"Pondrás de tu dignidad sobre él, para que toda la congregación de los hijos de Israel le obedezca." (Bemidbar / Números 27:20)
Con estas breves palabras la Torá nos enseña un valor fundamental para nuestras vidas: el mejor legado que podemos dejar para la posteridad, son nuestras acciones de bien.
Todo lo que queda de una persona, todo lo que ES en esencia, son sus acciones.
Si la persona ha sido digna, justa, buena, entonces, puede estar seguro de que el Olam HaBa -Paraíso- ya lo tiene asegurado en Este Mundo.
Y, por si no fuera suficiente recompensa, siendo de digno proceder se gana también la confianza de la sociedad.
Profundizando esta semana:
- ¿Por qué la Torá se encarga de asegurar el derecho de sucesión de las mujeres?
- ¿Cuál fue la acción meritoria de Pinejás?
Respuestas para la semana anterior:
- Porque todos los primogénitos varones son propiedad de Dios
- Porque los descendientes de Leví fueron consagrados especialmente y a perpetuidad al servicio del Eterno
Destellos de la parashá
Al finalizar la parashá anterior, Pinejás, el hijo de Eleazar, nieto de Aarón HaCohen, toma un veloz y drástica determinación, que a pesar de su celo y violencia, promueve la pacificación del Pueblo.
Como corolario a sus acciones, Hashem lo bendice con Su "pacto de paz", que lleva a que los ímpetus explosivos de Pinejás sean canalizados siempre en acciones armoniosas cuyo resultado es un creciente y mejor equilibrio entre las personas.
H’ troca el fanatismo en tolerante rectitud, siempre en pos de lo que es verdadero y justo.
En esta parashá, también se reconoce el derecho femenino a las herencias; pues, en la época en que fuera entregada la Torá, los pueblos y naciones en general consideraban a la mujer como objeto, como bien de consumo de su marido o de los varones. Sin embargo, la Torá establece la dignidad de la mujer, sin excusas.
Entre otros temas, esta semana se establecen las mitzvot de los korbanot ‘musaf’, los sacrificios extraordinarios ofrecidos en Shabbat, Rosh Jodesh, y moadim. Quedan también organizados los sacrificios diarios. Y se ordena el toque del Shofar en Rosh Hashaná.
Para finalizar, la Torá remarca que hasta el final de su vida Moshé fue fiel al Eterno en su función como líder de Israel.