Resp. 4364 – Traducida la revelación de Gabriel

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Que opinión le merece lo siguiente:
En el Museo de Israel, el profesor de Estudios Bíblicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel Knhol ha presentado una tablilla, de una piedra caliza grisácea clara, que contiene 87 líneas en las que se describe una profecía apocalíptica (Revelación de Gabriel) escrita en el siglo 1 a.C. Una palabra clave, en la línea 80, demuestra que la idea de la muerte del Mesías y de su posterior resurrección a los tres días es anterior a la época de Jesús.
Edgar Flores, 39 años, informático, Católico, D.F. México

Buen día.
Es lamentable que la gente tenga que recurrir a cualquier cosa, realmente a cualquiera, para tratar de mantener con vida una cosa que está muerta.
Jesús no fue un dios, no fue sabio, no fue profeta, no fue redentor, no fue mesías, no fue rabino, no hizo cambio en la historia, no salva, no educa, no fue más que un pobre sujeto sobre el cual se tejieron diversas historias (reales de otros personajes, y fantaseadas).
La poderosa maquinaria del imperio romano convirtió a este mito en lo que es hoy, y gente que no tiene pasión por la verdad se aferran a cualquier cosa con tal de tratar de demostrar que este personaje flaco espiritualmente vale algo.
Si no se hicieran trampas al solitario, leerían todo el estudio de Knohl, pues él brinda la respuesta.
Él dice que este texto se refiere a un personaje real, que vivió y murió antes del personaje del cuento llamado nuevo testamento, un tal Shimón, un líder revolucionario en contra de Roma. El cual luchó, fue ungido como rey por su facción, y murió a causa de su lucha contra el imperio que inventó a Jesús y sus dogmas.
Así pues, la tal tablilla habla de Shimón, para nada del personaje escuálido de Jesús.
Así pues, ya que tanto quiere confirmar cosas con ese texto, confirme lo que realmente es: NADA QUE VER CON JESÚS.

Pero, hay otra cosa más importante.
Supongamos que en 21 siglos alguien descubre restos del pasado, una hoja de un texto «sagrado», pues habla de la lucha entre el bien y el mal. El demonio llamado Valdemrot, y el hijo de la luz llamado Harry. Una lucha tremenda, en la cual parece vencer el demonio, pero el milagrero Potter finalmente vence a sus enemigos y se consagra como jefe de la tribu de los «buenos».
Sin dudas que algún patán inventará una nueva religión, o aprovechará el texto para confirmar que su dios existió hace dos milenios atrás.
¿Cómo no creer si el santo Harry Potter está confirmado por el hallazgo arqueológico?
¿O acaso la gente del pasado no tenía derecho para inventar sus propias fantasías y divulgarlas por escrito?
¿Solamente nosotros podemos ser imaginativos y crear, o plagiar, acerca de dioses, demonios, santos, milagreros, etc.?
Sin dudas que en el pasado también había estupendos cuentistas, y la prueba la tiene usted entre sus manos muy a menudo, pues se llama «santa biblia cristiana». Ya que todo el nuevo testamento es un pequeño cuento, poco creativo, poco santo, poco saludable, pero muy fantástico.

Como variación de lo anterior, no olvidemos que delirantes y fabricantes de religiones nunca faltan, por desgracia.
Así como en todas las épocas hay nuevos «iluminados» que dicen tener visiones de ángeles y dioses, y portan nuevos libros santos (en Arabia, en Estados Unidos, en cualquier lugar, en cualquier fecha), también en el antiguo estado vasallo de Judea pudieron haber (y hubieron) estafadores y falsos profetas, que inventaban sus propias creencias, a veces con apariencia de santidad.
¿Acaso sus escritos «sagrados» tiene algún valor espiritual?
¡Para nada!
La misma nada, el mismo hoyo peligroso, el mismo caos, que el nuevo testamento o el librito del mormón.
Con todo respeto dicho, pero especialmente, con todo respeto hacia Dios y Sus cosas, a las que no debemos profanar.

Ahora, usted tiene algunas opciones.

Desechar mis respuestas, como seguramente hará (que pena por usted, quisiera que no fuera así).
Hacerse la víctima y reclamar que respetemos a su falso dios (cosa que no haremos, pues respetar la idolatría es dar la espalda a Dios).
Enojarse y amenazar (que le vaya bien).
Sentirse dolido sinceramente y apartarse de la llama que le ha dado luz, pero al mismo tiempo el punzante ardor de toparse con la verdad.
Ser sincero con Dios y con usted mismo, y por tanto emprender el camino del reencuentro con su verdadera identidad como noájida (quiera Dios que pase esto).

Si realmente ama a Dios y quiere vivir de acuerdo a Sus designios sagrados, dejará inmediatamente todo nexo con el falso dios y falso redentor, se despojará del disfraz que es el cristianismo, y emprenderña el camino del noájida (que encontrará en FULVIDA.com).

Quiera Dios que pronto esté interesado en temas que le den vida aquí y en la eternidad, y ya no desperdicie más su preciosa vida en basura, mentira, engaño, religión.

Lo espero en el lado de la Luz, aquí, pronto.

Que sepamos construir Shalom.

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