Una mitzvá promueve que hagamos otra mitzvá, en cambio un error suele conducir a otro error; así nos enseñan los sabios.
Es como si entrásemos en una espiral, que pudiera ser virtuosa o tóxica.
Tal vez no nos percatamos cuando dimos el primer paso de adónde terminaríamos, qué tan lejos llegaríamos. Es que no tenemos como prever realmente los resultados de nuestras acciones o inacciones, y como el universo se modifica a raíz de ellas.
Un pequeño desvío aquí, que puede parecer imperceptible, puede terminar en una enorme catástrofe, impensada e impensable.
O al revés también, esa diminuta acción positiva que no parece relevante, quizás encierra una espectacular bendición para nosotros y otros.
No lo sabemos, ni podemos saber.
Lo que sí podemos hacer es controlar, en la medida de lo posible, nuestro siguiente paso.
Si estamos en la espiral negativa, o en una meseta de la nada misma, está en nosotros hacer el cambio de la rotación, si nos damos cuenta de que no es el camino que nos lleva a la bendición.
Ese parar la rueda, ese modificar la dirección, es lo que se llama TESHUVÁ.
Todos los días son el día para hacerla, pero el mes de Elul, en el cual estamos ahora, es el que contiene una energía espiritual particular para conseguirla.
Aprovechemos la oportunidad.
https://youtube.com/yehudaribco