«acuérdate de que fuiste esclavo en Egipto y que de allí te rescató el Eterno tu Elohim. »
(Devarim/Deuteronomio 24:18)
Más de una vez la Torá demanda a la persona judía que tenga presente este hecho.
Fuimos esclavos, cada uno de los judíos personalmente, en Egipto.
El Eterno nos rescató, a cada uno personalmente, de esa situación terrible.
De hecho, es una obligación que la persona judía recuerde al menos dos veces por día nuestro estado de calamitosa esclavitud y el favor que nos hizo el Todopoderoso liberándonos de allí.
Cuando recitamos el tercer párrafo de la sección del Shemá, tanto en el rezo de la mañana como en el de la noche, estamos dando en parte cumplimiento a este mandamiento de recordar.
Muchas son las enseñanzas que podemos derivar de esto, pero nos quedaremos solamente con una, que espero tenga aplicación diaria y constante en el mejoramiento de tu vida.
Cuando nos empecemos a quejar por algo que nos desagrada, cuando no estemos conformes, cuando nos atrapemos por el punto manchado en lugar de destacar la limpieza de la sábana completa, cuando nos lamentemos por cosas que nos parecen terribles… por favor, ¡hagamos una pausa! No dejemos que el pensamiento desenfocado nos lleve al caos mental y emocional. No demos pie al enemigo interno para que nos corroa desde dentro y lleve nuestra existencia hacia el dolor y el sufrimiento, cuando pueden ser evitados.
Mejor es que pongamos las cosas en perspectiva, de la siguiente manera:
1- Ok, eso no me gusta. Ya está, lo tengo claro. Me di cuenta.
2- Inmediatamente, sin esperar ni un segundo preguntar: ¿Tengo a mi disposición alguna herramienta, capacidad, oportunidad para resolverlo?
3a- Si la respuesta es sí, entonces comenzar a corregir la dificultad en la medida de lo posible.
3b- Si la respuesta es no, entonces los gemidos y pataleos no aportan al mejoramiento sino a ampliar el problema.
3c- Si la respuesta es no lo sé o no estoy seguro, entonces atragantarse con lamentaciones, echar culpas, acusar, y todo el resto de conductas tóxicas seguramente que no aportarán a la claridad y calidad mental y emocional; por tanto, despejar la mente y el corazón de amarguras para que podamos direccionar la conducta hacia algo constructivo.
3d- Bueno es pedir ayuda, al Todopoderoso y a alguien que tenga las herramientas para darte una mano. A veces alguien que te escuche, pero de verdad, es una condición súper importante para sentirte mejor y con ello estabilizarte.
4- Tengamos bien presente que nada de lo que estemos padeciendo siquiera se acerca un poquito a lo que sería nuestro estado de esclavitud en Egipto, ¡nada!
Al relativizar el inconveniente actual, que bien puede ser terrible y grave (la idea no es ridiculizar el verdadero sufrimiento), nos damos la oportunidad para calmar nuestro remolino interno improductivo y destructivo.
5- Palabras positivas, pensamientos de luz, conductas de amor aportan muchísimo más para esclarecer la vida que todo lo que no sea.
Por tanto, seamos conscientes de haber recibido la tremenda ofrenda de no padecer el horror inimaginable de la esclavitud egipcia, y hagamos lo que esté a nuestro alcance para sobrellevar la situación actual con el mayor poder y confianza posible.
6- Analizar el pasado para obtener información que nos permita estabilizar el presente y con ello construir un mejor futuro posible. Es decir, que la alarma que es el sufrimiento sirva para lo que fue creada: que nos demos cuenta de nuestros errores para perfeccionarnos y evitemos aquello que sea posible evitar.
Bien, con estas herramientas a tu alcance la vida no se te hará suave y sencilla, pero te aseguro que los momentos de oscuridad estarán acompañados al menos de una poderosa luz que te alumbrará y dará acceso a tu vigor y al Vigor Celestial.
Para finalizar solamente los judíos fueron rescatados de Egipto, como ya sabemos, pero la enseñanza práctica de este estudio es útil para toda persona que desee pautas sagradas para crecimiento multidimensional.
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Definitivamente es un deber educarnos en cómo responder ante cada situación. Comezariamos a ver oportunidades en vez de amenazas.
Muchas gracias Moré