Parashat Beshalaj 5764

Podía, pero…

(Esta semana corresponde leer la parashá llamada Beshalaj ("Dejó ir") que es la cuarta del segundo tomo de la Torá, el sefer Shemot, conocido en español como "Éxodo").

Gente ociosa (y a veces bienintencionada), lamentablemente pierde su precioso tiempo de vida (y la de sus oyentes) con preguntas sosas tales como: "Dios, que dicen que es Todopoderoso, ¿puede o no crear una piedra que Él no pueda levantar? Si no puede crearla no es todopoderoso, y si puede, tampoco lo es, porque no puede levantar esa piedra".
Ya nos hemos dedicado alguna vez a responderla, ante el requerimiento de un amable lector (lo hicimos para apartarlo del error y el engaño).
Y ahora, podemos encontrar una (especie de) respuesta en el comienzo mismo de nuestra parashá, cuando interpretamos correcta y profundamente las siguientes palabras:

"Cuando el faraón dejó ir al pueblo,
Elokim no lo guió por el camino de la tierra de los filisteos,
aunque era más corto,
porque dijo el Eterno:
‘No sea que al enfrentarse con la guerra,
el pueblo cambie de parecer
y se vuelva a Egipto.’
"
(Shemot / Éxodo 13:17)

La interpretación llana sería: Dios no quiso que los recién liberados israelitas chocaran contra los filisteos, pues éstos eran guerreros organizados y ultra-capacitados para la batalla, que diezmarían a los hebreos, los desmoralizarían y llevarían a que desearan retornar a lo que considerarían suave servidumbre en el sádico Egipto.
Por eso Dios prefirió un camino indirecto, para precaverlos de guerras sanguinarias, en tanto no pudieran organizar su propio ejército de defensa, y adiestrar guerreros que los llevarán a la victoria militar.

Esta manera de leer el versículo tiene visos de ser acertada, pero se queda en la superficialidad.
Si nos adentramos un poco en el verdadero sentido del versículo encontramos la siguiente enseñanza: Dios todo lo puede, pero en Su Sabiduría y Voluntad decreta que(en el 99% de las ocasiones) las cosas sigan su proceso natural, tal y como debe ser, de acuerdo a las leyes naturales que Él ha dispuesto.
¿De dónde se desprende esta enseñanza?
Atendamos al versículo en su interpretación un poco más profunda:

Cuando el faraón dejó ir al pueblo: al estar los hebreos libres de las cadenas materiales de la servidumbre y de la cultura materialista que los oprimía,

Elokim no lo guió por el camino de la tierra de los filisteos: Elokim, (que es como tradicionalmente se denomina a Dios cuando se involucra en los sucesos mundanales) no escogió el camino el más corto hacia la Tierra Prometida desde la tierra de Goshen,

aunque era más corto: no porque el Eterno ignorara la geografía, las distancias precisas entre ambos puntos, Él sabía mejor que nadie que ese era el camino más corto, aquel que en pocos días permitiría que los recién liberados pudieran afincarse en la Tierra Prometida y hacerse hombres soberanos de su vida,

porque dijo el Eterno: El Todopoderoso que no debe explicaciones ante nada ni nadie, sin embargo, aquí nos anuncia explícitamente Sus motivos:

‘No sea que al enfrentarse con la guerra: si entran velozmente a la heredad de Israel, y ahí cada quien se va para su parcela, a cultivar su tierra y a vivir según sus propias reglas; no estarán todavía entrenados para enfrentarse con el Ietzer HaRá -tendencia a lo negativo-, y no sabrán soportar el embate del deseo perverso, ni a darle la dura batalla que corresponde, ni a sojuzgarlo con las únicas herramientas que lo vencen: la Torá y los preceptos. Y por no estar aleccionados para esta guerra, entonces…

el pueblo cambie de parecer: el pueblo ya no desee vivir como independientes y soberanos de sus vidas, como verdaderos hijos de Dios y Sus fieles súbditos, por lo cual…

y se vuelva a Egipto.’: dedicarán sus días a lo que es corrupto, rebelde, apartado de Dios, y que finalmente lleva a la angustia, a la desesperación, a la miseria y la negra muerte.

