En el Talmud (Shabat 30b y 31a) nos encontramos el siguiente famoso relato:
“…una persona siempre debe ser paciente como Hillel y no impaciente como Shammai.
La Gemara relató: Hubo un incidente que involucró a dos personas quienes apostaron entre ellos, uno dijo al otro: Cualquiera que vaya a agravar a Hillel hasta el punto de que éste lo reprenda, ganará cuatrocientos zuz.
Uno de ellos dijo: lo agravaré.
Ese día que eligió molestar a Hillel fue la víspera de Shabat, cuando Hillel se estaba lavando el pelo de la cabeza en honor al Shabat.
Fue y pasó por la entrada de la casa de Hillel y de manera humillante dijo: ¿Quién es Hillel, quién es Hillel? Hillel se envolvió en una prenda digna y salió a saludarlo y le dijo: Hijo mío, ¿qué buscas?
El hombre le dijo: Tengo una pregunta que hacer.
Hillel le dijo: pregunta, hijo mío, pregunta.
El hombre le preguntó: ¿Por qué son ovalados las cabezas de los babilonios?
Aludía a Hillel con ello e intentaba insultar, porque era babilónico.
Él le dijo: Hijo mío, has hecho una pregunta importante. La razón es porque no tienen parteras inteligentes. No saben cómo moldear la cabeza del niño al nacer.
Ese hombre se fue y esperó un rato, al poco tiempo, volvió a buscar a Hillel y dijo: ¿Quién es Hillel, quién es Hillel?
Una vez más, Hillel se envolvió y salió a saludarlo.
Hillel le dijo: Hijo mío, ¿qué buscas?
El hombre le dijo: Tengo una pregunta que hacer.
Le dijo: pregunta, hijo mío, pregunta.
El hombre preguntó: ¿Por qué los ojos de los residentes de Tadmor están alargados?
Hillel le dijo: Hijo mío, has hecho una pregunta importante. La razón es porque viven entre las arenas y la arena entra en sus ojos.
Una vez más el hombre se fue y esperó un rato, volvió y dijo: ¿Quién es Hillel, quién es Hillel?
Una vez más Hillel, se envolvió y salió a saludarlo.
Él le dijo: Hijo mío, ¿qué buscas?
Él le dijo: Tengo una pregunta que hacer.
Le dijo: pregunta, hijo mío, pregunta.
El hombre preguntó: ¿Por qué los africanos tienen los pies anchos?
Hillel le dijo: Has hecho una pregunta importante. La razón es porque viven en zonas pantanosas y sus pies se ensancharon para permitirles caminar por esas zonas pantanosas.
Ese hombre le dijo: Tengo muchas más preguntas que hacer, pero me temo que no te enfades.
Hillel se envolvió y se sentó ante él, y él le dijo: Todas las preguntas que tiene que hacer, pregúntales.
El hombre se enojó y le dijo: ¿Eres Hillel a quien llaman presidente de Israel?
Él le dijo: Sí.
Él le dijo: Si eres tú, que no haya muchos como tú en Israel.
Hillel le dijo: Hijo mío, ¿por qué razón dices esto?
El hombre le dijo: Porque perdí cuatrocientos zuz por tu culpa.
Hillel le dijo: Cuida tu salud anímica y evita situaciones de este tipo, porque Hillel es digno de hacerte perder cuatrocientos zuz y otros cuatrocientos zuz antes de que Hillel se enoje.”
Hay muchísimo para explicar y para aprender para llevar a la vida cotidiana, pero me limitaré a una sencilla moraleja.
Es mejor que aprendas a construir SHALOM, interno y externo. Es decir, que haya bondad y justicia en tu pensamiento, palabras y acciones, porque de esa manera evitarás todo tipo de amarguras que pueden esquivarse y con ello aumentar el bienestar, disfrute, salud, riqueza, etc.