¿Hay alguien que no desee que le vaya bien en la vida?
Supongo que la mayoría es lo que queremos: tener una vida buena, agradable, satisfactoria, en paz.
Muchos han sido los que dieron sus claves para conseguirlo, hoy quiero compartirte lo que un hombre destacado en especial nos comparte al respecto.
El rey David, en su libro de Tehilim, conocido como Salmos en español, nos enseña en su capítulo 34:
«מִֽי־הָ֭אִישׁ הֶֽחָפֵ֣ץ חַיִּ֑ים אֹהֵ֥ב יָ֝מִ֗ים לִרְא֥וֹת טֽוֹב: נְצֹ֣ר לְשֽׁוֹנְךָ֣ מֵרָ֑ע וּ֝שְׂפָתֶ֗יךָ מִדַּבֵּ֥ר מִרְמָֽה: ס֣וּר מֵ֭רׇע וַֽעֲשֵׂה־ט֑וֹב בַּקֵּ֖שׁ שָׁל֣וֹם וְרׇדְפֵֽהוּ:»
(Tehilim/Salmos 34:13-15)«¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela.»
(Tehilim/Salmos 34:13-15)
Esa es la impresionante llave de una vida espléndida.
Una conducta tan simple, tan accesible y sin embargo tan difícil de lograr.
Guardar muy bien aquello que decimos, para no hablar mal ni engaño.
Porque, no es casual que la lengua haya sido simbolizada en nuestra tradición tanto como una espada como una flecha.
Una espada porque atraviesa, corta, cercena, hiere y mata.
Es un arma terrible y sigilosa.
Pero también es como una flecha, porque una vez que ha sido lanzada ya el arquero no la puede detener y sigue su rumbo destructor.
Por ello, tengamos extremo cuidado en lo qué hablamos, cómo lo hacemos, para qué y por qué lo hacemos.
También seamos muy prudentes en no admitir murmuraciones, injurias, desdén, reproches y todas las otras palabras mortíferas que atraviesan nuestros oídos y perforan nuestras mentes y corazones.
Porque, ser cuidadoso y saludable en lo que decimos y escuchamos es un elixir de vida.
De esta forma también llevamos a cabo una de las máximas del judaísmo: apartarse del mal y hacer el bien.
Porque, no basta simplemente con saber que algo es malo y apartarse de ello, esa es solamente una de las columnas que sostienen la correcta conducta.
La otra es buscar lo que es bueno y hacerlo.
Entonces nos podemos considerar como constructores de SHALOM, personas que realizan un trabajo maravilloso en pensamiento, palabra y acción para tener una vida buena y colaborar con un entorno espléndido.
Así pues, aquí tenemos una de las claves fundamentales para realizar nuestro deseo de una buena vida.
Te deseo que puedas cumplirlo y que tengamos siempre ocasiones para encontrarnos y compartir bendiciones.
Shalom.
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