Cuando cometes un error, te equivocas, te apartas de la senda correcta, te desvías de la armonía que significa vivir como constructor de shalom, estás en desbalance, estás afectado por alguna dolencia en alguno de tus planos. Sea social, sea emocional, sea mental, sea espiritual o incluso físicamente, el errar te perjudica.
Entonces, para recuperar en alguna medida la estabilidad, para sanar, para restaurar tus capacidades, es imperioso que transites un camino de arrepentimiento, que sigas los pasos para armonizar lo que tu acción negativa ha perjudicado.
Te daré ahora unos simples, concretos, sencillos y necesarios pasos para rectificar tu vida, traer luz, promover el bienestar interno y externo.
Prueba estos pasos de rectificación, llamado TESHUVÁ en el idioma de la creación, y notarás maravillosos resultados.
- Reconoce que pasó algo malo, que quiebra el orden, que empobrece la salud.
- Reconoce que tu eres causante, en mayor o menor grado, de lo que pasó.
- Quiere solucionar lo que has perjudicado.
- Haz lo que esté a tu alcance para remediar lo que has perjudicado.
- Pide perdón a quien has ofendido y luego a Dios.
- Comprométete a no volver a cometer el mismo error.
- Acepta las consecuencias de tus actos u omisiones.
- Dona dinero a necesitados o a organizaciones que promueven la construcción de Shalom.
- Perdónate.
El EGO te llevará al fracaso en cualquiera de estos pasos, generalmente encontramos mil excusas para no concluir satisfactoriamente este proceso de rectificación.
Inventamos justificaciones para no tomar conciencia de lo malo de nuestras acciones,
o no nos hacemos cargo en lo que nos corresponde,
o negamos la posibilidad de que haya soluciones viables.
Luego transitamos por la vergüenza, miedo o alguna otra manifestación sentimental para no actuar positivamente,
escapamos ante la sola mención de enfrentar con humildad y abiertamente a quien hemos dañado.
Nos olvidamos de lo mal que hicimos y volvemos a caer en el error,
pretendemos no hacernos cargo de lo que hemos provocado, aunque hayamos pedido perdón y obtenido las disculpas del caso.
Y sí, el EGO también aprovecha para mortificarnos, auto flagelarnos, despreciarnos, perseguirnos, culparnos, involucrarnos en obsesivas ideas de venganza y pobreza emocional, porque no nos sabemos perdonar.
Amigo mío, estamos en un momento en el cual este proceso es necesario, es vital.
Prométeme que lo harás y luego me contarás los resultados.