Orot (parte 1)

El libro Orot (literalmente: “Las Luces”) explora la comprensión más profunda de la nación de Israel y su función en el mundo de la redención. Al compilar los ensayos que componen el libro, el hijo del Rab Kook, HaRab Tzví Yehuda eligió comenzar con selecciones de los escritos de su padre sobre la Tierra de Israel. Esta selección en si misma es muy innovadora. Rab Kook explica que una adecuada comprensión de la nación de Israel se puede obtener únicamente luego de que se reconoce el significado de Eretz Israel para el pueblo judío. (1)

El primer ensayo de Orot no es únicamente un estudio de nuestra conexión con la Tierra de Israel, es también una introducción a la Segulá de la nación, uno de los temas principales en los escritos del Rab Kook. Esta Segulá, un atributo interno Divino, único del pueblo judío es la clave para la comprensión de la unidad de la nación de Israel, la Torá, la Tierra de Israel y Dios(2).

Para comprender las profundidades de los escritos del Rab Kook, primero debemos reconocer que el mundo tiene una dimensión física y otra espiritual. Una perspectiva mundial que abarca el mundo físico y espiritual no es fácil de comprender. Se necesita de mucho trabajo para activar nuestras naturalezas internas y para cultivar nuestro potencial espiritual. Esta es nuestra tarea como judíos y como nación sagrada- vincular el mundo físico con el Divino. Como aclara el Rab Kook, Eretz Israel es el lugar ideal entregado por Dios para esta tarea.

Una visión superficial haría pensar que nuestro apego a Erezt Israel está basado en el vínculo histórico únicamente o en la necesidad de un territorio propio donde concentrar a nuestro pueblo diseminado y oprimido. Rab Kook rechaza este concepto totalmente. Nos convoca a sondear más allá de las explicaciones superficiales para llegar a un entendimiento más profundo. Nuestro vínculo con la Tierra de Israel, como la relación del alma con el cuerpo, trasciende explicaciones racionales. La conexión es un lazo espiritual profundo. Rab Kook nos dice que Eretz Israel es una parte intrínseca e inseparable de la nación, una raíz profunda de la existencia de la nación- no una simple rama.

¿Cómo se explica esto? En su comentario al Sidur, Rab Kook explica que: “La conexión sagrada entre la nación de Israel y su Tierra sagrada no tiene ninguna semejanza con el mundo terrenal” (3)

Por ejemplo, nuestro vínculo con Eretz Israel no está sujeto a la historia. Eretz Israel fue otorgada al patriarca Habraham sin un vínculo histórico previo. El lazo entre Habraham y la Tierra no está basado en una razón externa. El Brit (pacto) entre Habraham y la Tierra era Divino. Solamente en la Tierra Santa, la vivencia nacional del Pueblo Elegido puede elevarse totalmente a Dios. La profecía es exclusiva de la Tierra de Israel, los preceptos únicos de la Tierra de Israel, y el Bet Hamikdash son todas manifestaciones de este vínculo Divino. Es un apéndice basado en el Ruaj Hakodesh, más allá de la búsqueda científica y la explicación racional. Este primer ensayo de “Orot” nos introduce hacia una visión más elevada y una necesidad de percibir a Am Israel y Eretz Israel con una luz más profunda, más intensa.

Eretz Israel no es un asunto ajeno, una adquisición externa de la nación; no es un mero medio hacia la unión general de la nación, ni del fortalecimiento de su existencia material, ni siquiera espiritual.

Eretz Israel es una unidad independiente, apegada a un vínculo con la nación, unida con Segulot internas con la existencia de la nación.

Como consecuencia, es imposible comprender la esencia de la Segulá interna de la santidad de Eretz Israel y descubrir las profundidades de su amor, a través de cualquier forma de conceptualización humana; solamente a través del Espiritu del Eterno que actúa sobre la nación en su totalidad.

Este Espiritu Divino sobre la nación; la fórmula espiritual natural del espíritu de Israel, emite sus rayos en colores naturales en todos los caminos de la sensibilidad. Brillan sus rayos exaltados en corcondancia directa con el Ruaj Hakodesh exaltado que llena de vida y alegría los corazones de los pensadores sagrados, y de aquellos comprometidos con las contemplaciones profundas de Israel.

