"…Y al lugar que Hashem su Elokim escogiere para hacer habitar en él su nombre (el Beit HaMikdash), allí llevarán todas las cosas que yo les mando"(Devarim 12:11)
Cuenta la leyenda que David hamelej quería construir el Beit HaMikdash pero no sabía exactamente en que lugar. Un amanecer salió a recorrer las calles de Ierushalaim, con la esperanza de que quizás H’ le enviara una señal que indicara el sitio escogido por Él.
De pronto, descubre a dos hombres fuertemente abrazados llorando y riendo.
Desconcertado el sabio rey se aproxima para averiguar que ocurría a esas personas. Entonces ellos cuentan que son hermanos, uno de ellos casado y con siete hijos, el otro soltero, que viven en campos contiguos, exactamente del mismo tamaño, que fuera herencia del difunto padre.
Hace un tiempo atrás el hermano soltero pensó: "Es injusto que yo siendo soltero tenga un campo y una producción idéntica a la de mi hermano, que tiene tantas personas que mantener. Voy a ir todas las noches a su depósito y voy a dejar allá parte de mi producción. Y en secreto, no quiero que se ofenda, porque quizás piense que lo considero un pobre hombre…"
Y así hizo el soltero, todas las madrugadas, sigilosamente llevaba parte de su cosecha al depósito de su hermano casado.
Y por la misma época el hermano casado pensó: "Es injusto que yo siendo casado y con tantos hijos tenga un campo y una producción idéntica a la de mi hermano soltero. Cuando yo sea viejo y ya no pueda trabajar más, gracias a Dios tendré hijos que se preocuparán por mí, pero, de mi hermano, ¿quién se ocupará? Mejor haré que enriquezca ahora, para que en el futuro tenga, así que voy a ir todas las noches a su depósito y voy a dejar allá parte de mi producción. Y en secreto, no quiero que se ofenda, porque quizás piense que lo considero un desdichado solterón…"
Mucho tiempo los hermanos hicieron esto, hasta que la noche que David salió a pasar, ocurrió lo inevitable: los hermanos se encontraron a mitad de camino, cuando uno le llevaba al otro parte de la producción en secreto.
Así quedaba resuelto ese misterio: ¿cómo podía ser que todas las noches ellos sacaban de lo suyo, pero al día siguiente otra vez tenían lo anterior?
Los hermanos al reconocer la grandeza de sus sentimientos y de sus acciones se entrelazaron en un fraternal abrazo mientras lloraban de alegría y reían por entender que entre ellos había verdadero amor.
Esa era la historia de las dos personas abrazadas a la madrugada en Ierushalaim.
David entendió que ésta era la señal por él pedida a H’, en el lugar que el amor verdadero se había manifestado, allí se levantaría el Beit HaMikdash.
Los jajamim explican que una de las causas para la destrucción del Beit HaMikdash fue la "sinat jinam", odio gratuito, entre los hermanos.
Y como vemos, es la "ahavat jinam", el amor gratuito, lo que hace que el Gran Templo se construya.
Preguntas:
- ¿Qué es "ahavat jinam"?
- ¿Por qué "ahavat jinam" es la señal elegida por H’ para identificar el lugar de Su Templo?
De la parashá:
KASHER – Animales (especies y mezcla)
"Nada abominable comerás.
Estos son los animales que comerán; el buey, la oveja, y la cabra,
El ciervo, el corzo, y el búfalo, y el cabrío salvaje, y el unicornio, y buey salvaje, y cabra montés.
Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese comerán.
Empero estos no comerán de los que rumian, ó tienen uña hendida; camello, y liebre, y conejo, porque rumian, mas no tienen uña hendida, les serán inmundos;
Ni puerco; porque tiene uña hendida, mas no rumia, les será inmundo. De la carne de éstos no comerán, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
Esto comerán de todo lo que está en el agua; todo lo que tiene aleta y escama comerán;
Mas todo lo que no tuviere aleta y escama, no comerán; inmundo les será.
Toda ave limpia comerán.
Y estas son de las que no comerán; el águila, y el azor, y el esmerejón,
Y el ixio, y el buitre, y el milano según su especie,
Y todo cuervo según su especie,
Y el búho, y la lechuza, y el cuclillo, y el halcón según su especie,
Y el herodión, y el cisne, y el ibis,
Y el somormujo, y el calamón, y el corvejón,
Y la cigüeña, y la garza según su especie, y la abubilla, y el murciélago.
Y todo reptil alado les será inmundo; no se comerá.
Toda ave limpia comerán.
Ninguna cosa mortecina comerán; al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él la comerá; ó véndela al extranjero; porque tú eres pueblo santo a Hashem tu Elokim. no cocerás el cabrito en la leche de su madre." (Devarim 14:3-21)