Resp. 3886 – Añadir o quitar palabras a la Torá

RIBERA789 nos consulta:

SENOR YEHUDA, YO ESCUCHADO QUE EN OCASIONES, SE A QUERIDO MODIFICAR LA TORA, QUE PASARIA SI ESO OCURE? SERIA ACEPTADA? O SERIA RECHASADA, SERIA OCASION DE GUERRA, POR QUE PAR MI ES LO MAS IMPORTANTE DEL MUNDO LA PALABRA DE DIOS? CUAL SERIA LA CONSECUENCIAS GRACIAS
FIDELMAR.RIVERA,24,ESTUDIO,SINALOA,MEXICO

Shalom,
«Bendito el que viene en el nombre del Eterno.» (Tehilim / Salmos 118:26).

El Eterno, quien es el Autor de la Torá, ha sido muy explícito y contundente al respecto:

«Tendréis cuidado de hacer todo lo que Yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitaréis de ello.»
(Devarim / Deuteronomio 13:1)

Así pues, es nuestro sagrado deber mantener, preservar, cuidar, defender cada palabra, cada letra, cada punto de nuestra (de los judíos) Torá.
Para esto la estudiamos, la conocemos, profundizamos en su conocimiento, somos depositarios
y custodios de la Tradición oral que la acompaña, le hemos defendido incluso con nuestras propias vidas.
Por consiguiente, en cualquier parte del mundo que hay un rollo de la Torá, de cualquier época, invariablemente es una copia exacta, fidedigna, inmaculada de la original que escribiera Moshé según estricto dictado del Eterno.

Por supuesto que en todas las generaciones surgen enemigos del Eterno, dentro de Israel o fuera, que
intentan socavar nuestra sagrada heredad, tratan de mancillar nuestra herencia y vida. Barruntan trampas en contra de la Torá y de sus estudiosos. Inventan mitologías en torno al prístino mundo de la Torá, quieren hacer creer que hay algo turbio y enajenado en él.
Pero, gracias al Eterno, los fieles seguimos apostados cual centinelas, en nuestros baluartes, guarecidos de los ataques siniestros
de los enemigos.
Ninguna malicia ha podido exterminar a nuestro pueblo, ni aniquilar nuestra preciosa Torá.
Los reformistas y otros retrógradas de todas las generaciones procuraron alterar nuestra Torá, pero hemos sabido mantenerla íntegra, sin cambios, sin añadiduras ni enmiendas ni menoscabos.
Cada rollo de Torá es idéntico al escrito por mano de Moshé, según dictado celestial.

Por otra parte, ¿cómo la obra perfecta del Eterno puede admitir modificación alguna?
Él la escribió, la hizo perfecta, nunca nadie, ni Él mismo, podrá cambiarla ni siquiera en una comita pequeña.

Uno de los secretos para esta milenaria exactitud lo descubrimos esta semana en la festividad de Pesaj.
El Eterno encomendó a cada padre que mantenga vivo el recuerdo de los sucesos de la Salida de Egipto. Cada año, en cada hogar, cada familia fiel al Eterno refuerza el lazo con nuestro pasado, rememora y revive los acontecimientos, actualiza el mensaje de la Torá, sin por ello dañar su integridad.

La Torá permanece viva, exacta, íntegra, vigente, porque los judíos hemos sido obstinados en su cuidado,
tal como el Eterno ha demandado de nosotros.

Es triste ver a nuestros hermanos gentiles que han olvidado su simple legado de los Siete Mandamientos
Universales. A pesar de ser millardos, a pesar de ser poderosos, a pesar de tener todo a favor, despreciaron y borraron de sus vidas su propio legado espiritual que el Eterno le ha dado a los noájidas (los gentiles).
Son pocos los gentiles que en estos momentos están despertando, renaciendo a su verdadera identidad espiritual.
¡Qué contradicción!
Los judíos siempre fuimos los pocos, débiles, perseguidos, masacrados, expulsados, estigmatizados, pero igualmente nos aferramos con fuerza a nuestro nexo espiritual, a nuestros mandamientos y nuestra Torá.
Es por esto que la Torá vive con cada alma judía que se entrega a ella.
Al mismo tiempo, es su obligación Fidelmar, como gentil que es, que se reencuentre con su propia identidad espiritual. Que recorra el camino de regreso a la Buena Senda, el noajismo, que el Eterno ha reservado para ustedes los gentiles.
Para que sea usted parte de los que construyen Shalom en Este Mundo, y por tanto se hace merecedor a una parcela de glorioso gozo en la Eternidad.
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Si realmente lo más importante del mundo para usted es la palabra del Eterno,
entonces deje a los judíos que se encarguen de su propio legado, que es la Torá;
mientras usted se dedica a conocer su propia herencia, su propia senda, aquella que el Eterno ha diseñado para usted, para que viva en Este Mundo y en la Posteridad.

Sea un constructor de shalom, desde el lugar que le corresponde.
No cambie una letra del legado que el Eterno le ha dado a usted.
Sea fiel, sea digno, sea constructor, que hay muchísimo por hacer y usted aún no ha cumplido su parte.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Iebarejejá Hashem – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

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