«Avraham [Abraham] se levantó de delante de su difunta y se fue para hablar con los hijos de Het. Y les dijo:
(4) -Yo soy forastero y advenedizo entre vosotros. Permitidme tener entre vosotros una propiedad para sepultura, y que sepulte allí a mi difunta.
(5) Los hijos de Het respondieron a Avraham [Abraham] diciéndole:
(6) -Escúchanos, señor nuestro: Tú eres un príncipe de Elohim entre nosotros. Sepulta a tu difunta en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes a tu difunta.
(7) Pero Avraham [Abraham] se levantó, e inclinándose ante el pueblo de aquella tierra, los hijos de Het,
(8) habló con ellos diciendo: -Si tenéis a bien que yo sepulte allí a mi difunta, escuchadme e interceded por mí ante Efrón hijo de Zojar,
(9) para que me dé la cueva de Macpela que está en el extremo de su campo. Que por su justo precio me la dé como propiedad para sepultura en medio de vosotros.
(10) Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Y Efrón el heteo respondió a Avraham [Abraham] en presencia de los hijos de Het y de todos cuantos entraban por las puertas de la ciudad, diciendo:
(11) -No, señor mío. Escúchame: Yo te doy el campo y te doy la cueva que hay en él. En presencia de los hijos de mi pueblo te lo doy; sepulta a tu difunta.
(12) Pero Avraham [Abraham] se inclinó ante el pueblo de la tierra.
(13) Y respondió a Efrón en presencia del pueblo de la tierra, diciendo: -Más bien, te ruego que me escuches: Yo te daré dinero por el campo. Tómamelo, y yo sepultaré allí a mi difunta.
(14) Efrón respondió a Avraham [Abraham] diciéndole:
(15) -Señor mío, escúchame: La tierra vale 400 siclos de plata. ¿Qué es esto entre tú y yo? Sepulta, pues, a tu difunta.
(16) Entonces Avraham [Abraham] escuchó a Efrón, y en presencia de los hijos de Het, pesó para Efrón la plata que éste le dijo: 400 siclos de plata de buena ley entre mercaderes.
(17) Así el campo de Efrón que estaba en Macpela, frente a Mamre, tanto el campo como la cueva que había en él, junto con todos los árboles que había en el campo y en sus contornos, pasó
(18) a ser propiedad de Avraham [Abraham], en presencia de los hijos de Het, de todos los que entraban por las puertas de su ciudad.»
(Bereshit / Génesis 23:3-18)
Es habitual que se explique este pasaje indicando la viveza criolla de Efron ben Tzojar, y por lo general no se lo ve con buenos ojos.
De hecho, algún comentario que publique al respecto en el pasado iba por esa línea, la corriente y habitual entre los instructores de Torá.
Pero ayer, atendiendo el shiur del rabino Uri Sherky, pude ver las cosas con una perspectiva diferente.
Los heteos no iban a venderle el lugar de sepultura al patriarca.
Con gusto le permitían enterrar a la matriarca en alguno de sus nichos del cementerio, pero en modo alguno autorizarlo a adquirir una parcela funeraria propia.
Ni las costumbres ni las leyes del lugar le habilitaban a hacerlo.
El patriarca no quería una tumba, quería un terreno de sepultura para su esposa y su familia.
¿Cómo lograrlo, respetando a los dueños del lugar?
Entonces, surgió el potentado Efrón.
Un hombre rico y astuto, que por alguna razón quería darle una mano a Avraham.
Y eso es lo que estamos presenciando en este pasaje.
Una voltereta legal, totalmente moral y ética, y que al mismo tiempo le daba al patriarca la potestad para aquel terreno y que fuera permanente de la familia judía.
No brindaré los detalles del asunto, no vienen al caso.
¿Qué podemos aprender?
Dos cosas, al menos.
Uno, aunque las cosas parezcan imposibles, debemos ser creativos y proactivos para realizarlo.
No no es una respuesta, hasta que realmente lo sea.
(¡Ojo! Cuando una dama dice No, quiere decir No.
Lo mismo para un caballero.
¿Se entiende?).
Dentro de la ley, haciendo uso de las herramientas permitidas, sin quebrar los límites saludables (de toda especie), debemos perseverar, trabajar, accionar, idear, hasta encontrar el camino, si es que se podrá abrir… no lo sabremos hasta el final de la historia.
Dos, no podemos juzgar apresuradamente, ni con liviandad.
Ser mesurados y atentos, y en lo posible encontrar el mérito incluso cuando parece que no lo hay.
¿Se entiende también esto?
Me gustó mucho la explicación, principalmente lo del ‘no’.
Moré, una pregunta, actualmente a qué cantidad de dinero equivaldria lo que Abraham pagó? Simple curiosidad.
Gracias
no idea
Pues una breve explicación para encontrar la relación que desconosco, pues hasta donde tengo entendido el shekel es una medida de peso, que según Rashí y Rabeinu Gershom unos 11,8 gramos, mientras Gueoninim y el Rif dicen que es de 14,17 gramos. Un shekel equievale, para la época en 20 gueras, y para la época talmudica 640 prutá. En esos tiempos de Abraham Avinu el sueldo de un labrador al año era aproximadamanete de 8 a 10 shekelim al año. Así el pago de Abraham equivalente a, mas o menos, 40 años de trabajo…. de ahí a calcular o hacer… Read more »
gracias.
mucha plata
Gracias Shaul!