Parashat Bó 5763

La pesada gloria
Esta semana en el mismo comienzo de nuestra parashá leemos que:

"El Eterno dijo a Moshé [Moisés]: -Ve al faraón, porque hijbadeti su corazón y el corazón de sus servidores para manifestar entre ellos estas señales Mías"
(Shemot / Éxodo 10:1)

Notarán que hemos puesto una palabra en su traslación fonética, y no una traducción.
Generalmente encontramos vertida la palabra hijbadeti como "he endurecido", asociándola con kabed, que quiere decir pesado o duro.
Por otra parte, es posible vincular también la palabra con kabod, que significa gloria u honor, por lo cual estaría dicho en el párrafo "honré".
¿Cuál de las dos traducciones sería la más apropiada en su contexto?
La respuesta: ambas.
Pues, la honra mal gerenciada deviene en un peso aplastante.

¿Qué enseñanza para nuestra vida cotidiana podemos extraer de esto?
Hay personas que obtienen mayores logros que otras, a veces por mérito propio, a veces sin merecerlo. Y este éxito hace que sean elevadas a un rango de distinción y honor.
Sin embargo, si no están cultivadas espiritualmente el honor (kabod) se convierte en algo que les pesa (kabed) y termina por arrastrarlos más abajo que lo normal.

Veamos el ejemplo en el versículo que hemos citado.
El Eterno le dice a Moshé que Él ha concedido para Faraón y su nación gloria y poder, que Él es la Fuerza detrás de la fuerza egipcia.
Entonces, Faraón tenía dos caminos:

  • Honrar para ser glorificado; o

  • Buscar ansiosamente el glorificado para construir su derrumbe.

¿Qué camino eligió Faraón?
De haber sido Faraón un honorable noájida, siervo fidedigno del Eterno, toda la loa por sus humanas acciones hubiera sido reconducida a Aquel que la merece. Y así podemos entender claramente el significado de las palabras de Dios cuando dice: "para manifestar entre ellos Mis obras".
Pero, al ser Faraón un adepto a la idolatría, y un esclavo de la egolatría, su yoísmo se anteponía al servicio de Dios; su deseo egoísta succionaba la honra que estaba destinada para Dios.
Por lo cual, la honra que Faraón sustraía a Dios, fue la que precipitó su caída, su derrota final.

En síntesis, cuando tenemos la ocasión de disfrutar de la alabanza, el agasajo, el reconocimiento, lo mejor que podemos hacer es a su vez reconocer a Aquel que nos ha posibilitado nuestro bienestar. Pues, desechando el vacío honor, nos comprometemos a obtener mayor satisfacción.
Tal como aprendemos de las palabras del profeta:

"Acciones de gracias saldrán de ellos, y la voz de los que se regocijan. Los multiplicaré, y no serán disminuidos. Los honraré (hijbadetim), y no serán insignificantes."
(Irmiá / Jeremías 30:19)

O como enseñan nuestros Sabios (Abot 4:1): "¿Quién es honorado? Aquel que honra a las criaturas".

¡Shalom iekarim! ¡Les deseo Shabbat Shalom!
Moré Yehuda Ribco

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