Hay personas que no ven defectos en sí mismos. Y están los que no cesan de encontrarlos. Además de los que sabiendo de los suyos, los esconden, ¡hasta de su propia conciencia!
Hay gente que se la pasa criticando los errores, reales o supuestos, de los otros. Y están aquellos que no paran de excusar las conductas de los demás.
Hay todo tipo de actitudes, pero la más saludable es la que construye SHALOM.
Reconoce tus errores, admítelos, haz TESHUVÁ, retorna a la armonía.