En un post del sitio de BELEV18 en Facebook, un lector preguntó:
¿De donde surge el accionar a beneficiar a alguien sin interés alguno a ser recompensado? Me ayuda en mucho saberlo si es el Eterno que nos deposita o solo somos nosotros y nos hacemos la cabeza de que alguien nos ayuda.
Para comprender la idea yo replantee la interrogante y le pregunté al señor si estaba de acuerdo en mi síntesis, me confirmó que sí.
Quedó así simplificada:
¿De dónde viene en el ser humano la motivación para hacer algo desinteresadamente por el prójimo?
A continuación, una respuesta.
Desde el nacimiento nos acompaña el EGO (también conocido como Ietzer haRá, tendencia a lo malo).
Es un mecanismo natural, saludable, indispensable, que nos auxilia en momentos de impotencia, cuando estamos en riesgo, incluso de vida.
Enseñamos cientos de veces de éste, así que no nos extenderemos aquí.
Solo diremos que a pesar de su invaluable función positiva, pronto decanta en conductas y actitudes negativas; porque expande su rango de acción, toma el control en situaciones que no lo ameritan, pone a la persona en un estado de impotencia imaginaria y por tanto recurre a acciones que están fuera de foco provocando con ello daños.
Es el origen de muchísimos sufrimientos que nos invaden y acosan a lo largo de nuestra vida.
Al núcleo natural e instintivo se le van añadiendo aprendizajes, entrenamientos, recuerdos, haciendo que el EGO cuente con otros recursos para actuar, para manipular, para meter y meterse en problemas.
A fin de cuentas, este viejo compañero se convierte como en un rey impotente, pero lleno de fuerza y que domina con salvajismo, irracionalidad aunque pueda hacer uso de sofisticadas herramientas mentales y astutas planificaciones.
Está indicado en este pasaje:
«ט֛וֹב יֶ֥לֶד מִסְכֵּ֖ן וְחָכָ֑ם מִמֶּ֤לֶךְ זָקֵן֙ וּכְסִ֔יל אֲשֶׁ֛ר לֹֽא־יָדַ֥ע לְהִזָּהֵ֖ר עֽוֹד:
Mejor es un muchacho pobre y sabio que un rey viejo e insensato que ya no sabe ser precavido»
(Kohelet/Eclesiastés 4:13)
Es el rey viejo e insensato.
Viejo, porque lo tenemos encima desde el primer momento.
Insensato, porque no razona, aunque secuestre funciones mentales desarrolladas. Es un instinto, y con la lógica irracional es que se maneja.
En tanto que el niño es el Ietzer haTov, o tendencia hacia lo bueno.
De acuerdo a la idea del Midrash hace su aparición con la edad de las mitzvot, hacia los 12 años en las niñas y 13 en los varones.
Hasta ese momento, el Ietzer haTov se está gestando, a través de las enseñanzas y aprendizajes que se van combinando con la maduración orgánica del niño.
Cuando las condiciones lo permiten, ese niño que encarna la ética nace dentro de nuestro ser.
Dijimos que encarna la ética, porque recordemos que ética es el código de conducta de origen espiritual, es el modo de actuar de la NESHAMÁ (espíritu, Chispa Divina, Yo Esencial). Desde los 40 días de gestación la NESHAMÁ está vinculada con el ser orgánico y permanece así hasta la muerte, donde la parte física se reintegra al mundo material en tanto que el espíritu se reintegra por completo al mundo espiritual.
Recordemos que el lenguaje de la NESHAMÁ es el AMOR, leer aquí para aprender más: https://belev.me/2018/08/19/amor-idioma-espiritual/
Para quien desee profundizar: https://serjudio.com/exclusivo/cterapia/ietzer-hatov
Y más todavía: https://serjudio.com/exclusivo/cterapia/del-ietzer-har
Llegados a este punto, podemos concretar la respuesta a la pregunta del inicio.
Nuestra motivación para actuar generosamente hacia otros proviene del Ietzer haTov, por tanto de las enseñanzas que hemos recibido, de cómo nos han formado, de lo que fuimos incorporando a nuestro Sistema de Creencias, de cómo aceptamos la guía constante e imperceptible que proviene de la NESHAMÁ.
NO ES Dios manifestándose en nosotros, es nosotros manifestando a Dios en nuestra realidad.
Porque actuamos como Él lo hace, dentro de nuestras limitaciones.
Porque Él da, nosotros damos.
Porque Él es generoso, nosotros aprendemos a hacer lo bueno sin esperar ningún beneficio de ello.
Pero, como estamos tan limitados, tan plagados de impotencia, tan sometidos al EGO, tan embarullados por nuestro Sistema de Creencias, muchas veces estamos tomando pero decimos que damos; damos creyéndonos buena gente, pero solo estamos haciendo negocios turbios para obtener alguna ventajita.
Es por ello imprescindible concientizarnos de todas estas cosas, mantener al EGO en su función, hacer una profunda purificación de todo tipo de creencias egoístas y perjudiciales, para darle paso a la NESHAMÁ y con ello a que la LUZ del Eterno resplandezca por todas partes.
Ahora para finalizar, una cuestión extra que surgió imprevistamente.
El lector que hizo la pregunta para la cual nos tomamos el tiempo, esfuerzo, dedicación y conocimiento para contestar ahora, al día siguiente voto en una encuesta que publicamos que NO pagaría por participar ni usar los servicios que brindamos.
La cuestión es…
A lo cual se suma que la gran mayoría de los que votaron la tal encuesta, coincidieron con este señor en no estar dispuestos a aportar de sí para colaborar con esta obra.
Lo que hace surgir otra interrogante, que es…