Pesaj, la libertad al alcance de tu boca

En exactamente dos semanas estaremos celebrando nuevamente la festividad de Pesaj.
Cuando la luna llena de Nisán esté alumbrando con toda intensidad desde los cielos, nuestros corazones deberán estar iluminados por las fragancias y sentidos de esta celebración.

Cada una de las fechas marcadas como especiales en nuestro consagrado calendario tiene características que les son únicas.
En una debemos tocar del cuerno del carnero, en otra morar en una cabaña endeble, en otra permanecer atentos toda la noche para estudiar Torá, en fin, cada fecha con su toque de distinción, con su mandamiento, costumbre o ritual que le son caracterísitico.

Pesar, es la única de nuestras festividades que tiene mandamamientos muy específicos relativos al área de la boca., tanto de lo que entra como de lo que sale de ella.
Debemos abstenernos de ingerir (o incluso poseer) alimentos leudados de las cinco especies de granos.
Debemos comer (al menos en la noche inicial, o dos iniciales en la diáspora) matzá, el pan ázimo, o pan sin leudar.
Debemos comer maror, la hierba amarga que nos retrotrae a las amarguras y penurias de nuestros antepasados en la oscura esclavitud de Egipto.
Debemos relatar (y si es en abundancia mejor) los acontecimientos referidos a la magna Salida de Egipto.

¿Por qué la preponderancia del área de la boca en esta festividad?
Te brindaré una de las tantas respuestas posibles.

Pesaj es la fiesta de la libertad.
El esclavo no pregunta, no opina.
El esclavo obedece, y como mucho repite consignas y cuando pregunta es para clarificar una orden que no ha comprendido y debe ejectuar.
Pero la persona libre, pregunta, duda y expresa su duda, critíca con sabiduría y medida, enseña y corrige, se opone con criterio y admite con humanidad.
El hombre libre es el amo de sus palabras, en tanto que el esclavo lo es de su boca.
Tal como el sabio consejero nos ha enseñado:

"La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto."
(Mishlei / Proverbios 18:21)

Llega Pesaj y entre sus múltiples enseñanzas debemos entender que de nosotros depende nuestra libertad.
De las palabras que escuchamos y de las que interiorizamos, de las que decimos y repetimos, de las que nos negamos a compartir u obligamos a oír,
Debemos aprender que somos libres o esclavos, en buena medida a causa de lo que ocurre con nuestra boca.

Y precisamente, en Pesaj, en la fiesta de la libertad nos obligan a que reflexionemos en este aspecto.

Quiera el Eterno que pasemos un Pesaj kasher vesameaj, y que aprendamos la lección:

"¿Quién es el hombre que desea vida?
¿Quién anhela años para ver el bien?
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela."

(Tehilim / Salmos 34:13-15)

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