Si prestamos atención a las conductas del faraón en torno a la historia de Iosef, y somos atentos y sensibles a sus palabras, y notamos sus tonos y emociones, bien pronto nos percatamos de un hecho que podemos dar como cierto: era un muchacho, y bastante joven.
No me detendré a detallar el asunto ahora, te lo dejo como tarea si es que te resulta de interés.
Pero por favor, que sea un punto de partida esta propuesta y no uno ya de llegada antes de comenzar.
Tenlo en cuenta y analízalo, contrástalo con el texto, no uses ni comentaristas ni preconceptos.
Deja que la verdad surja, o que si es incorrecto sea demostrado.
Es un buen ejercicio, no exclusivamente para revelar la edad y madurez del gobernante supremo del poderoso Egipto antiguo.
Luego, tal vez en la historia haya sido un señor de edad avanzada, pero su presentación no evidencia una persona curtida y experimentada, paciente y sabia, sino lo que es esperable de un muchacho.
Ahora, si fuera correcto el dato de su etapa evolutiva personal, ¿de qué nos sirve saberlo?