PARASHÁ: VAETJANÁN –Shabbat Najamú-
Parashá: Devarim / Deuteronomio 3:23 – 7:11
Haftará: Ieshaiá / Isaías 40:1-26
Seleccionamos de la parashá
1. El rezo es una poderosa herramienta de comunicación entre el hombre y Dios. Podemos alabar, agradecer, pedir, conversar con Dios, conocernos profundamente por medio de buscar el canal del vínculo sagrado, pero no debemos esperar que Él nos dé todo aquello que nosotros pretendemos.
2. La comodidad, o el deseo por la misma, suele llevar a las personas a cometer errores.
3. Cuando la persona peca tiene un camino siempre abierto hacia Dios, se llama: TESHUVÁ, el arrepentimiento sincero.
4. Se recuerda la Revelación ocurrida en Sinai, con la consiguiente entrega de la Torá y las Lujot haBerit. Leemos la segunda forma de los Aseret haDivrot.
5. Dios es Uno y Único, leemos el Shemá Israel.
6. Debemos amar a Dios por medio de conocer y cumplir lo que Él desea que hagamos.
7. Todo tipo de disfrute de la bendición está disponible para aquel que se entrena en andar por la buena senda, aquella diseñada por Dios.
8. Apartarse de las malas influencias, los malos consejeros, los malos amigos, es muy saludable.
9. Dios quiere lo mejor para nosotros, lo prepara, lo entrega, pero no siempre sabemos recibirlo y aprovecharlo.
Shabat Najamú
El Shabat posterior a Tishá Beav es conocido como "Shabat Najamú" – “Shabat de Consolación”, porque así comienza la Haftará correspondiente, en consonancia con el período de conciliación que se inicia luego de la fecha más espantosa del año, el 9 de Av.
Este lapso transcurre durante siete semanas, en las cuales cada Shabat se lee una de las siete haftarot llamadas "Shivá Denejamta" (Siete de Consolación) del Naví (Profeta) Ieshaiahu.
1. Najamú, Najamú Amí, lomar Elo kejem – (40-1). (Consuélate, consuélate, pueblo mio, dirá el Señor…)
2. Vatomer Tzión azavani Hashem… (39-14). (Decía Sión: el Eterno me ha abandonado…).
3. Anía Soará lo Nujama (54-11). (Pobrecita, azotada por Ia tempestad, sin consuelo).
4. Anojí, anojí menajemjem… (51-12). (Yo, Yo soy vuestro consuelo).
5. Roní akará lo ialada… (54-1). (Regocíjate, estéril que no ha parido).
6. Kumi uri ki ba orej… (60-1). (Levántate y resplandece, que ha llegado tu luz).
7. Sós Asis Bahashém… (61-10). (Altamente me gozaré en el Señor).
Relato: El hombre veloz
José iba en su nuevo automóvil a mucha velocidad. Rápido… correr… más metros devorar… velocidad… a algún lugar quería llegar…
Ah, José amaba a su auto nuevo. Reluciente, hermoso, moderno, un bólido, seguro, para que le envidiaran, para presumir, para ser alguien, el súmmum de la felicidad según la entendía José.
Avanzaba por las calles, que pasaban casi borrosas ante sus ojos, hasta que un fuerte golpe a un costado lo hizo detener la marcha por completo.
Descendió, ya con el rostro surcado de ira, rencor, angustia, presentimientos. Su gesto se enturbió a un más cuando pudo descubrir la causa del tremendo ruido que le había obligado a parar: un ladrillo había lesionado un lado de su belleza.
Observó atentamente los alrededores y descubrió allí a un niñito, con cara de asustado y culpable… ¡sí había sido él el criminal que le destrozó el alma que dañó su auto!
Corrió hasta el niño, lo zarandeó, lo sacudió, le gritó, le dijo cosas imposibles de reproducir aquí. El odio, el enojo, la impotencia, todo junto estallaron en contra del pequeñito.
El niño llorando, asustado, casi sin voz le dijo: “Mi hermanito está caído y no respira. Nadie se detuvo a ayudarme. No sabía qué hacer. Perdón… ¡ perdón! ¿Pero alguien me puede ayudar? Usted… ¿usted me puede ayudar?”.
José salió disparado hacia la casa, allí estaba el niñito, lo tomó entre sus brazos, corrió hasta su bello auto golpeado, a la carrera comenzó a devorar metros, rápido, a mucha velocidad rumbo al hospital más cercano…
Preguntas para repasar y reflexionar
1. ¿Cómo crees que terminaría este cuento?
2. ¿Cuál es la diferencia entre la carrera del principio y la del final?
3. ¿Cuál es la moraleja?
4. ¿Estuvo bien lo que hizo el niño para llamar la atención?
5. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?
6. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?
7. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?
¡Te deseo Shabbat Shalom UMevoraj! Moré Yehuda Ribco