El pensamiento respecto de Eretz Israel por el que se lo considera de valor secundario para facilitar la subsistencia de la nación unificada; aunque fortifique el concepto de judaísmo en la diáspora, a fin de preservar la forma y fortalecer la creencia y temor al Eterno y de fortalecer la observancia  de los preceptos en forma adecuada-esta visión de Eretz Israel no dará un fruto duradero, pues su fundamento es débil a la luz de la elevada y firme Kedushá de Eretz Israel.

El concepto de judaísmo en la diáspora solo encontrará la verdadera fortaleza a través de la profundidad de su compromiso con Eretz Israel. Solamente a través de su anhelo por Eretz Israel el judaísmo en la diáspora recibirá sus cualidades inherentes en forma coherente. La búsqueda de la salvación le otorga al judaísmo de la diáspora su poencial vigor; mientras que el judaísmo de Eretz Israel es la salvación misma.

 

Es posible enfocarse en Eretz Israel desde dos perspectivas: a)una ve la Tierra de Israel como un medio para la sobrevivencia del pueblo judío, como un medio para evitar problemas varios. Y b) la segunda ve a la Tierra de Israel parte de la vida.

Podríamos equiparar estas dos posturas con dos ejemplos simples: la necesidad de la persona de una vivienda, y la necesidad de una pareja. Estos son dos necesidades básicas totalmente! Pero la respuesta ante un vecino molesto que trata de apropiarse de parte de su terreno será diferente a quien intenta apropiarse de su mujer. En el primer caso es posible que sea mejor poseer 6 cuartos con paz que 7 con una constante disputa. Pero en el segundo caso es inimaginable que la persona ceda a un tercero su esposa, incluso por un corto lapso, ya que un lazo de vida, en que la peraja es  parte inseparable de su alma, es inconcebible dividir. (4)

Y ¿cómo es nuestra relación con la Tierra de Israel? ¿Es como la necesidad de un territorio donde vivir, o quizás un lazo de vida, como un hombre y una mujer?

Sobre esto nos dice el profeta:
Ya no te llamarán abandonada, ni a tu Tierra la llamarán desolada sino que serás llamada Mi deleite; tu Tierra se llamará  Mi esposa; porque el Eterno se deleitará en ti,  y tu Tierra tendrá esposo.  Como un joven que se casa con una virgen, así el que te edifica se casará contigo; como un novio que se regocija por su novia,   así tu Dios se regocijará por ti” 5)

En contra de la concepción que ve en la Tierra de Israel la utilización de un instrumento, la simple necesidad de un territorio para la nación escribe el Rab Kook:

«Eretz Israel no es un asunto ajeno, una adquisición externa de la nación…”

Y por cuanto que es así, siguiendo esta postura (en la que se ve la Tierra de Israel como un simple medio o instrumento de la nación judía) (6)nos sería indiferente el ceder territorios, no cambia mucho  si tendríamos más o menos parte en la Tierra, e incluso sería posible “regalar” o ceder en momentos dados bajo la necesidad.

“no es un mero medio hacia la unión general de la nación

Este enfoque ve en Eretz Israel solo un medio para que haya un asentamiento judío….

ni del fortalecimiento de su existencia material…”

De la nación, como defensa de persecuciones y  ataques…,

“ni siquiera espiritual”

O incluso bajo la óptica de la posibilidad de levantar una cultura judía(7), poder cumplir Torá y miztvot/preceptos con completitud y sin problemas, no ser influenciados por otras naciones y culturas, asimilación (8). Siguiendo esta postura, ante la inexistencia de estas problemáticas no habría valor alguno en la Tierra de Israel.

Antes de explicar lo que la Tierra de Israel es en términos positivos, en esta primera oración el Rab Kook nos dice que NO es la Tierra de Israel, algo externo, superficial, adyacente, secundario, un asunto colateral falto de importancia central- algo que no es íntegramente vital para la existencia. Primero rechaza la comprensión errada que toma a Eretz Israel como un medio hacia un objetivo, y no como un objetivo en sí mismo. Desea negar la opinión que sustenta que mientras la Tierra de Israel tiene importancia histórica y hasta estratégica, no es vital para la existencia judía.

