por La Torá, en su ciclo anual de lecturas, nos lleva al encuentro de la parashá Bemidbar que es la que da comienzo al cuarto libro de la Torá.
Les pido que me acompañen a encontrar una enseñanza indispensable en todo momento, pero especialmente en este de tantas controversias, en unos de sus versículos, donde leemos:
"Los Hijos de Israel acamparán a cierta distancia alrededor del tabernáculo de reunión. Ellos acamparán, cada uno junto a su estandarte y con las banderas de sus casas paternas."
(Bemidbar / Números 2:2)
Es fácil reconocer dos aspectos en este pasuk:
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Lo general y colectivo;
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Lo propio y familiar.
Todos los integrantes de Israel estaban organizados en torno al mismo centro, a similar ideal y objetivo, que era el Mishkán –Tabernáculo-, el lugar desde donde se manifestaba el Eterno. De esta manea, el pueblo como conjunto hallaba armonía y unidad en un elemento en común, un elemento de unión superior a cada grupo o persona.
Simultáneamente, cada cual acampaba de acuerdo a la bandera de su familia, entorno a los que tenían un origen relacionado, y una misión en particular, propia de cada agrupación y no de las otras familias.
Es decir, dentro de Israel se respetaban las disparidades, las divergencias, los partidos, las ideas diferentes, PERO, en tanto todos estuvieran unidos en lo central y básico.
Esta forma de proceder que contempla la individualidad dentro de la generalidad, está de acuerdo a una mitzvá -precepto- que ordena (de acuerdo a Maimónides, a partir de Devarim/Deuteronomio 14:1): lo titgodedú -no hagan partidos que los separen-. Porque, es constructivo mantener las diferencias QUE NOS UNEN, y apoyar las causas comunes que NOS ACERCAN. Pero, es negativo luchar por lo que nos diferencia para apartarnos y enemistarnos.
Esto debería ser la constante en nuestra vida como parte de Israel, pero en estas horas amargas que el pueblo y el Estado sufren por ataques que provienen de ajenos, ¿no es oportunidad de hacer resaltar lo que nos aproxima en lugar de buscar lo que nos divide?
Les deseo Shabbat Shalom!
Moré Yehuda Ribco
