La virtud de los sodomitas

Para entender este post es necesario haber estudiado este post anterior: https://wp.me/p3cYr1-4q3

A pesar de que los sodomitas son vistos como el punto más alto de la maldad, debemos saber que por el contrario, algo bueno había en su ideología.
Sin embargo, eso mismo que era un punto bueno, se transformaba en una herramienta del mal, ya que el Sistema de Creencias no permitía que esa semilla creciera, y por tanto se pudría y descomponía las cosas a su alrededor.

Veamos la semilla buena, que no prosperó en el terreno tenebroso de Sodoma y sus alrededores.
Un habitante de Sodoma podía dejar su casa abierta, todo el día, todo el año y podía estar absolutamente seguro de que no le faltaría nada, pues no había ladrones en Sodoma.
Un supermercado se ahorraba en cámaras, cajeras, guardias de seguridad, seguro, porque todos los habitantes pagaban con extrema fidelidad hasta el último gramo de lo que compraran. Nadie se le ocurría siquiera llevarse algo sin pagar.
Uno podía dejar a sus hijos, si por casualidad nacía alguno y crecía en ese ambiente, que jugara en las calles todo el día y también la noche, porque sabía que lo único malo que le sucedería sería a causa de un accidente, nunca por acción negativa de otro sodomita. Nadie lo violaría, ni raptaría, ni maltrataría.
En Sodoma todos tenían claro que lo mío es mío, lo tuyo es tuyo, y así debe ser y no debe ser cambiado.
Y estaban felices con ese estado de situación, al punto de ser extremadamente sádicos con los extranjeros que vinieran a su ciudad y pudieran corromper sus valores tan preciados.

Por supuesto que esta vida de extremo cuidado por la propiedad del otro, de respeto a lo que es del otro, y así también saber que lo mío es respetado, es una gran cualidad.
Esa es la buena semilla.

Pero se pudre en ese terreno estéril de misericordia, de falto de empatía, de ningún deseo de ayudar al prójimo.
Esta justicia tan extrema es el camino a una vida de ideología única, de negación de las diferencias, de fanatismo discriminador, de odio hacia lo que pudiera alterar su paraíso terrenal.

Por ello, la cualidad de la severidad debe ser equilibrada con el de la bondad.
Así pues, nuestra enseñanza habitual de construir SHALOM por medio de pensamientos, palabras y acciones de bondad y justicia. De ambas en su apropiada medida, ya que cuando nos desbarrancamos hacia una sola de las cualidades, provocamos lo contrario al SHALOM.
Tal como les pasó a los sodomitas.

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https://youtube.com/yehudaribco

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