Altruismo de matriarca
En la parashá anterior leímos el pedido de Avraham a su siervo fiel para que le consiga a su hijo, a Itzjac, una esposa que sea de su familia de origen, que no sea de las cananitas.
Pero, ¿por qué?
¿Acaso las chicas de Jarán, del país de los arameos, no eran tan idólatras como las de Canaan?
Hay al menos una posible respuesta para esa discreción de Avraham:
Existen dos modos básicos de idolatría:
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la que se basa en una interferencia intelectual con el Eterno;
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la que se funda en una interferencia moral con Él1.
¿Cuál es la diferencia esencial entre estos modos?
Los idólatras del primer modo (como eran los habitantes de Aram) tienen dificultades conceptuales para reconocer la existencia de una única deidad. Esto significa que no llegan a captar cabalmente la noción de una deidad todopoderosa e inmaterial, y entonces su confusión mental obstruye su entendimiento espiritual. Se les puede explicar y tratar de demostrar con argumentos, pruebas o milagros… pero incluso así la imagen mental de una única deidad no cuaja en sus cerebros.
En resumen, el Dios único es impensable para ellos.
Los idólatras del segundo modo (como eran los pobladores de Canaan) anhelan toda clase de perversiones y corrupciones, a las que quedan habilitados solamente si el mundo carece de un regente, de una única autoridad. Su concupiscencia les nubla la razón, su pasión les ciega a reconocer al Uno. Quieren lo corrupto, ansían lo falso, se desesperan por el gozo que quebranta las reglas y todo esto está en la vereda opuesta al monoteísmo judío y noájico que se centra en la confianza y servicio del Eterno.
Intelectualmente pueden llegar a estar capacitados para comprender la esencia de la creencia en el Eterno, pero moralmente lo rechazan2.
En resumen, el Dios único es insufrible para ellos.
En su versión más diluida, los idólatras de este modo han sido adiestrados para olvidarse del Uno y Único. Es para ellos preferible poblar su mente y corazones con íconos y fantasías de todo tipo para de ese modo creer que viven con menos compromiso, responsabilidad, angustia y dolor.
Gente desgraciada que sienten al Dios único como pesado y exigente3.
Avraham no podía permitir que su estirpe se extinguiera en la hoguera espiritual de los que repudian activamente al Eterno, sea porque Él les resulta insufrible o exigente.
Así pues, entre los extraviados idólatras tenía que escoger a los "menos malos"… a los del tipo uno, como lo eran sus primos y familiares en Aram.
Avraham sabía que su descendencia sería santa no solamente por rechazar la idolatría para adherirse con firmeza al Eterno, sino además si actuaban con altruismo hacia el prójimo.
Por esto determinó que la mujer idónea para su hijo vendría de su familia de origen, ya que ellos eran idólatras por dificultades conceptuales y no morales, y ellos eran personas que estaban capacitadas para actuar pese a todo con una gran altura en lo social.
Cuando Rivca/Rebeca se encontró por primera vez con Eliezer, el siervo de Avraham, demostró rápidamente su generosidad al ofrecer agua para él y sus acompañantes, así como para los camellos.
Esa bondad fue la primer demostración de su idoneidad para convertirse en matriarca de Israel. Esta mujer tenía su "músculo" de la bondad activo y con suficiente potencial para ser tonificado, lo que le dejaba más cerca al Eterno.
Sin embargo, al haber sido criada en casa de personas de arteras cualidades e inmersa en una sociedad proclive al engaño intelectual, ella estaba también un tanto corrompida en este aspecto. Trabajar sobre el vicio de la decepción y el engaño habría de ser su tikún hamidot, su corrección espiritual para alcanzar un mayor nivel de desarrollo personal.
Como su modo de idolatría era el de la interferencia intelectual, pero no en lo moral, con el adecuado entrenamiento y el correctivo apropiado estaría en condiciones de crecer, de liberarse de la maldición de la idolatría y de ser una mejor persona al servicio del Eterno.
En el mundo de los símbolos cabalísticos la figura de la matriarca Sará corresponde a la sefirá de guevurá -limitación, rigor-, pues era la contraparte idónea del generoso por excelencia Avraham.
El patriarca Itzjac corresponde igual que su madre a guevurá, y por ello una mujer esencialmente jesed -bondad, altruismo- fue su más idónea contraparte.
Y por ello su casamiento fue con Rivcá, la que en esencia era altruista, pero que necesitaba de las relaciones correctas para desplegar realmente su íntimo potencial.