El pensamiento de que Eretz Israel es un accesorio del Judaísmo y no una columna central en sí misma, constituye una deformación trágica causada por el exilio del pueblo judío de la Tierra de Israel durante casi 2000 años. Después de años de vagar en diferentes países, diseminados entre gentiles y separados de nuestro propio  territorio, nuestro enfoque hacia la Tierra de Israel quedó distorsionado y confuso. En lugar de constituir una realidad diaria integrada a nuestras vidas, Eretz Israel se convirtió en un sueño lejano. Durante nuestra existencia en la diáspora, los aspectos más importantes del judaísmo eran los que afectaban a nuestras vidas diarias- el estudio de Torá, el Shabat, Kashrut, y las Mitzvot que aún podíamos cumplir. Eretz Israel quedó relegado como algo secundario- un lugar al que algún día regresaríamos, pero no es una parte esencial de la existencia judía.

El concepto erróneo resulta cuando no interpretamos la verdadera cultura del pueblo judío. El fundamento de nuestra cultura es: no solamente las festividades y el cumplimiento de los preceptos, sino el constituir una nación que trae la palabra y la bendición de Dios al mundo (9) Como aprenderemos, nuestro apego nacional a Dios se puede lograr únicamente a través de la Tierra de Israel.

Para ayudarnos a recordar que Eretz Israel es el centro para el judaísmo y la nación de Israel, veamos reflejados en algunas enseñanzas de nuestros sabios las cualidades especiales de la Tierra de Israel.

El Zohar llama a la Tierra de Israel, el corazón de todas las naciones (10).

La palabra de Dios emerge al mundo únicamente desde la Tierra de Israel, como dice el Profeta: “De Tzión emergerá la Torá, y la palabra de Dios de Ierushalaim” (11)

Además todas las bendiciones que Dios envía al mundo emanan de Eretz Israel: “Toda la vitalidad del mundo, y todas las bendiciones e influencia Divina sobre todos- todas vienen originariamente de Tzión, allí se reparten a toda la Tierra” (12)

Asimismo aprenderemos más adelante, que esta bendición llega al mundo en su plenitud únicamente cuando la nación judía está radicada en su propia Tierra. Simultáneamente mientras que la soberanía judía se disemina por toda la Tierra de Israel, más y más bendiciones divinas fluyen al mundo.(13)

Hashem dividió al mundo entre las naciones y entrego a cada nación una Tierra apropiada. Moldeó y formó la nación de Israel y la colocó en el centro de Su proyecto de vida, en la Tierra especialmente adecuada a su santidad. “Se lo llama Dios de la Tierra (de Israel) porque posee un poder especial en su aire que se une en una segulá en apoyo al objetivo de la profecía, y junto a esta segulá están las condiciones de suelo y clima, que en conexión con cultivar la Tierra ayuda a mejorar la especie”(14). Es el lugar de reunión, el punto de cruce entre lo Divino y el mundo físico. Por ejemplo cuando lo Divino busca la expresión escrita en el mundo, el resultado es la Torá. Cuando Hashem busca una expresión nacional, terrenal, el resultado es Am Israel. Así también la manifestación de kedushá/santidad en términos geográficos aparece únicamente en Eretz Israel. “Pues el Señor ha elegido a Tzión; la ha deseado para su habitar”. Este es Mi lugar de descanso, aquí Yo moraré” (Tehilim/Salmos 132:13-14). Estos receptáculos sagrados de origen divino: la Torá, Am Israel y Eretz Isarel están unidos en su esencia. “Dios, Israel y la Torá son uno” (15)

Una Providencia Divina honra a Eretz Israel a exclusión de todas las demás tierras. Se trata de “La Tierra donde los ojos del Señor nuestro Dios siempre se posan allí, desde el comienzo del año hasta el final” (Deut. 11:12)