Por eso Dios prefirió que los hebreos pasaran una larga cuarentena (ver Ialkut Shimoni 226), cuarenta años en el desierto, para recibir la Torá y cultivarse en ella.
Para que se nutrieran del maná, de las experiencias milagrosas de las que eran presenciales testigos, de las palabras de Torá emanadas directamente de Dios o enseñadas por Su siervo fiable Moshé, etc.
Para que a lo largo de una generación, pudieran cultivarse e irse preparando para dar batalla contra las fuerzas de lo negativo, que no son ajenas a nuestra interioridad.
Porque Dios nos quiere enseñar que lo que se presenta como el camino más breve y fácil, no siempre lo es.

Así pues,
Dios perfectamente podría haber conducido a los israelitas montados sobre águilas el mismo 15 de Nisán del 3448 (el día que salieron de Egipto),
los podía haber afincado en dos minutos a cada cual en su parte de Israel,
podía haberles dado viñas e higueras que fructificarán el mismo día,
podía haber extirpado a los maléficos pueblos de la región en un santiamén,
podía hacer que los israelitas salieran del vientre materno ya desarrollados y aptos para la vida adulta plena,
miles de otros podía podríamos nosotros agregar,
sin embargo,
Él prefirió otra cosa…

Son diversas las conclusiones que podemos sacar de esta fundamental enseñanzas,
por lo que,
dejo ahora sin cerrar este comentario…

¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!

Moré Yehuda Ribco


Notas:

Otras interpretaciones de este pasaje de la Torá, y más estudios los hallan HACIENDO CLIC AQUÍ y AQUÍ.

Relato

Un hombre pío quedó sorprendido al encontrar al eminente Rabí Israel de Salant haciendo bromas y a las risas con un hombre en la feria.
Pasmado el beato se quedó observando, y no salía de su extrañeza al ver como el tiempo pasaba y el sabio varón alargaba la conversación y la animación.
Al otro día, con toda la curiosidad (y por qué no decirlo, un poco de prejuicio) el devoto caballero encaró al maestro: ‘Ayer usted me dejó pasmado con su conducta, no me imagine que un hombre fiel a la Torá pudiera perder tanto tiempo entre chanzas y risitas. Suponía que usted estaría dedicado por entero al estudio y la devoción seria, y no a chistecitos en la feria‘.
A lo que el brillante rabino respondió: ‘¿Es que acaso estuve haciendo otra cosa? El hombre con el cual usted me vio, había venido a contarme que estaba de ánimo abatido, que sentía que ya bastaba de seguir con vida. Yo sentí que sus palabras eran sinceras, que estaba a un instante de acabar con su vida, por lo cual, no quise dejarlo ir así, con su corazón lúgubre y sin un rayito de esperanza. Por lo que permanecí con él largas horas, hasta que ambos comprendimos que la muerte había corrido su manto e, al menos por ahora.

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?

  • ¿Qué otra cosa podría haber hecho el rabino en aquella oportunidad, atrapado de pronto por el intenso sentimiento suicida de esta persona?

  • Esta testimoniado que: "Senaquerib se volvió a su tierra con el rostro avergonzado. Y cuando entró en el templo de su dios, algunos de sus propios hijos lo mataron allí a espada." (2 Divrei Haiamim / II Crónicas 32:21).
    Estudiar en el sitio, y en 2 Melajim / II Reyes capítulos 18 y 19,  de qué trata esta frase.
    Luego de haberlo estudiado, hallar un nexo entre esa historia y la enseñanza que aprendimos de nuestras parashá.

  • Leer Tehilim / Salmos 95, y comprenderlo a la luz de lo que aprendimos hoy.

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