Comienza la parashá con un inusitado pedido de Dios:
"Habla a toda la congregación de los Hijos de Israel y diles:
‘Sed santos, porque Yo, el Eterno vuestro Elokim, soy santo.’"
(Vaikrá / Levítico 19:2)
A primera vista, este mandato resulta totalmente ambiguo.
Cuando Dios nos pide que nos abstengamos de comer jametz en Pesaj, sabemos qué no podemos hacer.
Cuando nos dice que vistamos Talit, es evidente qué es lo que se nos está pidiendo para practicar.
Pero, ¿alcanzar la santidad?
¿Cómo?
Si apreciamos lo que continúa diciendo la parashá, nos queda claro que es a través del cumplimiento de las mitzvot, los preceptos que la Torá especifica que realicemos.
Y se nos dice, por ejemplo:
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Respetar a la madre y el padre.
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Cumplir el Shabbat.
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Repudiar la idolatría.
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No elaborar falsos dioses.
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Actuar acorde a los mandamientos.
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Promover la justicia social.
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Vivir con dignidad.
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No robar ni estafar.
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No odiar ni guardar rencor.
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Amar al prójimo como a sí mismo.
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Etcéteras varios que podemos fácilmente leer en la misma Torá.
Así pues, el camino para la santidad está abierto ante cada uno de nosotros, y depende exclusivamente de la voluntad y el empeño que pongamos en realizar las obras que Dios nos está ordenando y enseñando para que hagamos, por el bienestar nuestro y de nuestros allegados.
Sin embargo, hay que tomar en consideración un aspecto que suele pasar desapercibido: no comportarse como un naval birshut haTorá, es decir, un necio dentro de los marcos legales.
¿Qué es esto?
Pues, es una persona que obra tomando en cuenta solamente la fría letra de la Torá escrita, sin desviarse de ella ni contravenirla, pero tampoco sin inmutarse por aceptar los dictados de la Tradición o las palabras de los Sabios de Israel.
Un ejemplo: la ley que establece la Torá no prohíbe ser glotón, ni siquiera prohíbe excederse en alcohol.
PERO, los Sabios han dictaminado que el mejor modo para servir a Dios y para atraer santidad es a través de la conducta mesurada y la moderación.
Por lo tanto, el glotón no está pecando de acuerdo a la letra de la Torá, pero está quebrantando el espíritu de la misma, pues desoye las sentencias sabias de los Maestros de Israel.
Como consecuencia de sus actos licenciosos, aunque no ilegales, está apartando la santidad de su vida.
Entonces, la glotonería y los excesos de alcohol están vedados, pues no permiten cumplir con el mandato de Dios: "sean santos, como Yo lo soy".
Más allá del ejemplo, es bueno entonces en cada ocasión ser lo más aplicado que se pueda en el cumplimiento de las mitzvot, en tanto que también se es fiel a las enseñanzas de los Maestros de la Verdad.
¿Y cómo se logra esto?
Básicamente con dos herramientas y en tres planos de acción:
Las dos herramientas:
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Mucho, profundo, amplio y adecuado estudio de Torá (escrita y oral: Tanaj, Talmud, Halajá, hashkafá), y
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empeño por actuar cada día mejor, sin sentirse cómodo con actuar simplemente bien.
Los tres planos de acción:
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En la relación con Dios.
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En relación con el prójimo.
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En relación con uno mismo.
Haciendo así, se está en el camino de la santidad.
¡Les deseo Shabbat Shalom! ¡Jodesh meboraj!
Moré Yehuda Ribco
Relato
El anciano rabino convocó urgentemente a Mendel, y le increpó: ‘Mendel, me desagradan las compañías que frecuentas. Veo que estás muy a menudo haciendo tratos comerciales con personas que no son muy religiosas, ¡peor aún, son pecadoras!’
Y Mendel le responde: ‘Razón no le falta a usted rabino, esas personas con las que yo comercio parecen actuar de una manera contraria a la Torá en muchas ocasiones.’
Y el rabino entusiasmado apunta: ‘¿Entonces, Mendel, por qué lo frecuentas? ¿Acaso no sabes que de seguro tus pensamientos se contaminarán con ideas pecaminosas y eso te llevará a actuar de un modo negativo? ¿Vale la pena que pierdas tu porción de eternidad a cambio de unos beneficios comerciales? ¡Sabes que no!’
Mendel: ‘Rabino, nuevamente tiene usted razón, pero… ¿sabe algo? Ellos no son mis camaradas, ni amigos, ni siquiera personas para pasar el tiempo conversando. Son personas con las cuales hago tratos comerciales. Y en verdad, prefiero tratar con esas personas extraviadas y actuar tal como usted me ha enseñado desde chico, siguiendo el camino de la Torá siendo virtuoso, respetuoso y fiel a Hashem, y así acercar a los alejados. Pues les enseño cómo se debe comerciar honestamente, cómo ser una persona íntegra, cómo obtener ganancias de un modo legal. Y así yo también aprendo, por ejemplo cuales son mis límites, mis codicias, mis aspectos negativos que debo trabajar para perfeccionarme cada día más… ¡siguiendo su ejemplo mi querido rabino!
Por el contrario, si yo tratara todo el día con personas respetuosas de las mitzvot, ¿cómo saber si en verdad soy fuerte a los bajos deseos del Ietzer HaRá? ¿Cómo saber si en verdad amo a Dios, Su Torá y mitzvot? ¿Qué prefiere Hashem, que me aparte del pecador, o que borre el pecado de mi vida y de la del prójimo?
Así que, mi querido rabino, le agradezco la atención que usted ha puesto en mí, así como la advertencia que me ha dado; créame que de ser otra la situación, usted hubiera sido mi tabla de salvación… tal como yo quiero ser para esas personas perdidas…’
Preguntas para meditar y profundizar:
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¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?
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¿Contradice la actitud de Mendel lo que está dicho: "Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los burladores." (Tehilim / Salmos 1:1)?
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¿Cuál era el peligro que preveía el rabino podía acontecerle a Mendel?
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¿Qué quiere decir Salomón, con la frase: "Practicar la justicia y el derecho es más aceptable al Eterno que el sacrificio." (Mishlei / Proverbios 21:3), y cuál es la relación con la conducta de Mendel?
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¿La actitud de Mendel es propia de un naval birshut haTorá?