Su potencial de jesed debía manifestarse a plenitud, para ser matriarca de Israel, para lo cual era imprescindible el equilibrio que le daría la presencia de Itzjac, así como la liberación de los lazos sociales aprendidos en el pasado en su hogar pagano.
En la parashá de esta semana, se comprueba que el juicio del siervo de Avraham no estuvo errado, cuando leemos que ella le dice a su hijo amado, a Iaacov:
"-Hijo mío, sobre mí recaiga tu maldición. Tú solamente obedéceme; ve y tráemelos."
(Bereshit / Génesis 27:13)
Este versículo se halla en el contexto de un engaño preparado por Rivcá y ejecutado por su hijo Iaacov (los detalles de la historia los pueden leer en la misma Torá o en los otros textos que tenemos publicados al respecto).
Lo que nos interesa rescatar en esta oportunidad es ese aspecto de generosidad extrema, de altruismo, de la matriarca. Ella estaba dispuesta a recibir la maldición de un tzadik -justo-, que como sabemos siempre se cumple4, pero porque tenía el objetivo de que su hijo obtuviera aquello que por derecho le correspondía.
Esa condición de suma bondad siguió creciendo en ella, a la par que también se iba erradicando el engaño y las mentiras de su vida.
En nuestras propias vidas también podemos contar estafas que nos hacemos, la mayoría de ellas de manera inconsciente y para sabotearnos a nosotros mismos.
Todos esos engaños restan fuerza a nuestra esencia, quitan belleza a nuestra alma, y pueblan de sombras y malestar nuestros sentimientos.
Cuando aprendemos a quitar las máscaras del engaño, cuando nos entrenamos a llamar a las cosas por su nombre -sin ofender ni agredir-, estamos en el camino de romper las cadenas de aquellos vicios emocionales que nos tienen aprisionados y nos nos dejan gozar de lo permitido y servir con dicha al Eterno.
¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir shalom!
Moré Yehuda Ribco
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"La persona generosa será prosperada, y el que sacia a otros también será saciado."
(Mishlei / Proverbios 11:25)
Notas:
1– De hecho, existe un tercer modo, el de la idolatría motivada por un bloqueo emocional, pero no lo tratamos en este comentario por no estar relacionado directamente con el tema del cual estamos tratando. Para que mediten les digo que el ejemplo de esto son aquellos sobrevivientes de la Shoá que se ha hecho ateos o han abandonado a Dios, por lo que han padecido en el infierno nazi.
2– Por favor, no confundamos monoteísmo o monolatría con falta de idolatría.
Tomemos un ejemplo.
Los creyentes en Alá y del profeta Mahoma sin dudas se consideran monoteístas, y en buena medida puede que lo sean, pero no dejan de ser idólatras pues su creencia, fe, adoración, servicio no está dirigido al Uno y Único sino a una elucubración entre mítica y filosófica que es ajena por completo a la Verdad y a la conexión sincera y franca con el Todopoderoso.
Es decir, se puede ser monoteísta y seguir siendo idólatra.
3– Resulta bastante obvio que la mayoría de los seguidores de la idolatría de Jesús pertenecen a este segundo modo en su versión diluida.
4– "Las palabras de maldición de un justo siempre se cumplen, aunque no tengan motivo"
TB Macot 11a
Otras interpretaciones de este pasaje de la Torá, y más estudios los hallan HACIENDO CLIC AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ.
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
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Una gota de bondad
Había un incendio en un gran bosque. Las llamas devoraban sin cesar y las columnas de humo ennegrecían el mediodía.
Una pequeña ave, fue al río, recogió una gotas en su pico y luego voló sobre el incendio dejando caer las gotitas sobre las llamas.
Estuvo en esa tarea buen rato, yendo y viniendo, del río al incendio y viceversa hasta que las aves más ancianas la llamaron al Concejo de Aves:
– Oye, ¿por qué estás haciendo eso? ¿Crees que con esas gotitas de agua puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones? Date cuenta: No lo vas a lograr.
El ave humildemente contestó:
– No sé si lo lograré o no. Lo que sé es que el bosque me precisa, y si me quedo en casa viendo el incendio pasar sin hacer nada, nada habré hecho para detenerlo…
Las sabias entre las aves entendieron la idea de la pequeña y sagaz ave y comenzaron ellas también a volar entre el río y el incendio, haciendo su parte de bondad. -
El bien
"No niegues un bien a quien es debido, teniendo poder para hacerlo."
(Mishlei / Proverbios 3:27)-
¿Cuál es el sentido de esta frase?
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¿Cómo entrenar el corazón para no guardar resentimientos?
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http://serjudio.com/bereshit/toledot66.htm