Ciertamente dios reina en todo el mundo. Desde nuestro punto de vista, hay una gran diferencia en nuestra capacidad de recibir la satisfacción Divina. Nuestros sabios nos enseñan que Dios ha colocado fuerzas angelicales para gobernar sobre otras tierras. Pero solamente en la Tierra de Israel la Providencia directa es Dios, sin ángeles intermediarios (16). El culto a Dios es puro únicamente en Israel, sin ninguna barrera o impureza. Esta es la forma en que el gran sabio Najmanides explica la declaración deslumbrante de la Guemará: “Todos los que viven en Eretz Israel se asemejan a alguien que tiene un Dios, y todos los que viven fuera de la Tierra de Israel se asemejan a alguien que no tiene Dios” (Tratado de Ketubot 110b). Fuera de la Tierra de Israel el culto a Dios llega al nivel de los ángeles celestiales, mientras que en Eretz Israel, el servicio Divino es directo a Dios mismo, sin interferencia alguna.

Esta conexión única y viva entre Hashem y el Pueblo judío n Israel tiene ventajas cuantitativas y cualitativas muy reales. Por ejemplo, Eretz Israel es la Tierra donde reposa la Shejiná (Divina presencia)(17)y donde se transmite la profecía al pueblo judío.(18)

Eretz Israel es el único lugar en la tierra donde se puede cumplir la Torá con plenitud (19)Los preceptos fueron dados para ser cumplidos en Israel (20Nuestros sabios nos enseñan que los preceptos que cumplimos en la diáspora son simples recordatorios hasta que regresemos a Israel para observarlos correctamente(21.El verdadero valor de las mitzvot está únicamente en Eretz Israel. Fuera de Israel los preceptos tienen un valor educativo, pero la Torá nos dice reiteradamente que Eretz Israel es el lugar para su cumplimiento (22). Al respecto nuestros sabios nos dijeron que morar en Eretz Israel es equivalente en valor a todos los preceptos de la Torá (23)

En la Tierra de Israel somos un pueblo vivo. En la diáspora somos como cuerpos sin espíritu- la cáscara física de un pueblo sin su vida interior (24)

Parece absurdo! Después de todo, el pueblo judío sobrevivió en el galut por casi 2000 años. La mayoría de nuestros grandes estudiosos de la Torá vivieron en el galut. Las obras del Talmud fueron escritas allí(25). Las comunidades ortodoxas prosperan en todo el mundo. ¿Cómo pueden estos logros ser considerados como meras cáscaras físicas?

Primero debemos aclarar que la falta de vida y espíritu a la que se refieren no está basado en el ámbito individual, sino que se refiere a nuestra vida nacional como Clal Israel. Una comprensión adecuada de Clal Israel, del pueblo judío como una totalidad, es fundamental para una comprensión global de la Torá y de los escritos del Rab Kook. Para comprender la relación viviente entre el pueblo judío y la Tierra de Israel, primero debemos comprender quienes somos como Clal(26). La definición normal de Clal es la de conjunto de individuos reunidos para el cumplimiento de un objetivo en común. En una sociedad cuando se llega a cumplir el objetivo los socios pueden separarse y seguir su propio camino. La sociedad o colectividad no tienen una vida propia, solo existe para servir las necesidades de sus miembros. Este no es el caso del pueblo judío. Clal Israel no es la mera suma total del pueblo judío en un determinado momento. Es el alma eterna de la nación, pasada, presente y futura. Es una creación Divina, más allá del tiempo, y del espacio físico, que se formó antes de la existencia del mundo. (27) El alma del pueblo judío, la Torá y Eretz Israel son uno (28). Sus raíces conforman la unidad trascendental en los reinos más destacados de lo Divino.

Nuestra vida auténtica es como un Clal y no como un conjunto de individuos judíos. En la diáspora, la nacionalidad judía se destruye. Carecemos del espíritu Divino que completa al Clal Israel cuando la nación vive con plena soberanía en Israel. La imagen del profeta Ezekiel del valle de los huesos secos es una visión del pueblo judío en el galut (29). Fuera de la Tierra de Israel somos como cuerpos sin espíritu. Únicamente con la reunión de los exiliados en Israel nuestros huesos secos cobran vida:

“Así dice Dios: He aquí que abriré vuestros sepulcros y les traeré a la Tierra de Israel. Y sabrán que Yo soy el Eterno, cuando haya abierto vuestras tumbas y os haya hecho salir de vuestros sepulcros. Oh pueblo Mío, y pondré Mí espíritu en vosotros y viviréis y os pondré en vuestra Tierra…” (Ezekiel/Iejezkel 37:12-14)

