El tiempo de la vida

Celebramos el comienzo del mes de Nisán y nuestra Tradición demanda que lo recalquemos de manera solemne, única.
¿Qué tiene de especial Nisán para tal distinción?
La Torá Oral nos indica que tenemos cuatro “cabezas de año”: 1 de Tishrei, 15 de Shevat, 1 de Nisán y el 1 de Elul.
De estos, el “año nuevo” de Nisán es el más cercano a la esencia del pueblo judío, puesto que celebra el nacimiento de nuestra nación (como tal), hecho que ocurrió al rato de salir de Egipto (primer mes hebreo del 1313 AEC).
En parte por esto es que la Torá ordena que sea Nisán el primero de los meses, lo cual hacían nuestros ancestros antes del exilio judío a Babilonia (a partir del 596 AEC), quienes usaban el calendario judío original, que luego fue eventualmente solapado por el universal (el que era usado por los babilonios, por ejemplo), que paradójicamente es el que llamamos actualmente calendario “judío o hebreo”.
También, la vida cívica judía giraba en torno a este mes, pues los reyes de nuestro pueblo contaban sus ciclos de reinado tomando como referencia Nisán.

Además, en el hemisferio norte comienza la primavera, esto quizás no nos resulte destacado, pero imagina que cuando parece que el invierno ha llegado para quedarse y la muerte predomina, inesperadamente se produce el reverdecer, brota la vida por todas partes, llenando de esperanza y fuerza a las personas. Es un proceso natural, pero no deja de ser maravilloso y nos despierta imágenes luminosas. Israel renace con cada primavera.
Todas estas cuestiones nos llevan a pensar en el valor único del tiempo, nada compensa su pérdida, ni es posible recuperarlo. Los anglosajones inventaron aquello de “time is money”, pero nuestro sabios descubrieron algo mucho más importante: “hazmán hu hajaiim” o “z’mán ze jaiim” – el tiempo es la vida.
Si nos convertimos en amos de nuestro tiempo, estaremos siendo buenos constructores de nuestras vidas. Los resultados finales nunca dependen exclusivamente de nosotros, pero el hacer nuestra tarea es indispensable para alcanzar ese exitoso resultado final.
Para finalizar, una frase del último Rebbe de Lubavitch ztz”l, para analizar y ver cómo la incluimos en nuestra vida: “El tiempo fue la primera creación, de acuerdo a esto, la santificación del tiempo es la primera de las mitzvot que Dios ordenó a Israel”.

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