su ser y aumentarlo.

Si los hebreos no lo quieren, él los odia.
Si ellos hacen los mandados de Dios, él hará lo posible para ser un escollo.
Si ellos enseñan el camino de la Vida, él se encargará de sembrar duda, muerte, destrucción.
Si ellos disfrutan o quieren hacerlo, él estará ahí para amargarles la jornada.

Sabe muy bien cuál será su misión en esta vida: destruir a los judíos y erradicar su memoria del mundo.
Que no queden rastros del judaísmo, que no se conozcan sus historias ni se tenga contacto con su Dios.
Así crece y adoctrina a hijos y seguidores.
Forma una nación, biológica e ideológica, desde el celo y el odio.
Sus descendientes toman sus banderas y las esparcen.
Levantan sus manos derechas clamando a su líder, organizan genocidios, copan medios de difusión con sus engaños, entrenan a las ovejas en sus doctrinas.

Amalec se levanta para acabar con los judíos y todo lo que ellos representan.
Están en el mundo para que el dios EGO sea adorado y ocupe el lugar del Padre.
Hará todo lo que esté a su alcance, todo, para conseguir sus fines.

El pobre desgraciado no se da cuenta de que está marchando a su propia muerte y destrucción.
Podrá tener victorias materiales, parecerá ganar algunas batallas, pero su destino está sellado y es de extinción completa.
Siembra terrores que los termina por cosechar y comer.
Piensa que daña a Israel, y algo de mella puede ocasionar, pero está en guerra con quien es imposible de vencer.

Y Amalec no solamente fue ese sujeto y un pueblo y una ideología, también es un “algo” que vive en cada uno de nosotros.
Un “algo” que enferma, desliga de la vida, perturba aunque se presente limpio, ordenado, pulcro, eficiente.
Es un enemigo que todos llevamos en nuestro interior y nos acarrea hacia las acciones más nefastas.
No es el EGO, porque Amalec tiene afectación por destruir lo judío y lo divino.

¿Tienes noción de lo que estamos señalando?
¿Conociste ya a ese espantoso fantasma en tu interior?

Hay mucho para aprender, más para desaprender.
¿Estás en esa senda?

Para saberlo, para mejorarlo, para disfrutar de mayores bendiciones te espero el 6 de febrero próximo, del 2017, en el fabuloso encuentro de Cabalá que tendremos en ciudad de México.
Estoy seguro que quieres ir y podrás encontrar la manera de hacerlo.
Hay mucho para obtener de esta ocasión única y quizás irrepetible.
Amalec te dará muchas excusas para no participar.
¿Tienes tú el poder para doblegarlo y atraer la LUZ de la NESHAMÁ a tu conciencia?

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Delallel

Uff sería hermoso ir. Aunque digan q el dinero es escusa, para mí es él problema.

Por otro lado respecto al fantasma de Amalec en mi interior, no lo había visto nunca así. Da mucho pensar. No creo tener respuesta a sus preguntas.

Gracias

Delallel

Aunque no entiendo cómo reconocerlo, podría asimilarlo a cuando caemos en trampas del EGO y cometemos errores que nos perjudican en alguno de los planos. A pesar de eso me pregunto si existe una manera de extirparlo.

Desde que nos organizamos en una misma religión (la que sea) el átomo de amalec ha permanecido.
https://fulvida.com/2012/05/14/el-tomo-de-amalek/

Lo peor que nos pasó no fue la extralimitacion del ego (y con ello la envidia a los judios) sino la ignorancia y la necedad en permanecer en ella.

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