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Los hijos de Koraj no murieron
Si bien el versículo bíblico nos deja con la duda, Rashi llena los detalles faltantes. Los hijos de Koraj habían sido participantes plenos en la rebelión. Más tarde sintieron remordimiento. Por lo tanto, mientras todos los demás perecieron cuando la tierra los tragó, ellos encontraron la redención.
Entre sus nuevas conductas, estaba cantar «Shirá».
La canción que compusieron equivale a un ejercicio de teshuvá (arrepentimiento) a la medida para los hijos de Koraj. La premisa central de su rebelión, la idea que comercializaron y vendieron al público, fue el supuesto abuso de poder de Moisés y Aarón. La rebelión de Koraj buscaba redefinirlos como tiranos que incluso utilizaban las leyes que promovían como herramientas para oprimir al pueblo.
El antídoto a esta imagen envenenada es el capítulo de los Salmos que los hijos de Koraj compusieron, porque habla con cariño de los eruditos de la Torá. Es un perfecto contrapeso a la odiosa negatividad hacia ellos que se promovió en la rebelión.
Este episodio nos enseña que, incluso en medio de los peores yerros y rebeldías, Dios puede acoger con amor los más ínfimos destellos de arrepentimiento y transformarlos en cantos de redención. Nos recuerda que la puerta del teshuvá siempre está abierta, y que Dios acoge con compasión incluso nuestros primeros pasos hacia Él. Es un mensaje de esperanza y misericordia que ilumina nuestra vida espiritual.
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