Tu último día…

Si supieras que tu vida termina en pocos días, quizás mañana mismo, ¿cambiarías algunas de tus prioridades?

¿Qué harías?
¿Simplemente te sentarías a imaginar y fantasear con lo que te gustaría hacer?
¿Llorarías por lo que no obtuviste?
¿Te encerrarías a lamentarte y quejarte?
¿Destruirías al mundo por su indiferencia ante tu dolor e impotencia?
¿Buscarías ser el centro de atención, lástima, piedad?
¿Cumplirías tus deseos perversos, contrarios al bien y la justicia?
¿Te arrepentirías de algo?
¿Arreglarías alguna cosa o relación?
¿A quién llamarías para conversar?
¿Hacia quién irían tus pensamientos?
¿Qué harías, qué harías?
¿Qué de aquello que hasta ahora te movía y era el centro de tu vida, pasaría a un segundo plano, o al olvido más completo?
¿Cuál cosa que atesorabas para algún día, para luego de jubilarte, para algún mañana, disfrutarías hoy?
¿Llenarías tus horas con obras de bien, con solidaridad, beneficios al prójimo?
¿Dejarías de lado el cigarro, la droga, el alcohol, el resentimiento, el deseo de venganza, todo lo que se opone a la vida buena y justa? (¿Para qué dejar el alcohol y el cigarro, para cuidar de tu salud que ya no te servirá de nada en unas horas?).
¿Verías esa película pendiente?
¿Gastarías horas en comentar del importante partido de fútbol del fin de semana pasado?
¿Jugarías con tus conocidos a ver quien recuerda más nombres de jugadores de fútbol de las selecciones nacionales desde el origen de los tiempos?
¿Qué oportunidades te darías y darías a otros?
¿Cómo querrías marcharte de este mundo?
¿Harías una fiesta? ¿Prepararías tu propio velorio?
¿Cómo querrías ser recordado por quien te sobreviva?
¿Prepararías tu despedida, lo que dirás a los que te aman y rodean?
¿Pretenderías manipular a Dios con pactitos, arreglitos, oracioncitas, magia en forma de ritualismo supersticioso?
¿Querrías mejorar tu placer en el mundo venidero por medio de atiborrarte de acciones religiosas?
¿Por fin te conciliarás con el prójimo, contigo mismo, con el Eterno?
¿Podrías marchar en shalom, interno y externo?

Generalmente, ninguno de nosotros sabe cuando nos iremos a reunir con nuestros ancestros.
Cada día puede ser el último.
Conozco, y probablemente conoces, gente que ha estado en accidentes graves, en situaciones de enfermedad complicada, en ocasiones que rozaron la muerte de las cuales pudieron volver a la vida terrenal. ¿Aprovecharon la nueva chance? ¿Entendieron lo importante de disfrutar aquí y ahora, de construir shalom en cada acción? ¿Cambiaron positivamente gracias a la experiencia?

Éstas pueden ser las últimas palabras que leas… entonces, si supieras que tu vida termina en pocos días, quizás mañana mismo, en un rato, ¿cambiarías algunas de tus prioridades?

Te deseo una larga y prospera vida, llena de bondad y justicia, comprometido con la construcción de Shalom.

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