Un famoso poeta italiano llamado
“Temo a un solo enemigo que se llama, yo mismo.”
Es una frase maravillosa para reflexionar todos los días y encontrar cómo usarla como instrumento para mejorar nuestra personalidad y por tanto, sintonizarnos con nuestra NESHAMÁ (espíritu).
Sin dudas es de especial interés en estos días, de limpieza profunda previa a la festividad de Pesaj.
¿Por qué?
Pues, porque además de quitar el jametz durante los días de la festividad, es importante darnos cuenta de su simbolismo, que aplica siempre.
El jametz es aquello que nos llena de aire pero sin contenido.
Nos infla, nos hace parecer grandes, nos marea al punto de perder el equilibrio el foco.
Es el falso orgullo, es la vanidad, es la auto percepción errónea.
Es pretender que nuestro Yo Vivido viva en desarmonía con el Yo Esencial y ser saludables.
Es permitir al EGO hacerse el amo, en lugar de que siga ejerciendo su importante pero limitado rol en nuestras vidas.
Por ello, es tiempo de limpieza en las posesiones y en el alma.
Para lo cual, recuerda la sabia enseñanza de los Maestros:
«Si yo no soy para mí, entonces: ¿quién lo será?
Pero, si yo soy solo para mí, entonces: ¿qué estoy siendo?
Y, si no es ahora, entonces: ¿cuándo será?»
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