Eretz Israel es la Tierra de origen Divino para Clal Israel (30). Por mandato Divino el pueblo judío no puede ser una nación en Alemania, Uganda, Estados Unidos u otra tierra (31). Únicamente en Israel podemos ser un pueblo soberano con nuestro propio gobierno, idioma y ejército. En cualquier otro lugar del mundo somos ciudadanos de otros países, alineados a nuestro verdadero marco nacional y Tierra. Por lo tanto, el Judaísmo más completo es el Judaísmo practicado por el pueblo judío cuando es soberano en su propia tierra. Como nos dice el Rab Kook, la auténtica vida judía es ser judío en Israel.

A la luz de esta introducción podemos entender mejor la primera oración del Rab Kook:

Eretz Israel no es un asunto ajeno, una adquisición externa de la nación; no es un mero medio hacia la unión general de la nación, ni del fortalecimiento de su existencia material, ni siquiera espiritual.

Notas:

(1)En forma parecida Rashí comienza su comentario sobre la Torá, recalcando que la Tierra de Israel es la única herencia de Am Israel, Génesis 1:1

(2)Higrot Hareeiá/Cartas del Rab Kook , carta 555.

(3)Olat Hareeiá, Vol. 1, Pag 203.

(4)Y ya escribió Rabí Tzadok de Lublín (Higuereth Hakodesh, impresa al final del libro “Or Zaruah” y “Poked Ikarim”) que el tema de Eretz Israel es tratado al final del Tratado de Ketubot (que es el tratado que trata los contratos matrimoniales) ya que en el enlace nupcial del Eterno y Su Pueblo, la Tierra de Israel es el documento de casamiento.

(5)(Ieshaiá/Isías 62:4-5)

(6)Tal como la construcción de la sucá no es una mitzva, sino que un medio para el posterior cumplimiento de la Miztvá.

(7)Esta postura la podemos encontrar en varios sitios. Por ejemplo en los escritos de Dr Biniamin Zeheb Ertzl (ver Sfer Haiamim pag. 233), o lo que expone el Rab Raines o el Rab Iosef Dob Soloveichikt en el primer discurso de “Jamseh derashot”. Ver también Higrot Hareeiá, parte 2, pag.309.

(7)Tal como escrib el Rab Tzvi Guinzberg en “Ejad Haham” que el despertar cultural del pueblo judío únicamente será posible en la Tierra de Israel, ya que es imposible fundar una cultura judía fuera de ella.

(8)En Nueva York existe un 56% de matrimonios mixtos, mientras que el 75% de los jóvenes afirman no importarles casarse con alguien judío o no. Y según opiniones en Francia hay más del 90% de matrimonios mixtos (ver Orot E.Israel del R. Abiner, pag. 16, nota al pie 19)

(9)(Génesis 12:3, Ishaiá 49:6).

(10) Zohar, 3:221b

(11) (Ishaiá 2:3)

(12) Anaf Iosef a Iomá 54b

(13)Ezekiel 3:12 Guia para el Perplejo 1:8, Jesed leHabraham abib 3, naar 7

(14) Kuzarí 4:17

(15) Nefesh Hajaim 4:11, basado en Zohar Vaikrá/Levítico 73ª

(16) Rambán a la Torá, Vaikrá/Levítico 18:25. También Derej Hashem, parte 3, Cap. 4:8

(17) Tratado de Moed Katan 25a, ver Rashí al lugar: “Pues la Shejiná no reside fuera de la Tierra de Israel”

(18)Kuzarí 2:14, 2:16, 4:17.

(19)Kuzarí 2:14-2:16:4:17

(20) Rambán sobre la Torá, Vaikrá/Levítico 18:25 “Porque la esencia de todos los preceptos es que se cumplan en la Tierra de Hashem”. Ver también Rab Kook introducción a “Etz Hadar”. Ver la respuesta del Rashbá, parte 1, respuesta 134: en respuesta a la pregunta respecto a la Guemará en Ketubot 110b por el cual el judío que vive fuera de Isral es como alguien que no tiene Dios: “La realización principal de los preceptos de la Torá se encuentran todas en la Tierra de Israel, de manera que algunos preceptos pueden practicarse únicamente en Israel…” Ver También “Lenetibot Olam•” parte 1, pag. 197, relacionado con el Jafetz Jaim quien sostuvo que los preceptos cumplidos fuera de Israel tienen únicamente una veiteava parte del valor que poseen en Eretz Israel.

(21)Sifre, Ekev 11.18. Rashí Deut. 11:18, Tambiñen Rambán Deut 18:25

(22)Deut. 1:8,21,26; 3:18; 4:1,5,14,40; 5:27-20; 6:1-3, 18; 7:14; 8:1; 11:9. Ver también “Lenetivot Olam” cap. 3: “La Torá y la Tierra”. También Zohar, Emor 93b. Ibn Ezra, Deut 31:16

(23)Sifri, Ree 80

(24)Likuté Hagra, al final de “Sifra d´Tzenihuta. Iejezkel/Ezekiel 37:12-14

(25)Cabe recalcar dos puntos: 1)que la Torá No creció o evolucionó en el Galut/Diáspora sino que creció a pesar del galut. El Talmud dice acerca del versíclo de Lamentaciones/Eijá 3:6 “Me confinó en las tinieblas, como a los que murieron hace mucho tiempo”: “Esto se refiere al Talmud babilónico (de Babilonia) (Sanhedrín 24a). Así es que los grandes escritos que surgieron en la diáspora fueron grandes ya que a pesar de estar en la díaspora lograron brotar.

“En Babilonia son necios, ya que habitan en una tierra oscura, dan enseñanzas oscuras(confusas)” (Pesajim 34a)

Así es que al contrario! Si el pueblo judío no hubiera salido a la diáspora sus obras serían de un esplendor superior.  Tal como la Guemará dice: “Dijo Abaié: uno de ellos (de Israel) es mejor que dos de nosotros (de Babel)… “ (Tratado de Ketubot 75a) La Guemará allí mismo nos cuenta de un gran sabio, Rabí Irmiá, quien residía en Babel, y allí eran tan elevadas sus enseñanzas que unos pocos lo podían comprender, al ir a estudiar a Israel se lo llamó: “El babilonio tonto” (Ketubot 75a)

El Jatam Sofer (Rabí Moshé Sofer, la máxima autoridad rabínica de Hungría 1762-1839) escribe que no solo la personalidad de la persona se eleva al llegar a Tierra Santa sino también sus enseñanzas de Torá, reciben mayor luz. (Shut Jatam Sofer Ioré Deá cap. 333).

2)El Talmud babilónico se basa en la Mishná, y la Mishná fue escrita en Israel. De hecho cuando los sabios talmúdicos descubren una discrepancia entre sus propias palabras y las palabras de la Mishná quedan anonadados y callan. Tiemblan del solo pensar de discutir a la Mishná. La Mishná es el alma del Talmud, la Guemará solo explica la Mishná. Comprendiendo esto, toda la literatura “Toraica” que se hizo en el galut recibe su santidad de provenir de la Mishná, que a su vez proviene de Israel.

 

(26)Para una explicación más profunda ver el libro “Torat Eretz Israel” del Rab Tzvi Yehuda Kook, capítulo 2.

(27)Bereshit Rabá 1:4

(28)Zohar, Vaikrá/Levítico 73a, Nefesh Hajaim 4:11, Jafetz Jaim, Perashat Bo. Tambvién Hashlá Hakadosh Bereshit 11a, con relación a la Torá como el alma de Israel.

(29)Ezekiel 37:11, ver Radak allí.

(30)Bamidvar Rabá 23:7: “La Tierra Me es querida e Israel también, colocaré a Israel en la Tierra que Me es querida”

(31)Shmuel/Samuel II 7:23. Y como reza la plegaria de Minja en Shabat “Y quien como tu Pueblo único en la Tierra”. Ver Zohar, Emor 93b: “En la Tierra (Israel) son un pueblo único y no fuera de ella”

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Yehuda Ribco

un gran aporte. a leerlo con detenimiento y estudiarlo con cariño.

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